Xina Mora está revolucionando el hard techno con un sonido que fusiona lo urbano, lo místico y lo extremo. En Re:nacer, su disco más personal, entrelaza ángeles y demonios con un bpm frenético y numerología espiritual. ¿Cómo llegó hasta aquí? Te lo cuenta en esta entrevista.
Desde Zaragoza hasta Madrid y de la música urbana al hard techno más visceral, Xina Mora por fin ha encontrado su voz tras un recorrido musical muy variado. Su universo es una ceremonia de luces y sombras, donde ángeles y demonios bailan al ritmo de bpm implacables. Pero su música es mucho más que potencia: en sus letras hay energía femenina, sensualidad y empoderamiento. Xina convierte la sexualidad en un arma de liberación y la oscuridad en un espacio de transformación. Con Re:nacer, la artista se encuentra a sí misma, conectada con la espiritualidad que ha mamado desde pequeña. Su música no pide permiso, la energía ya está en el aire. Si no has sentido su magia aún puede que no estés lo suficientemente despierto.
Lo primero, ¿qué tal estás? ¿Emocionada con el lanzamiento?
Sí, un poco shockeada porque tenía que salir en varias fechas y hubo tanto lío… Ahora que ya está fuera de verdad estoy feliz. Ya ha pasado por fin.
Comenzaste en la música urbana pero ahora eres pionera en la fusión del hard techno con sonidos más urbanos y ‘oníricos’. ¿Cómo fue ese proceso de transición y qué te llevó a tomar esa dirección?
Siempre he tenido la idea de hacer un disco de música electrónica. Re:nacer empezó siendo más tranquilito de hecho, pero se ha hecho más hard porque la gente me pide cosas más fuertes. Yo ya no sé qué más les voy a dar… (risas). Al principio las canciones eran más deep house, oscuro pero electrónico, y fueron subiendo de bpm y de dureza.
El cambio ocurre porque es la primera vez que me siento identificada con la música que hago. Al principio quizás me dejaba llevar por lo que en ese momento se llevaba, lo que la gente esperaba y lo que decían que tenía que hacer. Ahora estoy muy feliz porque esto es lo que quiero, este es mi sitio.
Eso es lo más importante. Tu interés por la música y por la electrónica nace desde pequeña, sin embargo, también decidiste estudiar enfermería. ¿En qué momento supiste que la música sería tu camino definitivo?
Empecé con la música y el teatro a los seis años, siempre he estado metida en el mundo del arte. Cuando tengo que tomar la decisión de salir del instituto y le digo a mi madre que me quiero dedicar a esto… Bueno, tuve que hacer enfermería. Pero todo pasa por algo, hice enfermería y seguramente me enseñó muchas cosas, entre ellas, que quería dedicarme realmente a esto. 
Tu universo musical está influenciado por la numerología angelical. ¿Cómo llegaste a conectar con esta simbología y de qué manera impacta en tu proceso creativo y en tu vida?
Viene desde pequeña. Mi madre tenía un librito en la mesilla de su cuarto que se llamaba Pon el cielo a trabajar. El otro día me vino este recuerdo y lo he contado en todas las entrevistas. Es un libro que habla de justo eso, cómo puedes conectar con el universo para que pasen cosas y cómo hablar con tus guías espirituales para que te guíen por el buen camino. Siempre me interesó, la espiritualidad es un tema del que siempre intento saber más, leo y conecto mucho. 
Ahora entiendo por qué cada tema de tu EP lleva un número angelical ¿Cómo decides qué número representa cada canción? ¿Es algo que sientes intuitivamente o sigues algún significado concreto detrás de cada número?
Con el primer tema, 444 (La señal), en esa época, todo el rato encontraba cuatros en todas partes. Yo ya no sé si era una cuestión de que lo manifestaba o cuál era el motivo, pero estaba segura de que iba por el buen camino. Justo este tema fue el que petó, muy fuerte. A partir de ahí, cada tema tenía un número diferente, y cada número tiene un significado. Tendría que sacar un libro para explicar el significado de cada título porque en las entrevistas no me da tiempo (risas). O sea, puedo explicarlo de forma superficial en una frase, pero es complejo. 
Justo eso te iba a mencionar 444 (La señal). Tu primer sencillo se volvió viral y alcanzó millones de reproducciones. ¿Esperabas ese impacto? ¿Qué crees que hizo que conectara tan fuerte con el público?
Cuando lo iba a sacar, dije, mira, si no lo escucha nadie más que mi amiga y mi madre, yo feliz, suficiente. Estoy tan orgullosa de la canción que he hecho que me da lo mismo porque me siento a gusto e identificada con ella. ¡Y justo el tema reventó! Es muy fuerte la vida, no me lo esperaba para nada.
Hay que mencionar las influencias de Alemania, Rusia, Francia y Holanda en tu sonido. ¿Cómo descubriste la música electrónica de estos países y cómo empezaste a incorporarla en tu estilo? ¿Fue a través de viajes y experiencias en clubes o de una manera más autodidacta?
Tengo pendiente ir a Berlín. ¡Este año sí o sí voy a ir (risas)! He escuchado música electrónica desde muy pequeña. De hecho, recuerdo gente saliendo a discotecas de reggaetón, y yo iba a las de techno. Aunque en ese momento era más minimal, house y deep house, una movida más lenta. Pero había discotecas de hardcore y rawstyle y todo esto que me flipa. Entonces sí, mucho viene a través de la experiencia. Pero en España, y luego en casa, a base de escuchar música todo el rato.
Re:nacer es un disco que transporta al oyente a un viaje espiritual y sonoro. ¿Desde el inicio buscaste provocar esa experiencia o el concepto se fue moldeando de manera natural durante el proceso creativo?
Sí, sí que había una idea de que fuese un viaje, de que hubiese una historia. Trata el tema de los demonios y de la parte oscura interna. Estaba esa idea de transición y buscamos una especie de clímax final. Pero con las colaboraciones, todo eso ha variado mucho y ha influido en el orden de las canciones. Fui apagando fuegos para conseguir sacar todo porque colaborar, chicas, es complicado (risas). 
Me imagino. Además, en este álbum has trabajado con artistas como Metrika, Ysy A, Santa Salut y Babi, cada una con un estilo muy distinto. ¿Cómo ha sido la experiencia? ¿Te motiva explorar nuevos sonidos con otros artistas o supone un reto adaptarte a diferentes formas de crear música?
Estoy muy contenta porque todas las colaboraciones del disco, aparte de que la mayoría son femeninas, que es lo que buscaba, cada una tiene una personalidad muy diferente y todas nos hemos unido superbién. Es de las cosas que más me gustan del disco. 
Metrika, Babi, Santa Salut… Con cada una fue un proceso distinto, pero con ellas en concreto fue muy fácil colaborar. Claro, depende qué colaboraciones cuestan más o hay más nervios porque no depende solo de ti. Hay que calcular desde los tiempos que manejas, el vídeo, mil cosas. Es un reto, la verdad. 
Eres una artista muy versátil, y lo demuestras en tus shows (pinchas, cantas, produces). ¿Qué parte es la que más disfrutas? 
El live, cien por cien. Es que me han pasado cosas tan locas con la gente este año. ¡No me lo he podido pasar mejor! La gente se vuelve loca, la conexión es en el directo. El estudio es brutal porque te ríes, creas, de repente lloras… Es un viaje. Pero ahora que he empezado a hacer más shows en directo y me siento más conectada con la gente, pfff… es lo más fuerte que hay. Es un éxtasis, es inexplicable. Es una droga pero natural e increíble.
Tiene que ser una locura. El público te ha designado como ‘El ángel del echno’. ¿Cómo recibes este título y qué significa para ti?
Está muy relacionado con lo que te contaba sobre la angelología. La gente me dice que también hablo del demonio, pero es que no deja de ser un ángel caído. La luz y la oscuridad no son opuestos, sino dos partes de una misma cosa que siempre van de la mano. Si aprendes a abrazar tu oscuridad, puedes equilibrar tu luz. Así que, me parece que ‘ángel del techno’ está guay porque puedes ser las dos cosas, el ángel y el demonio en una misma figura. 
¿Pasa lo mismo con la música que consumes? Aunque tu sonido es intenso y oscuro, ¿hay géneros que te guste escuchar y que podrían sorprender a tus oyentes?
Justo ayer nombré una lista de música clásica que a veces escucho por las mañanas, y quizás la gente no se espera. La busqué ayer en Spoti y el título es Música clásica dark (risas). Cosas así muy ‘coloridas’ ahora mismo no escucho.
La oscuridad siempre está presente en ti entonces (risas). Pensando más de cara al futuro, ¿cómo te ves? ¿Te imaginas explorando nuevos géneros y probando cosas que se salgan de tu estilo, o sientes que tu camino seguirá por la línea que has construido hasta ahora? 
Obviamente seguiré siendo Xina Mora, pero evolucionas todo el tiempo. Esto es lo más puro y original en relación a lo que he hecho hasta ahora, pero nunca se sabe. A lo mejor dentro de unos años soy otra persona y quiero hacer rancheras (risas). Dentro de la electrónica me queda mucho por explorar. Me gustaría tocar muchas más cosas.
Como me has comentado antes, te gustaría llevar tu show fuera de España y pinchar en lugares emblemáticos como Berghain. ¿Sientes que ese momento está cerca?
Yo lo proyecto cerca. Me pasa con todo. Por ejemplo, una colaboración con Billie Eilish no la proyecto lejos. Un show de Xina Mora o de Clímax (que es la fiesta que yo hacía) en Tomorrowland en el main lo proyecto cerca. Y luego ya, que pase lo que tenga que pasar. Todo lo que pasó este año (los festis que he hecho, la gente que he visto y conocido, etc.) era una cosa que yo proyectaba un año atrás aprox, y ha pasado. O sea que todo es posible. Pero yo no persigo, ¡yo atraigo!
Siguiendo con esta idea de proyectar y atraer, si alguien que está leyendo esta entrevista quisiera adentrarse en la escena electrónica o el hard techno, ¿qué artistas o discos le recomendarías para empezar, tanto a nivel español como internacional?
Para no empezar muy fuerte, y supongo que es mucho más mainstream y la conoce mucha más gente, recomendaría Sara Landry, que produce su propia música y acaba de sacar un disco. Más allá de que ella no le mete mucha vocal, a nivel de hard techno está muy bien para introducirte. Aparte la tía es muy guay. De ahí nos podemos ir para arriba en bpm. Si tengo que recomendar un artista que también produzca su música y que haga un show parecido al mío, diría a Arca siempre. Me he inspirado mucho en ella. 
Y para terminar, una última recomendación, pero esta vez espiritual. Si alguien empieza a ver repetidamente angel numbers (como el 444 o el 555), ¿qué le dirías?
¡Que muy bien! ¡Que está despierta, que está despierto! Para ver los números y los mensajes del universo hay que estar despierto y presente, porque si no, pasan por delante y no los vemos. Esto es así: cuando de verdad empiezas a estar en equilibrio y focus, aparecen. Le diría: vas por el buen camino.
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