Con una mezcla de autenticidad, frescura y una identidad cada vez más consolidada, Dudi regresa con su segundo álbum de estudio, El vermú, un proyecto que va mucho más allá de la música. Tras el éxito de su primer trabajo en 2021, el artista se adentra en una nueva etapa marcada por la madurez creativa, el cuidado por los detalles y una visión artística que abarca desde el sonido hasta la estética.
En El vermú, Dudi invita al oyente a sentarse con él y sus amigos en la mesa de un bar, entre risas, recuerdos y canciones que narran las etapas del amor, el desamor y la vida de barrio. Con colaboraciones de artistas como Marmi y Reality, la participación de Ratón (guitarrista de Los Delinqüentes), y la producción de Fresquito y Mango, The Iconics y Grauu, el disco combina la esencia más tradicional de la rumba española con un sonido moderno y urbano que refleja perfectamente la identidad del artista.
En esta entrevista, Dudi nos abre las puertas de su universo y nos cuenta cómo se gestó este ambicioso proyecto, el proceso detrás de su lanzamiento, las colaboraciones que lo acompañan y el significado que El vermú tiene para él, tanto dentro como fuera de la música.
El vermú es tu segundo álbum de estudio. ¿Qué significa para ti dar este paso después de tu primer trabajo?
Es un gran salto. El primer álbum lo hicimos en 2021, tardamos en hacerlo apenas tres meses y sin pensar mucho un hilo conductor. En El vermú, en cambio, hemos querido priorizar el hilo conductor de todas las partes, tanto en lo sonoro como en los videoclips, en la imagen que queríamos dar o en las publicaciones de Instagram. Absolutamente en todo. Yo creo que lo hemos conseguido bastante bien.
¿Podrías explicarnos cuál es ese hilo narrativo?
Es la historia de un chaval de barrio que cuenta su vida a sus colegas, cómo pasa de estar en el barrio tranquilamente a enamorarse y, por consiguiente, a vivir lo que es el desamor también. Pero la gracia de todo es darle sentido al nombre del álbum: El vermú. Mi idea era que la gente, al escucharlo, se imaginasen cómo estoy yo con ellos y con mis amigos en la mesa de un bar cantando todas esas canciones mientras nos tomamos un vermú.
De los doce temas que componen el álbum, seis ya los presentaste en El vermú vol 1. ¿Por qué esta división en dos volúmenes?
Queríamos darle mucha vida y pensamos que, si sacábamos las doce canciones del tirón, la gente no se iba a parar a escuchar cada una. En cambio, al sacar seis y seis, le hemos podido dar mucha vida a las primeras canciones, dejarlas respirar y, ahora, sacar las últimas que, con las seis primeras, conforman el álbum entero. Me ha parecido un acierto dividirlo en dos para darle mucho más recorrido y vida.
Parece que los doce temas forman un círculo perfecto.
Sí, hemos intentado no dejar ni un cabo suelto, que todas las mezclas y masters suenen iguales. Que todas las letras de las canciones tengan coherencia. Hemos hecho guiños en la letra de una canción sobre otra. En el marketing también. Por ejemplo, en mayo subí un reel hablando con un vídeo de fondo en el que simulaba un audio para una persona importante de mi vida. En ese audio desvelo el nombre de las doce canciones del álbum sin que nadie se diese cuenta. Luego volví a subir otro reel haciendo lo mismo para el primer volumen. También los videoclips tienen que ver unos con otros. Cuentan una historia. Como termina uno empieza el siguiente, contando así una historia conjunta en tres videoclips de ‘un día de Dudi’.
El álbum está fuera desde el 24 de octubre. ¿Cómo ha sido la preparación para este lanzamiento?
Muy tediosa, la verdad. No es lo mismo sacar un álbum independiente (como fue mi primer trabajo) que hacerlo de la mano de Universal. Ahora hay mucho curro detrás de cada cosa y somos muchas personas trabajando para que el disco vea la luz: muchas reuniones, muchos mensajes, muchos dolores de cabeza… Pero, por fin ¡ya está fuera!
En esta etapa colaboras con Marmi y Reality. ¿Cómo surgieron estas colaboraciones?
Muy naturales. Yo ya los conocía a ambos de hace unos años. Quería que hubiese nombres conocidos en mi álbum y, aunque mucha gente me ha dicho que no, agradezco infinito a Marmi y a Reality el haber querido formar parte de este proyecto y haberme regalado su talento. Son gente con la que fuera del estudio podemos tomar un vermú tranquilamente y hablar de la vida. No son simplemente artistas a los que les he mandado la canción, han grabado y ya, que eso pasa mucho en esta industria.
Has contado con Ratón, guitarrista de Los Delinqüentes, en el apartado instrumental. ¿Cómo ha influido su estilo de rumba tan reconocible en tus canciones?
Nos ha cambiado por completo todas las canciones. Había algunas que ya las teníamos hechas antes que se uniera Ratón y, al grabar sus nuevas guitarras, nos daba un giro completo de las canciones haciendo que sonasen a rumba de verdad, a rumba antigua de los años 2000.

Fresquito y Mango, The Iconics y Grauu han producido el disco. ¿Cómo describirías el sonido que lograron juntos?
Cada uno tiene su toque: Fresquito y Mango son más pop. A mi parecer, Grauu es un poco más urbano, canalla, y The Iconics son más perfeccionistas y cuidadosos con todo. Juntos forman la combinación perfecta para cubrir todo lo necesario en una canción. Sobre todo en un álbum de rumba, donde han conseguido que la mayoría de canciones suenen diferentes aun siendo todas del mismo género y con tiempos y tonos parecidos. Eso me parece lo más complicado.
Así que, el disco, al final, mezcla rumba española con un toque moderno. ¿Cómo equilibras lo tradicional con lo contemporáneo en tu música?
Esto lo he conseguido principalmente gracias a todos los productores. Desde el primer momento entendieron perfectamente lo que quería hacer. También me apoyé con mis letras y mis melodías en algunas canciones un poco más raperas y, por último, en la parte visual, sigo siendo el Dudi que viste más canalla.
El focus track es El barrio. ¿Qué historias o emociones querías transmitir con esta canción?
Quería contar que, por mucho que mi vida cambie (giras, fiestas, shootings, promociones), jamás me iba a mover del mismo bar donde quedo todos los fines de semana con mis colegas. Es decir, que por mucho que me cambie la vida y conozca a nuevas personas, jamás voy a cambiar a la gente que me rodea desde siempre: los que me han visto crecer y con los que llevo toda la vida.
Hiciste una editorial de promoción con Louis Vuitton. ¿Cómo surgió esta colaboración y qué representa para ti trabajar con una marca de lujo?
Surgió también de forma muy natural. Raúl, el estilista, y yo, conocíamos a Luisa (PR de LV). Desde aquí le agradecemos enormemente el trabajazo que hizo. Le comentamos el proyecto que teníamos en mente y le gustó mucho la estética. Entonces Raúl se puso manos a la obra para presentar todo lo que nos pedían. En apenas una semana teníamos todo cerrado: la ropa, los looks, etcétera.
¿De qué manera crees que la estética complementa la identidad visual de El vermú?
Pienso que, obviamente, la música es lo más importante, pero la estética, tanto si hablamos de los estilismos como si hablamos de toda la parte visual, tiene un gran peso y se lo hemos querido dar. Que se viese que este proyecto iba en serio, que no iban a ser canciones de rumba y ya. Tonos marrones y rojos en todos los videoclips y estilismos, figuración moderna para dar contraste con alguna más clásica. Sí, queríamos darle mucha fuerza a lo visual.
Si tuvieras que definir este disco en tres palabras, ¿cuáles serían y por qué?
Domingo, colegas y bar. Por lo que he comentado antes, porque cuando lo escucho, me imagino un domingo soleado a la hora del aperitivo con mis colegas, en un bar, tomando unos vermús y cantando las canciones.




