“Planet Her y Hot Pink eran discos sacacuartos y caísteis de lleno. Ahora puedo desaparecer a algún lugar y tocar césped con mis seres queridos mientras que vosotros os quedáis llorando con pop mediocre”. Con este polémico tweet (ya borrado), la propia Doja Cat incendiaba sus redes allá por mayo. Su relación con los fans nunca ha sido buena y ella no se ha esforzado por cambiarlo, y ese tira y afloja con su público ha condicionado por completo su nuevo disco, Scarlet.
Esta retroalimentación ha llegado a tal punto que Doja basó todo el rollout del disco en las acusaciones de satanismo que recibió tras tatuarse una cabra bípeda y raparse la cabeza, entre otras cosas. De ese incidente nacen las letras y la estética de Paint the Town Red y Demons (ambos temas con unos videoclips de escándalo, recomiendo verlos). Esa es la jugada maestra de Doja con este álbum. La artista recupera esa esencia de los artistas de entre finales de los 90 y principios de los 2010. Esos que estaban constantemente buscando el siguiente paso, queriendo sorprender a todo el mundo y en el camino reírse del fanatismo extremo, de los medios y del propio concepto de ser una celebridad. ¿Que se rapa la cabeza y le critican además de acusarle de satánica? Se apoya en eso. Se burla de igual forma de los haters y de los fans extremistas que se piensan que pueden tomar decisiones por ella, y en el proceso hace arte, chapó.
Mi principal sorpresa a la hora de sumergirme en este álbum es que el tono demoníaco y oscuro que se venía anunciando se va diluyendo a partir de los adelantos que ya conocíamos. Me molestó en un primer momento, no sabía si iba a ser más de lo mismo, pero luego me di cuenta de que esta estética no era más que una excusa para hablar del trato con su público. Antes de sacar los singles ya mencionados teníamos entre nosotros Attention desde junio. En el videoclip podemos ver a Doja cubierta de rojo desnuda ante el público, imagen que nos retrotrae directamente a su aparición en el desfile de Schiaparelli: una Doja cubierta en treinta mil diamantes rojos de Swarovski, calva, jugando con el surrealismo que caracteriza a la Maison. Y a la vez, también es innegable la referencia a Carrie (1976), cuando la protagonista recibe un baño de sangre al ser coronada como reina del baile. Es esta exposición directa al público de la que habla Doja, y de cómo cuando no hay forma de escapar de ella, no queda otra que abrazarla con todas tus fuerzas.
Ya con Fuck The Girls (FTG), el cuarto track del disco, empieza criticando la rivalidad entre mujeres en la industria musical, y cómo muchas veces los oyentes le han hecho enfrentarse con compañeras como Nicki Minaj o Cardi B a raíz de teorías varias. En este disco Doja encarna aquella frase de Lil Wayne de “I feel like I got ten middle fingers”. La artista tiene para todos, y reparte en todas las direcciones. Podemos encontrar tiritos a Billie Eilish en Ouchies: (“a hunid billies I’m the G.O.A.T, no Eilish”). 
Mucha atención también a mi referencia favorita, que sucede en dos canciones distintas del disco. Mientras que en Paint the Town Red rapeaba “Ain’t no sign I can’t smoke here”, en Wet Vagina continúa esta trama con “Kick me off the MET, but I really run fashion”. Y es que en la última MET gala (sí, aquella en la que fue vestida de gata) le pillaron vapeando y fue expulsada de la misma.
El caso es que Doja se ha puesto seria, es fácil de ver y de escuchar. Mi principal crítica a ella en el pasado era que no decía nada realmente interesante, era solamente música pop sobre sexo. Aquí he de decir que baja el tono y le viene bien. Para los curiosos, en todo el disco hay 24 barras guarras (sí, las he contado) mientras que solo en Need to Know, uno de los hits de Planet Her, ya había 20. “I can’t help but be sexual” cantaba en este tema. Ya lo vemos, Doja. Aquí, sin embargo, se la nota más enamorada, y con esto viene otra de las contradicciones del disco. Pese a haber cambiado a un tono completamente rapero, el focus track del disco, Agora Hills, sigue siendo una balada pop en esencia. Le pasa algo similar a lo de Travis Scott, que de entre todas las canciones de Utopia, las que más bombo tuvieron fueron las que más se parecen a su obra anterior. Y es que el cambio no vende tanto llegados a la práctica.
Pese a todo, Scarlet me parece un proyecto muy bueno, con algún skip, sí, pero con una tónica que se mantiene, evoluciona y retroalimenta entre los temas. Además, no hay que quitarle mérito a que el disco se siente fresco y entretenido durante la hora que dura siendo ella la única voz. Ya nos avisaba con ese “I don’t need no feature” que soltaba en la intro. Los samples escogidos en los temas producidos por Earl on the beat se merecen una mención honorífica. Y es que ese Walk on By, de Dionne Warwick, que suena al principio de Paint the Town Red completamente angelical. También se agradece el R&B en Agora Hills de la mano de All, I do Is Think of you de Troop. Por último, me encanta la frase que samplea al principio de Balut, que se trata del exluchador Ric Flair, diciendo algo así como “Recordad chicas, ninguna puede ser la primera, pero todas podéis ser las siguientes”. Doja, cansada de ser comparada y criticada constantemente, reclama su hueco, lanza este mensaje y termina el disco con un freestyle. Lo que se dice servir coño.
Track favorito: Demons.