“Preparadas para llorarte y celebrarte a partes iguales”. Así describe Alba Reche a las personas que conforman su público. Un público con el que se siente alineada. La cantautora lo trata como algo natural y común, como si el hecho de conectar con, en este caso, más de trescientos mil oyentes mensuales en Spotify fuera lo normal. Nada más lejos de la realidad.
Llegar en el modo en que ella lo hace a cada una de esas personas resulta una tarea marciana para la gran mayoría de cantantes, que fluctúan por diferentes playlists sin llegar a echar raíces. A Alba, por el contrario, le sigue tras de sí un grupo devoto en cada show dispuesto a sanar con ella y con todo lo que tenga que contar y cantar.
Son muchas las razones que hacen de Alba Reche una artista insólita. Sus letras, alejadas de lo correcto y lo complaciente; su música, en constante experimentación y cambio; su estética, ajena a tendencias y a portadas de revista. Detalles que en No soy tu hombre han tomado forma con más fuerza que nunca.
No obstante, hay algo que supera todo lo anterior: sus directos. En ellos, la cantante demuestra que sus letras culminan sobre el escenario casi en forma de liturgia. Se materializan en directo de manera onírica, teatral, visceral y, por supuesto, divertida. El culmen perfecto para hacernos cantar, no sin ternura, abrazadas a nuestras amigas.
El boom de todo esto comienza después de una temporada de directos en la que has estado girando con Mon Laferte. Seguro que habrás vivido y aprendido de todo. ¿Hay algo que destacarías especialmente?
La experiencia con Mon por Europa fue impresionante. Tener esa oportunidad fue algo inimaginable para mí, disfruté mucho. Lo que más destacaría es, sin duda, que nunca des por hecho una hora de sueño (risas). Ya lo tenía bastante claro pero después de eso, incluso más.
¿De qué manera crees que ha influido esta etapa en tu manera de orquestar tus directos?
Creo que todo lo que vemos y vivimos deja algo, aunque sea pequeño, dentro de nosotros. No sé si es algo muy evidente dentro de los shows de No soy tu hombre. A lo mejor, pero quizá lo que más destacaría que me llevé es el momento de querer hacerlo más teatral todo.
Poco a poco has ido trabajando para tratar de que todo tu equipo esté compuesto por mujeres. ¿En qué medida crees que ha cambiado el resultado de tus trabajos con ellas a tu lado?
Subirme al escenario rodeada de mujeres y que cada día tenga la oportunidad de rodearme más de ellas ha sido uno de los cambios más positivos que he hecho. Ya no solamente por el hecho de poder ver una conversación de tú a tú, y de una manera paternalista, sino porque son personas que están acorde a mi contexto, a mi edad, que entienden mis referencias y lo que quiero proponer.
Además, tienen una mirada similar a la mía con respecto a la música y al espectáculo, lo que hace de todo una conversación mucho más fluida, honesta y sencilla. Tengo un equipo mixto a día de hoy en algunas partes del equipo, y también estoy muy agradecida con todos los integrantes porque creo que es indispensable que cada día esté más presente la equidad entre artista-equipo, sea el que sea.
Además, tienen una mirada similar a la mía con respecto a la música y al espectáculo, lo que hace de todo una conversación mucho más fluida, honesta y sencilla. Tengo un equipo mixto a día de hoy en algunas partes del equipo, y también estoy muy agradecida con todos los integrantes porque creo que es indispensable que cada día esté más presente la equidad entre artista-equipo, sea el que sea.
No soy tu hombre es un álbum de lo más intimista, donde te muestras más vulnerable que nunca. ¿Cómo se logra representar todo esto en un escenario?
No soy tu hombre es un disco que fue pensado para el directo, lo que ha hecho bastante fácil la adaptación a los escenarios, que no quiere decir que sea una presentación sencilla. Crees que es bastante intimista, pero a la vez se ha conseguido mantener el punto divertido que tienen mis presentaciones y que solo se puede vivir desde ahí, al menos es mi sensación. Estoy muy orgullosa de cómo ha quedado. Creo que es el show más completo que hemos presentado hasta ahora.
En una entrevista comentabas que tienes con tu público una relación muy fluida y que te sientes alineada con él. ¿Cómo es ese público tuyo? ¿Qué lo hace diferente al resto?
Yo creo fervientemente en que hay una línea muy fina entre cada artista y su público. Es gente que se ve representada con tus palabras a través de la música y tu presencia, yo lo entiendo bastante como un reflejo. Se hace evidente, a veces, incluso de manera física, de cómo tenemos una misma estética, una misma forma de hablar, unos círculos sociales similares que se pueden avistar desde arriba del escenario mientras se abrazan con sus amigas cantando una canción, y no podría parecerme más divertido. Creo que son gente sensible, con tendencia a romanizar las cosas y, a la vez, muy divertidas y amables. Preparadas para llorarte y celebrarte a partes iguales.
Y a ti, ¿qué crees que es lo que desprendes para lograr que la gente conecte tanto con lo que cantas?
Buf, pues creo que esa pregunta deberán contestarla otros. La autopercepción cuando estoy de gira intento evitarla.
En la canción con la que abres el disco dices: “Voy a hacer de este jardín mi casa”. ¿Nos describes ese jardín?
Hay muchas flores de muchos colores, el minimalismo nunca ha sido ni será lo mío. Es un jardín ecléctico, incluso podrías encontrar alguna mesita para un pequeño vermut en algún lado si levantas la vista. También muchos animales, todos amigables, algunas amigas, mucho verde y, a poder ser, un tobogán. Sería estupendo.
¿Qué personas son para ti esa casa?
Mis amigas, mi familia, mis animales y yo.
La letra de Mi casa puede llegar a desprender algo de arrepentimiento o incluso nostalgia. ¿Cambiarías algo de tu pasado si pudieras? ¿Algo de lo que te arrepientas de haber o de no haber hecho?
No creo que Mi casa hable de arrepentimiento, la verdad, sino más de un futuro prometedor. La esperanza fue lo que hizo que este disco tuviera un final feliz desde antes de empezarlo, incluso.
A lo largo de todo el álbum reflexionas sobre las diferentes dinámicas que se generan en las relaciones, en este caso, románticas. ¿Dirías que también se dan en la amistad?
Sí, sin duda. De maneras diferentes cada una, pero un rotundo sí.
¿Crees que tratarlas en la música puede ayudar a abrir nuevos debates al respecto y poner en valor la educación emocional?
Bueno, la música no deja de ser la narrativa de una vida y puede plantear muchas cosas, por qué no esa.
Resulta inevitable no detenerse en la carta con la que lo presentas. Un pequeño diario que recoge perfectamente lo que se nos viene en esas diez canciones. ¿Escribir las cosas malas que nos pasan nos ayuda a sanar o intensifica el dolor?
En este caso me atrevo a decir que a mí me vino bien. Sacarlas hizo que no se me pudrieran dentro y me llevaran por delante con ellas. La comunicación es algo maravilloso, aunque a veces sea complejo, incluso con una misma, incluso si esa conversación la subes a plataformas musicales.
Y a ti, ¿te es más fácil cantar esas cosas malas o escribirlas?
Me encanta escribir y me encanta cantar, diría que a la par.
El disco parece contar una historia de manera cronológica. ¿Es casual o realmente buscabas ese orden exacto?
En este disco me temo que poco hay de casual, ¡ojalá lo hubiera más (risas)! Habría sido llevado con mucho más humor, yo creo. Ojalá el siguiente tenga alguna casualidad de por medio. Es un disco que creo que está casi, casi en el mismo orden conforme se fueron componiendo porque está escrito en presente.
¿Cómo fue el proceso de trabajo a la hora de componer?
Me encantó. Di con un equipo maravilloso. Di con una parte de escritura conmigo misma también con la que estoy orgullosa de haber conectado por fin, de manera más honesta, yo creo. Fue en un lugar maravilloso del que también nos impregnamos, en mitad del campo valenciano. Fue muy emotivo.
De todas las etapas que ha requerido el nacimiento de este álbum (la composición de las letras, las grabaciones, el estudio, la puesta en escena, etc.), ¿cuál es la que más has disfrutado?
He disfrutado de todas. Todo el proceso ha tenido momentos muy emocionantes. Ahora, igualmente, elegiría la gira porque es el culmen y el presente.
Estamos acostumbrados a encontrar alguna que otra colaboración en tus trabajos, y No soy tu hombre es el primero en el que las diez canciones son en solitario. Teniendo en cuenta también que es tu trabajo más visceral e íntimo hasta la fecha, tiene sentido que hayas querido prescindir de otras voces. ¿Pero ha sido por algún motivo en concreto o simplemente no surgió?
El motivo es que veo las colaboraciones como una suma y una conversación entre los artistas participantes que creo que pueden dar frutos maravillosos, pero en este caso no tenía sentido. Era un relato basado en un diario en el que no tenía mucho que ver una vivencia externa, no como yo veía en ese momento el proyecto.
Últimamente que vemos tantos temas que, al cabo de los meses, se relanzan remixeados junto con otros artistas, ¿hay posibilidad de que escuchemos en un futuro alguna de las canciones de No soy tu nombre con alguien más o es algo que descartas?
Nunca descarto, lo vería más como una colaboración instrumental. Quizá sí me encantaría reeditar alguno con una nueva versión.
Todo lo que conozco puede que sea la canción más movida del disco, algo más alejado de lo que sueles hacer. ¿Te ves de aquí a unos años explorando otros géneros más en esa línea?
Explorar siempre es divertido, creo que llevo explorando mucho tiempo.
Regresando a la gira, y para la gente que aún no te haya visto en directo, me gustaría que la definieras con tres palabras.
Emocionante, teatral y divertida.
¿Crees que las canciones pueden llegar a transformar la vida de las personas?
Por supuesto.
Y ya para terminar. ¿Resulta más fácil ser digna de alguien que de una misma?
(Risas) Pues creo que es muy complicado de contestar, no te miento. Por ahora puedo ofrecerte el relato de la canción Digna de ti y que cada una se quede con la respuesta que considere.
