Una mujer con un piercing dorado adornando su frente y tatuajes de henna nos observa con atención. Antes de darle al play ya resuenan los sitares. Abhir Hathi, alias El elefante en la habitación, publica Brown Boy. Con él aterriza su segundo disco y el segundo seísmo canario del año, que esta vez viste un sari. Abhir y Saint Lowe se estallan sobre bajos saturados en un álbum sobre identidad, familia y etapas. Como reza Go Getter, “ah, siento la presión”. No es fácil empezar a escribir, es un discazo.
“Jesús, dime si estás ahí
Allah, dime si estás ahí, oh
Ganesha, dime si estás ahí” (Abel).
Allah, dime si estás ahí, oh
Ganesha, dime si estás ahí” (Abel).
La fotografía de la portada es de Murlí Bhatia (aunque no he encontrado nada más sobre el fotógrafo), Mumbai, 1994. Una narrativa de migración tiñe algunos de los proyectos más disruptivos de la música urbana española, desde Morad hasta Putochinomaricón pasando por Blackthoven o Huda. Algo que ya ocurría en el extranjero con la PNL, Skepta, Ghali, pero también con Becky G y Jennifer López.
Lo chulo es que no es marketing, es solo inevitable. E igual de inevitable es que las calles de Carabanchel y de Las Chumberas empaticen con un ‘mitad-español’ porque están repletas de mitad-españoles, de hijos-de. La identidad de quien crea el arte es la esencia del resultado ofrecido. “Igual no soy un canario nacido en casa hindú y sí un pibe indio nacido en Canarias”.
Si suena un ’92’ antes de un verso entonces sabes que ese verso va a ser hit (Hottest.Young.Men.in.Bizness ft. Cruz Cafuné).
Las colaboraciones son un pilar de la identidad de Brown Boy. Y reincidir en la fortaleza de la escena canaria es tan habitual como necesario. Sí, lo sé, es un no parar. Pero es que la forma en que se siente orgánico (porque es orgánico) juntar a Quevedo y a Cruz Cafuné con artistas más pequeños como Galindo o Dawaira habla de la unión real que hay allí. Cada día que pasa nos preguntamos qué tendrá el agua que rodea a las Islas.
Hay quién ha comentado sobre el peligro de la endogamia, pero pensando en la aportación de Ébano, PMP o de Juicy Bae (quien, de hecho, canta incluso en dos canciones) creo que es más que refutable, ¿no?
Tres años de Cathaysa haciendo uñas, cejas, pelo para Fátima (Bombay a las Palmas).
El verso referenciando el estribillo de Reflejos me viene de perlas para recordar a qué sonaba Lazos y nudos. Y es que en el álbum debut de Abhir primaba el R&B, frente a este arrasador rap con beat de electrónica experimental. Un sonido que aúna vanguardia y minimalismo, que también reconocemos en Motomami o Yeezus. Pero insisto, bien cargadito de rap.
Solo hay que pronunciar Tututú para entender cómo Abhir ha despojado a algunas palabras de su significado para convertirlas en onomatopeyas o en elementos más del sonido. Ébano nos insulta con un delay especial (‘Rretrasssa’) en Shtoopid para que la ofensa cale más. Y Abhir parece encender motores al repetir “(elephant in the) room, room, room, room” en 6 anillos.
Y aunque haya más nombres en la ecuación (Tuiste, Choclock, El Secreto Govea o B!GLA, entre otros) es Saint Lowe el principal responsable de esta rave. Señor agente, si se van a llevar a alguien, múltenlo a él. Y aun siendo Lowe de Logroño, la producción es también un viaje a Bombay a través de samples, cantos exóticos y chopeos. En lo personal, destaco el magistral uso de la percusión. Siento los drums cabalgar en Go Getter, casi explotar en Brown Boy Bounce.
Cuando Alyx termina, mi mente comienza a salivar pensando en el directo y rememora el colosal concierto que el indo-canario ofreció en el Riverland Fest. Aviso para todos: va a ser una barbaridad en vivo esto. Yo estaría pillando entradas ya.
Track favorito: Go Getter.