No sé si esta entrevista se hizo por trabajo o por placer. Supongo que dependerá de a quién le preguntes. Por la parte del entrevistador, puedo asegurarte que el disfrute pesó más que la obligación, pero por la parte del entrevistado tengo más dudas. Siendo realista, lo más probable, y casi con total seguridad, es que Ysy A estuviera a las diez de la mañana en un despacho de la Gran Vía madrileña por agenda, pero por su sonrisa constante, por sus bromas y por su compadreo, dio la sensación de que en cierta manera estaba disfrutando. Alejo viene de presentar un disco que habla del tiempo y de lo rápido que pasa todo, y estando con él un solo un rato entendí eso que dicen sobre su relatividad.
El argentino toca en Madrid el 27 de marzo y en Barcelona el 5 de abril, y desde principios de mes está por nuestro país haciendo algunas cosas. Su objetivo principal es calentar el ambiente para el concierto y así crear los sismos que suele provocar en su casa pero, además, tenía algunas citas pendientes por tierras españolas. Una de ellas es con Natos y Waor, y teniendo en cuenta que estos dos han anunciado un nuevo volumen de la serie Barras bravas con un invitado estelar, algo se puede especular. También hará lo mismo en Almería con RVFV y seguramente lo haga con más colegas que por el momento no ha querido desvelar. Alejo no puede parar ni un segundo, y tras lanzar el pasado 11 de noviembre Trampa al tiempo, le toca llenarse de experiencias que le inspiren para el próximo 11/11.
¿Qué tal estás, Alejo?
Ahí vamos, como dicen acá (risas). Nada, estamos muy bien. Por primera vez en Madrid en invierno, conociendo el frío madrileño.
Bueno, no te pilla muy de sorpresa. En Buenos Aires también hace mucho frío en invierno.
Madrid es parecido a Buenos Aires en muchas cosas, el clima es una de ellas. En verano hace mucho calor y en invierno hace mucho frío. Me siento como en casa.
Has venido a Madrid muy pronto, teniendo en cuenta que tu concierto en el Movistar Arena es el 27 de marzo. Estamos a 4 de febrero. ¿Por qué has llegado con tanta antelación?
Vinimos a preparar un poco el ambiente. Teníamos que hacer notas pendientes, un videoclip con Natos y Waor para una canción bastante pesada, con RVFV vamos a grabar otro temón en Almería… hemos venido a aprovechar.
Lo de Natos y Waor ya lo habías comentado en entrevistas anteriores, y atando cabos con una historia de Waor en la que anunciaba un nuevo volumen de Barras bravas con un invitado especial, me da que pensar que puedes ser tú.
No sé, no sé (risas). Puede parecer.
Entiendo que no me puedes decir nada… Cambio de temas entonces. ¿Tienes ganas de presentar tu nuevo disco por España?
Por Madrid y por Barcelona vamos a estar. Tengo ganas, aunque el tour va a ser una mezcla entre el disco nuevo y todos los anteriores. También vendrán un par de invitados especiales sorpresa y nuevas secciones del show que no he hecho mundialmente todavía.
No es tu primera vez en España. ¿Cómo sueles sentir al público español?
El público español es muy bueno. Las primeras veces me decían que acá el público no salta ni con los Rolling Stones, y yo la verdad que siempre disfruté mucho. El efecto de mi show siempre se logró, la gente siempre saltó desde el primer tema hasta el último. Tanto en shows míos como en los festivales que he estado. Incluso en horarios tempranos, la gente vino a hacer el aguante.
¿Nos ves capaces de provocar otro sismo?
¡Sí! Vi que Travis Scott hizo un sismo de uno punto y algo. Yo hago de tres o de cuatro grados (risas).
¿Qué tiene de especial esta gira para ti?
Esta gira lo que tiene de bueno es que ya tengo nueve discos, entonces ya tengo armado el show y la historia que va a contar en base a los nueve discos y a cómo fue mi carrera. Los invitados especiales que tengo van a dar que hablar.
Hablando de que ya tienes nueve discos y de que el show va a ser un recorrido por todos ellos, Trampa al tiempo es un trabajo que también homenajea toda tu carrera, ¿no?
Claro, justamente como el disco habla de todo mi recorrido en la música, el show de este tour también va a hablar de eso. Va a ir pasando por distintos estados y trabajos para que la gente que me sigue desde hace mucho tiempo pueda escuchar toda mi discografía.
“El éxito es complicado, hay que arriesgar y sufrir esa presión constante. Yo lo tomo así. Sé que cuanto más se me complican las cosas es porque mejor las estoy haciendo.”
¿Por qué has tenido la necesidad de hacer un disco retrospectivo ahora?
Soy de sacarle fotos a las cosas que vivo y a los sentimientos que tengo. El año pasado llegué a los veintiséis años y tuve un año bastante nostálgico de mirar para atrás. Hay cosas que me parecían muy cercanas y en realidad ya son muy antiguas, ¿viste? Mi primer y segundo discos, cosas que en el momento eran sueños o el hambre que tenía. De eso ya pasaron más de siete años y personalmente me tocó un año de retrospectiva que quise dejar plasmado en un disco porque es lo que sentía.
¿Por eso no tienes colaboraciones vocales?
Puede ser, sí, ha sido un viaje bastante personal. Es interesante lo que decís. Es bastante personal, y al hablar de todo lo que yo fui viviendo, tenía que ser yo el relator de la historia.
¿En qué momentos de tu vida te has inspirado especialmente para crear este disco que, como estamos hablando, es tan retrospectivo?
En toda mi carrera, me fui acordando desde el principio. Hay letras de El quinto escalón que hablan de ese primer momento en el que me adentro a la cultura hip-hop, luego de momentos ya trabajando para la cultura o de ese Alejo que no se imaginaba que al día de hoy iba a estar acá sentado con vos hablando de que tiene nueve discos y un tour por España. El disco arranca ahí, creando El quinto, y termina en el hoy de hoy que sigo siendo un niño grande. El disco también deja eso en claro, que por más que yo haya logrado un montón de cosas, sigo soñando cada vez más.
Para representar todo esto, ¿qué sonidos o ambientes has buscado?
Algo muy interesante es que en este disco busqué productores del under argentino. Ellos tienen muy latente el hambre y las ganas de comerse el mundo, y me trasmiten esas ganas. Cuando uno se hace más profesional y se acostumbra a esta vida, hay que seguir buscando excusas para tener hambre y seguir yendo por más. Al trabajar con todos productores del under encontré sonidos muy puros y cero pensados en hacer que el algoritmo esté feliz. Siento que eso le dio mucha frescura al disco y lo puso en un lugar muy honesto en cuanto al sonido que yo tanto amo.
¿Cuál ha sido el motivo por el que has tenido solo treinta días para preparar el disco?
La gente que me sigue sabe que todos los 11/11 saco disco. Este año pasado ha sido de mucho trabajo, con muchos viajes y giras por todos lados. Veníamos también de El after del after, con el que giré muchísimo, se acercaba la fecha y en vez de asustarme, dije: sé que voy a llegar. Me encerré de lunes a lunes todo ese mes con todos los productores y estuvimos en el estudio trabajando todos los días y todas las noches.
¿Llegaste a pensar en algún momento que no salía el 11/11?
Siempre he estado en esta carrera constante para llegar al 11/11. En todos los demás discos me pasó, hasta en Ysysmo y Hecho a mano. Este año creo que Oniria me dijo, pensé que no ibas a llegar. Pero el 11 para mí representa tratar de hacer esa jugada maestra para que se cumpla la misión. No lo dudé, sabía que lo iba a lograr.
A pesar de que me dices que te gusta esa presión, ¿te habría gustado tener más tiempo?
Creo que con más tiempo no hubiese salido el contenido que salió; si no hubiese tenido esa presión extrema del tiempo. Justamente en un disco que habla tanto de la retrospectiva es muy loco haber tenido tan poco tiempo para plasmar todo eso, y creo que me jugó a favor. Me puso en un modo de supervivencia, tuve que sacar rápido de mi mente y de mi corazón todo lo que estaba sintiendo. Entonces no hubo tiempo para dudar, y el sacarle la foto directamente fue, para mí, de los mejores condimentos del disco.
Líricamente, el disco contiene tus temáticas habituales sobre los sueños, la ética del trabajo, la confianza en tu visión, pero además hay ciertas barras que hablan de esta presión que sientes por ir tan apurado. Me dices que te gusta la sensación, ¿pero no puede acabar quemando?
El éxito es complicado, hay que arriesgar y sufrir esa presión constante. Yo lo tomo así. Sé que cuanto más se me complican las cosas es porque mejor las estoy haciendo. Es porque estoy creciendo y mejorando enfrentándome a esa presión. Entonces, esas barras no son ninguna insinuación de necesitar parar, son para reírme de mí mismo por no querer parar. Yo sé que voy apurado, pero es porque quiero hacer historia y aprovechar los años de frescura creativa que tengo.
En relación a esto último en cuanto a la creatividad, te he visto decir también en algún lado que ya no te pasan tantas cosas como antes. Mucho trabajo quita tiempo a las experiencias vitales.
Claro, por eso cada uno es responsable de tomar el equilibrio entre la vida personal y la profesional. Para que se retroalimenten y se mejoren la una a la otra. Justamente ahora, en este viaje a España, estoy aprovechando para pasear, turistear, juntarme con gente, para aprender… todo eso apenas vuelva al estudio lo voy a plasmar de una manera hermosa.
Para acabar, sigues todavía sin tener tatuajes. Hablando de que el disco es retrospectivo y suponiendo que por ello ha sido un punto de inflexión, no sé si Trampa al tiempo puede ser el motivo por el que llegue el primer tattoo.
Yo por ahora estoy bien con mi pielcita blanca (risas). Me gustan más las joyas que los tatuajes.
