Las luces del WiZink Center se apagan, las enormes pantallas iluminan una sucesión de parpadeos, tan solo escuchamos los gritos del público y los retumbantes de un altavoz. De repente, un susurro de Bad Gyal nos dice: “La joia”. Y esto empieza. Sobre el podio, y envuelta en humo artificial, escuchamos: “Mientras yo lo muevo, me pongo a volar, porque ese blunt acabo de quemar”. El público (y nosotrxs) se vuelve loco.
En la espera previa al show, nos fue inevitable no pensar en lo que ha cambiado la carrera de la Farelo. De actuar en shows de menos de mil personas a colgar dos sold outs consecutivos en uno de los recintos con más capacidad de todo Madrid (más exactamente, quince mil personas). Quizá de su Mercadona ya no queda tanto, pero no se genera un fenómeno fan tan brutal como el suyo todos los días.
Poco después de los bajos oscuros de La que no se mueva empieza Perdió este culo, uno de los temas más potentes de La joia. Esta noche, Dsquared2 viste al Pussy K Mana, que abre el show representando a la perfección el concepto joya del álbum: corsé transparente incrustado con joyas, una falda de plumas y sus icónicas botas de Nii Hai.
De canción a canción, vamos viajando por todo el disco, con transiciones suaves y sin que el público decaiga en ningún momento. Aquí ya hemos escuchado Kármika y Sin carné, con una coreografía mega cerrada. En el show de Bad Gyal no hay cabida para la improvisación, aunque todo el show es una maravilla, cada mirada, cada movimiento están medidos y especificados en cada segundo del show. ¿Está mal? Tampoco hablamos de esto, aunque haya momentos en lo que lo orgánico y natural de conectar con tu artista favorito sobre el escenario se traslada a otro plano. Quizá es otro concepto de show, u otro producto, y no por ello es malo.
El subidón del público, y mira que no podríamos hablarte de ninguna bajona, llegó cuando escuchamos Hookah, Tu eres un bom bom, Zorra y Yo sigo iual. Temas del pasado de Alba que tanto nos acompañaron (y que, para qué engañarnos, aún nos acompañan pese a los años) y en los que muchxs basamos nuestras personalidades. Ahí nos dijimos a nosotrxs mismxs: esto no son simples canciones, son los himnos de toda una generación.
Otro momento viral de La Joia 24 Karats Tour es cuando, a mitad del concierto, nos deja solos junto a sus bailarines dándolo todo con una base de su tema Sexy mezclada con ritmos vogue. Esto acaba, y cuando pasa más de un minuto, Alba no sube sobre el escenario. ¿Un fallo técnico? Claro que no. Llega con un cambio de look dorado, gorra, short, top y botas included. Con este looket llega Blin Blin, como no podía ser de otra manera.
Después de este momento, llega otro momentazo del show, y que probablemente más hayas visto por la redes sociales estos días. Directito desde Miami aparece Ozuna. Todavía no nos lo podíamos creer, sobre todo porque ambos cantan Que guay, un tema unreleased que lanzarán próximamente. Por cierto, la química entre ellos es evidente, nuestra Alba no podía dejar de sonreír, y nosotrxs al verlo tampoco.
Así llega Skit y el placer de ver un plano cenital de Alba mientras hace twerking en el suelo. “Me he aguantado las ganas pero ya quiero darte y hoy cruzaste entre el humo, humo”. Todo se vuelve azul, y cada beat se transforma en un movimiento sobre la pista. Algo que caracteriza mucho este momento del show es cómo la iluminación recuerda al universo visual de esta era, tanto como la propia portada del álbum.
Sin previo aviso, las luces se apagan y un único foco alumbra a Farelo. Solo alcanzamos a vislumbrar sus iniciales danzando en los visuales de fondo. Suenan los acordes inconfundibles y Fiebre resuena en el recinto. La fuerza del público es imposible de describir. A nosotros nos invade un mar de sensaciones, sabemos que es así como ella cierra sus shows. Solo nos queda despedirnos. Hasta luego Alba, ha sido un auténtico placer.
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