¿Te sientes una máquina destruida por la rutina? Ante esta fiebre, altas dosis del pop de Gabriela aka Casero. Música que nos habla de apreciar los detalles de la cotidianidad, del amor y del desamor, música para decirnos a nosotrxs mismxs que sí, que somos tontas, pero que nos da igual y, sobre todo, que nos ayuda a respirar un poco.
Hace unas semanas Casero actuaba en el escenario The Vision by Pull&Bear durante el Primavera Sound, y ahí es cuando aprovechamos la oportunidad para hablar con ella. Gabriela siempre habla su tendencia “a la bajona existencial”, luego, en el escenario, le gusta volverse más loca, nada de bajonas en directo, como pudimos ver durante el Primavera. ¿Quieres conocerla mejor? ¡Desliza y verás!
El Primavera Sound es una gran plataforma para que el público descubra nuevas propuestas, ¿cómo te presentarías para quien aún no te conozca?
Diría que hago música para sentirse un poco menos mal cuando te pasen desgracias. Y también un poco para cuando estás de mala leche pero eres persona tranqui.
Actuaste en el The Vision by Pull&Bear junto a jóvenes artistas como Tomberlin pero también con bandas ya consagradas como The Wedding Present, ¿impone tocar en grandes festivales?
A mí personalmente no me impone mucho, me gusta y me hace ilusión y justamente al haber tantos proyectos al alcance para la gente no siento mucha presión.
Imagino que estuviste por el espacio de Pull&Bear, ¿has visto alguna prenda que te haya gustando especialmente? ¿Qué supone para ti actuar en el escenario de una marca tan vinculada desde siempre con la música y el talento joven?
Siempre es guay que alguien se fije en ti y confíe en ti para algo así. Además como soy bastante pequeña me viene bien que haya ropa de mi talla, que no suele ser fácil. Cogí un par de cosas que me gustaron, sobre todo las gafas de sol.
Lo mejor de los festivales es poder ver a todos tus artistas favoritos en un mismo espacio, ¿qué conciertos fueron tus destacados de esta edición de Primavera Sound?
Julia Jacklin, que toca a la vez que yo (risas), St. Vincent, Caroline Polachek, The Beths (a la vez que yo también), Alvvays...
Hablas de tu música como ‘pop emocional’, tu segundo álbum Me doy cuenta sigue la estela del anterior, Todo mal, pero diría que es algo menos melancólico, incluso bailable por momentos, ¿estarías de acuerdo? No sé si es porque cuando trabajaste en él te pilló en un momento vital diferente...
Siempre intento hacer el disco pensando un poquito en el directo porque yo tiendo a la bajona existencial pero después en el concierto me gusta poder moverme, es una lucha conmigo misma. A veces gano más y a veces menos.
Las letras, eso sí, siguen hablando de lo mismo, de tus cosas, de rupturas y desamores. ¿Te sirve convertir todo eso en canciones para pasar página, para aceptar las cosas que duelen? Me pregunto si la tristeza es menos triste cuando la cantas...
Totalmente, muchas veces es muy irónico lo que digo y hay muchas contradicciones en las canciones, es un poco para decir, sí, soy tonta, pero qué más da.
¿Cómo es tu proceso creativo, por ejemplo cómo diste forma a Me doy cuenta?
Pues fue difícil porque tenía muchas cosas que me costaba poner juntas y cada canción me tiraba a un estilo distinto, y al final decidí dejar un poco de espacio para que pasase eso y ya está. También es interesante que no sea todo tan homogéneo. Pero fue una pelea mental larga. 
En Cosas que creo hablas de un amor que se desvanece y por el que ya no quieres luchar, pero que no puedes evitar amar, fingiendo que no pasa nada, pero olvidándolo en silencio. ¿Crees que es la falta de comunicación lo que mata ese amor o es esa incertidumbre lo único que te mantiene atada?
Ese amor lo mató que había una persona mucho más interesada en que viviera que la otra (risas), igual necesito aprender a ver rápido ese tipo de cosas.
En tus canciones pones el acento en el amor como una emoción genuinamente profunda y vital, pero a su vez destacas el desgaste que supone querer amar, ¿es esta sobrestimación del amor romántico lo que deriva en idealizaciones y conductas destructivas?
Sí, yo sé que está de moda lo de quererse a uno mismo y me parece totalmente comprensible, pero depende de muchas cosas más que de decidir eso. Y también he de decir que yo hablo mucho de ese tema porque es cuando me apetece hacer canciones, pero no es mi estado vital permanente.
En Islas desiertas hablas de la idealización, de forzar el amor y el resultado fatal que conlleva eso, ¿crees que hay una manera correcta de querer?
Sobre todo esa canción es para no empeñarse en distraerse con otra persona, y no insistir en algo que no va a ninguna parte. Esa vez en concreto fue muy poco trágico, fue simplemente un poco absurdo. Mientras tú estés bien en esa situación todo está bien también. Hay que ser sincero con uno mismo, supongo, que es lo complicado. (Yo dando consejos sin tener ni idea).
No te lo quiero decir es una colaboración con Sofía Amores, ¿tienes preparadas más colaboraciones? ¿Con qué otros artistas te gustarían trabajar?
Me cuesta colaborar porque soy muy de hacer las cosas sola y no quiero parecer egocéntrica, entonces a veces ya lo hago sola directamente. Tengo que encontrar gente con la que esté muy muy cómoda y que sean flexibles. De momento no he pensado colaboraciones nuevas, pero hay muchas que me apetecen.
Por último, nos gustaría saber más sobre tus próximos proyectos, ¿algo qué nos puedas adelantar? ¿Algún concierto que anunciar?
Tengo algunos conciertos en verano. Estoy haciendo las canciones del disco nuevo y tengo ganas de hacer algo muy diferente, me he comprado una guitarra nueva como símbolo de algún tipo.
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