Una icónica peluca rubia, un outfit de inspiración dosmilera y bien de glam. Bad Gyal ha evolucionado galaxias enteras a lo largo de sus siete años de carrera, pero su esencia siempre ha sido la misma, ya sea desde el escenario del Sonar en 2019 o desde el Coliseo en Puerto Rico. Cuesta creerlo después de tantos hits pero, sí, La joia es su álbum debut, al menos de forma oficial. Hoy nos convertimos en diamond testers para analizar al detalle este esperadísimo disco.
Advertencia: esta reseña la escribe una fan. Es bien sabido y reconocido por el Santo Pussy Ke Mana que los fans de Bad Gyal somos muy exigentes y un poco pesados. Yo tampoco elegí ser fan de Bad Gyal, sencillamente nací así. Qué le voy a hacer.
De La joia sabíamos algún datito que otro ya de antes, empezando por el nombre. Joia significa joya en catalán: una analogía con el diamante que ella misma ha pulido durante todos estos años. Los orígenes de la Farelo están marcadísimos por su amor hacia su nativa cultura catalana, desde un paleolítico Pai hasta un Yo sigo iual que seguía cantando en los directos hasta hace no tanto, el título del disco es la primera declaración de intenciones.
Lo segundo que conocíamos era gran parte del tracklist, primero porque ella ya había lanzado como singles casi la mitad de los tracks (Mi lova, Give Me, Sin carné, Sexy, Real G, Chulo pt. 2 y Bota niña) y, segundo, porque le encanta soltar temas inéditos en los conciertos. Y yo, como fan que os comentaba que soy, ya tenía ubicados Pop Pop, Give Me, Perdió este culo y Bad Boy con Ñengo Flow. Esta última, además, constituía mi más clara apuesta del disco. Pero aun así con esta chica nunca se sabe y será por canciones increíbles que no sacó nunca, vaya.
El caso es que, después de esto, la mañana del viernes me encontré en un punto un poco frío como oyente. Sí, claro que me encanta ver un featuring con Tommy Lee Sparta y que rescate la esencia dancehall que me enamoró en Candela. Y por supuesto que entiendo que quiera experimentar con Bota niña o amplificar su audiencia. De corazón, me alegro. Pero hay algo que se siente ligeramente impostado en La joia, como un matiz de artificialidad. Y no os voy a mentir, me raya (y eso que es un diamante).
Si os soy sincera, marcarme el discurso adolescente de “molabas más cuando eras Crema” me genera una pereza terrible, a mí misma la primera, pero no lo puedo remediar. Creo que el ejemplo de todo esto es Mi lova, con Towers: un tema que lo tenía todo (videoclip, melodía, feat, talento, barras) para pegarse pero que no aterrizó como se esperaba que lo hiciera. Un flop. Escucho opiniones, pero solo se me ocurre señalar como culpable al peso de la propia categoría de superestrella con la que ahora lidia Bad Gyal.
No me entendáis mal, por supuesto que hay temones. La guaracha de Skit es increíble, Sexy es un disco-hit brutal y Perdió este culo lleva sonando en mi YouTube muchos meses, a pesar de que echo de menos la parte de Sean Paul. Aparte la producción está cuidadísima y la transición entre los temas es superagradecida. Respeto para El Guincho, Merca Bae y a Fake Guido entre otros por esto (entre muchos otros, de hecho, hay pila de nombres en producción).
En una entrevista reciente con Chente en Puerto Rico, Alba contaba que Rihanna pidió trabajar con ella para que le ayudara a componer melodías. Mas allá de soñar con un featuring imposible, que también, la escena cobra mucho más sentido después de escuchar el disco (eso y que obviamente yo no voy a contradecir a Rihanna). Las melodías son lo que más sorprende, destacando sobre todo las más lentas como Así soy con Morad u Otra vez más. A cambio, parece que las letras han perdido emocionalidad y parte de carácter. ¿Cómo explico que ya ni cuando habla de fumar porros me lo acabo de creer? ¿Soy la única a la que le pasa?
Bad Gyal seguirá siendo mi reina siempre y La joia es un buen disco; pero no está pensado para los fans, sino para crear nuevos fans. Al menos esa es mi sensación. Y creo que no me equivoco porque cada día está más y más presente en Latinoamérica, ya sea esquivándole un perreo a Rauw Alejandro o siendo criticada por Molusco TV. Yo la seguiré escuchando y prometo no abusar de las anécdotas de cuando la vi pinchando en Cha Chá. Entonces ya se hacían colas larguísimas para ir a verla y había quien hasta lloraba por quedarse fuera. Siempre supimos que era un diamante. Era cuestión de que el resto lo entendiera.
Track favorito: La que no se mueva ft. Tommy Lee Sparta