Hay domingos que pesan más que una semana entera, y si hay alguien que lo sabe bien es Depresión Sonora. En Domingo químico, el artista dibuja un paisaje donde la apatía, la autodestrucción y la búsqueda de alivio se entrelazan en el último día de la semana. Seguido de La balada de los perros y Me va la vida en esto, el single se presenta como tercer adelanto de Los perros no entienden de Internet, su próximo disco, que verá la luz este otoño.
Musicalmente, el proyecto de Marcos Crespo da un paso adelante. Si al principio Depresión Sonora se identificaba con un post-punk áspero y directo, ahora las capas se multiplican. El tema, producido por él mismo y Harto Rodríguez, con mezcla de Chris Coady (Beach House, Yeah Yeah Yeahs) y masterización de Greg Obis, roza por momentos la ensoñación del dream-pop.
Y en cuanto a la letra, frases como “ruido mental, mi amor”, resumen esa sensación de caos interno que, lejos de ser excepcional, es (desgraciadamente) parte de la vida moderna. Lo curioso es que, en medio de todo, la respuesta no es el odio: “nunca nadie había perdido tanto, y aun así, no siento rencor”.
Lo que hace grande y especial a Domingo químico es esa capacidad de hablar del colapso sin buscar la moraleja. Crespo nos regala un retrato honesto de vulnerabilidad, una canción que se deja caer sin miedo a hundirse. Y, al final, nos recuerda que los domingos no siempre son descanso ni rutina, pues a veces son el día en que todo se desmorona y el único en el que aprendemos a mirarnos de frente.