Tras apenas un año de recorrido en plataformas, De Rancho consiguieron su primer hit con En el mismo bar, acumulando hoy en día casi tres millones de reproducciones. Y sabiendo de donde vienen no es de extrañar. Mientras que Young Les Paul (Alex) y D. Bizz (Bizet) llevan tocando la guitarra profesionalmente desde siempre, demostrado con creces en las Camper Sessions de YouTube, Adri será reconocido por muchos por su pasado como H Roto.
Adornando esas letras tan cercanas que nos hablan de los bares de siempre, mensajes en tazas que se hacen realidad y un modo de vida tranquilo en la naturaleza encontramos toques de rumba, guiños flamencos y hasta villancicos. Envolviéndolo todo, una buena dosis de nostalgia por la música pop española de los 2000. Camper Season es un disco sencillo, como el estilo de vida que promueven sus creadores, pero es ahí donde está lo bonito. Hablamos con Adri sobre todo esto y, de vez en cuando, Alex y Bizet se unen a la fiesta.
Presentación para los que no os conocen.
Somos De Rancho, una banda de chavales sencillos de la periferia de Madrid, y hacemos música porque crecimos con ello y no nos imaginamos la vida de otra forma.
¿De dónde venís cada uno y, sobre todo, ¿cómo se originó De Rancho?
Adrián: Alex viene de padres británicos pero ha crecido en Brunete. Es un chico encantador y siempre ha hecho música, desde una banda de metal en el instituto, pasando por la música urbana hasta hace bien poco. Es cantante, guitarrista, productor, ha trabajado de modelo y de actor. Lo tiene todo el tío.
Bizet vino de Cuba cuando era un chaval y desde entonces vive en Valdemoro. Le pasa algo con la guitarra, es de esas personas con un talento extraño a la que puedes estar horas mirando tocar, entiende la música de una manera muy bonita. Le encanta el flamenco y todo el universo que conlleva, es muy flamenco él (risas).
Garzi, aunque no forme parte de la cara visible del grupo, es un pilar fundamental. Es de esas personas que no tienen techo, no existe cima para él. Llevamos trabajando juntos diez años y no conozco a nadie que no quisiera tener a Guille en su equipo. Es un tío trabajador como el que más, tiene visión y llena de energía a todo el que le rodea. Es una suerte.
Y yo soy Adri, llevo haciendo música desde que tengo uso de razón y desde siempre. Tener una banda ha sido como un sueño. Comencé haciendo rap, creo que es lo que he hecho toda la vida, pero como ahora todas las etiquetas son tan difíciles… ni lo sé. Hace un par de años se alineó un poco todo y decidimos hacer la banda.
Bizet vino de Cuba cuando era un chaval y desde entonces vive en Valdemoro. Le pasa algo con la guitarra, es de esas personas con un talento extraño a la que puedes estar horas mirando tocar, entiende la música de una manera muy bonita. Le encanta el flamenco y todo el universo que conlleva, es muy flamenco él (risas).
Garzi, aunque no forme parte de la cara visible del grupo, es un pilar fundamental. Es de esas personas que no tienen techo, no existe cima para él. Llevamos trabajando juntos diez años y no conozco a nadie que no quisiera tener a Guille en su equipo. Es un tío trabajador como el que más, tiene visión y llena de energía a todo el que le rodea. Es una suerte.
Y yo soy Adri, llevo haciendo música desde que tengo uso de razón y desde siempre. Tener una banda ha sido como un sueño. Comencé haciendo rap, creo que es lo que he hecho toda la vida, pero como ahora todas las etiquetas son tan difíciles… ni lo sé. Hace un par de años se alineó un poco todo y decidimos hacer la banda.
Muchos te conocerán por H Roto y les sorprenderá este cambio musical. ¿Estás más a gusto siendo parte de una banda? ¿Qué te motivó a dar este cambio?
Adrián: Me gusta formar parte de un grupo porque cobra más protagonismo lo que haces y no quien eres. A mí me gusta hacer música, siento que tengo una especie de responsabilidad de contar lo que siento en canciones, pero no me gusta ser un personaje. Tener una banda es como una creación completa, respira por sí sola; es una parte de ti pero no eres tú el producto. Además, al menos en nuestro caso, lo vivimos como críos. Puede sonar a frase de taza, pero hay caminos que no son lo mismo si los haces solo.
El motivo fue que tenía ganas de contar cosas, de expresarme tranquilo sin un ideal estético tan marcado como el de donde venía. También cambiaron muchas cosas en mi vida y tenía ganas de nuevos caminos, limpitos, y dejar lo demás un poco atrás.
El motivo fue que tenía ganas de contar cosas, de expresarme tranquilo sin un ideal estético tan marcado como el de donde venía. También cambiaron muchas cosas en mi vida y tenía ganas de nuevos caminos, limpitos, y dejar lo demás un poco atrás.
Vuestro lema es: Música de rancho para chicas de ciudad. ¿De dónde viene?
Adrián: No hombre, lema tampoco… (risas). Sin más, nos pareció un recurso estético bonito y acorde a lo que hacemos. Era una frase muy visual y nos cayó en gracia. Te imaginas la peli rápido.
Siempre habláis de la importancia de la naturaleza, de la vida en el campo, de una vida sin filtros. ¿Esto es el resultado de pasar demasiado tiempo en la ciudad?
Adrián: Supongo que tendrá que ver. A mí me ha costado tiempo enterarme, pero creo fielmente que las cosas sencillas son las que mejor saben si prestas atención, y en la ciudad ocurren demasiadas cosas como para poder pensar sereno. Es fácil que pase el tiempo y no sepas ni qué has hecho, ni dónde has estado, ni por qué. Y esa velocidad supongo que no te deja ver lo bonito de algunas cosas. Nos gustaría transmitir todas las cosas en las que creemos, y esa es una parte importante.
¿Habéis buscado inspiración en algún rancho real? ¿O al menos habéis pasado tiempo en la caravana que mostráis en las Camper Sessions?
Adrián: La madre de Alex (Charlie) vive en un rancho precioso en Aldea del Fresno y vamos mucho a ensayar, a hacer el mono un rato, a ver a Charlie y a Sofi y a los animales. Nos encanta ese sitio. Echamos mucho rato en entornos similares a los que describe nuestro imaginario (risas). Luego, aparte, yo vivo en Aranjuez, que es todo verde por suerte y tienes donde escaparte.
Me contasteis que este disco os ha hecho recordar un poco por qué estáis en la música. ¿A qué os referís?
Adrián: A esa sensación de estar haciendo algo que te gusta por el simple hecho de hacerlo, esa ilusión y disfrute sano, sin pensar en para qué o dónde acabará. Hacer canciones emocionados por lo que conseguimos y cómo mejoramos. Encima algo lleno de luz, que siempre te lleva a un buen puerto o al menos eso intentamos. Lo pasamos muy bien, la verdad es que es la mejor parte de todo esto.
El disco comienza con vuestro tema insignia, En el mismo bar, ¿está inspirado en algún bar concreto?
Adrián: No, nos referíamos a ese bar que todo el mundo tiene. Nosotros no podríamos quedarnos solo con uno (risas). Van rotando.
Mi tema favorito es Maneras de vivir, que además parece que está escrito desde un lugar muy personal. ¿Qué me podéis contar de él? ¿Quién de los tres se siente más identificado con él? ¿Disfrutáis más de vuestras canciones tristes o de las alegres?
Adrián: Esa canción es una especie de oda a uno mismo, tan dentro del mundo y ajeno a la vez. Como si pudieras salir de tu cuerpo y charlar contigo un rato, echándote unas risas sobre las cosas que piensas (risas). Creo que a los tres nos define mucho, es una canción bastante nuestra. Aunque estoy respondiendo yo a la entrevista, a esta les digo que respondan ellos.
Alex, ¿canciones felices o tristes?
Depende del día. La misma canción puede parecer triste o alegre. Creo que es tu propio estado de ánimo lo que la convierte en una cosa o la otra. Pero bueno, en general, siempre me han calado más las canciones ‘tristes’.
Bizet, ¿canciones felices o tristes?
Valoro un montón la diversidad de nuestra música, pero siento que en el escenario se crea un aura muy especial al interpretar nuestras canciones más sentimentales. La boca del lobo es de esos temas en los que me encantaría formar parte del público y vernos en tercera persona en ese momento tan íntimo. Si no me creéis, os invito a vernos en directo, lo agradeceréis.
¿Cuáles son vuestros planes de futuro?
Adrián: Que la banda nos siga dando alegrías y, con suerte, el dinero suficiente para poder comprarnos un rancho cada uno algún día en el que seguir haciendo música.
