Cuando las hermanas Wachowski estrenaron Matrix en 1999, la película fue un hito que marcó un antes y un después en la historia del cine contemporáneo. Un par de años después vio la luz Matrix Reloaded, que si bien mantenía la esencia de la primera, se desviaba en ciertos detalles. Cuando llegó Matrix Revolutions en 2003 vimos que lo que empezó siendo una idea novedosa y con potencial acabó convirtiéndose en un batiburrillo de conceptos dispersos y desordenados. Este año, Yung Beef ha sacado Ganster Paradise, Bajo bajo mundo y ahora A.D.R.O.M.I.C.F.M.S 4 ½. Creo que sabéis por dónde van los tiros.
Imaginar un A.D.R.O.M.I.C.F.M.S de Yung Beef sin Steve Lean en la producción se hace difícil, pero ahora existe uno y ya lo tenemos entre nosotros. El caso de A.D.R.O.M.I.C.F.M.S 4 ½ es uno desafortunado. Este disco llevaba anunciado cosa de un año y todos nos extrañamos (e ilusionamos) por este nombre tan familiar. ¿Por qué ese ½ ? No sabíamos si sería un proyecto más pequeño o una especie de versión deluxe, y ahora, pese a ver la duración de veinticuatro temas (siete más que en A.D.R.O.M.I.C.F.M.S) podemos decir que ese ½ responde a que el disco se ha lanzado… a medio gas. Es broma, pero si quieres no es broma. 
Pero Yung Beef es como es, y aquí ya nos conocemos todos. El álbum empieza genial: el primer tema es una intro melancólica, como viene siendo costumbre, pero en este caso la produce Woesum. Eso no es tan habitual. No tenemos a Steve Lean, pero ya tenemos en el disco a un miembro de la Drain Gang; bien jugado, Fernando. También topamos con nombres que ya conocíamos de Ganster Paradise como Mike Vegas, u otro del reciente Bajo bajo mundo, DamnPablo. Incluso hallamos productores que han trabajado con artistas como Lil Baby, aunque son casos más bien anecdóticos. En este disco ha trabajado mucha, mucha gente.
Gran parte del proyecto se grabó en Dock Street Studios, Londres, y se nota. “Bájate en Brixton Station” dice Fernando en Badboy. También referencia la cadena británica de tiendas de lujo Selfridges en el estribillo de 100K en el cuello. A partir del sexto track escuchamos el producer tag de Fanatix, un dúo de productores londinenses en cuyas manos reside la hazaña de la autoría de Drugstory.
Los adelantos que ya conocíamos son cada uno una obra de artesanía. De los que no conocíamos podemos destacar algunos como Mi familia cerca o Cuando ya no esté. Estando acostumbrados al sonido de Yung Beef es muy fácil disfrutar el disco, pero aquí el problema principal es el nombre. Es un álbum que no ha sabido estar a la altura de las expectativas, pero que se habría ahorrado toda esta situación si hubiese tenido un nombre distinto, libre de expectativas. También flojean las producciones en muchos casos, y es que un disco de veinticuatro temas está condenado a tener altibajos. El proyecto que tenía Yung Beef para este año era muy interesante: tres EPs de seis canciones cada uno para formar un 666. Solo le falta lanzar el ansiado Plugg 3 para cumplir su palabra. Por eso es raro que de repente haya sacado un disco con más temas incluso que la suma de los tres EPs prometidos.  
Cuando salió Gangster Original en 2021 parecía que había tenido lugar un cambio de dinámica en el ritmo de trabajo de Fernando. Un parón desde El Plugg 2 que se tradujo en un resultado más trabajado, con contenido, más pausado y sobre todo, más organizado. Recordamos que Alex Fatt profetizaba como maestro de ceremonias a través de los skits que articulaban el álbum; skits que muchos nos conocemos de memoria. 
A.D.R.O.M.I.C.F.M.S 4 ½  es disfrutable aun sin llegar a esos niveles, y Yung Beef siempre será Yung Beef. Y es muy suyo el lanzar un disco sin ningún feat, sin avisar, con tanto volumen de canciones, y con esa forma de proceder tan sudapollista. Pero quizá el punk no sea siempre la decisión más acertada. Juzgad vosotros. Yo me quedo esperando al próximo proyecto. 
Track favorito: Cuando ya no esté.