Hemos estado muy pendientes de este segundo álbum de Xicu, especialmente después de escuchar Clavat a dins, el primero de los tres adelantos del disco en el que vimos que iba a subir una marcha a su ritmo habitual. Sacrificis es un proyecto íntimo donde nos habla de sus inseguridades y de los sacrificios que ha tenido que hacer para dedicarse a lo que le apasiona. ¿Y qué mejor forma de escucharlo por primera vez que en una listening party junto a él, su gente y sus compañeros de profesión que cargan la misma cruz? Vamos a ello.
Llegamos a la terraza de la 78/33 del Raval, justo al lado del mítico parque del MACBA, y empezamos a reconocer caras de la escena. La unión de esta generación de artistas a la que también se conoce como “la banda del pati” (si no me equivoco, a raíz de una playlist que alguien creó con este nombre) es real, y sin ir más lejos, en e este álbum participan Triquell, Socunbohemio, Ven’nus, Maria Hein y Souto. Entre birras y sonrisas sentimos el ambiente de celebración, y en un momento dado entramos a la sala.
Xicu, tras admitir estar un poco nervioso por enseñarnos su proyecto, tomó las riendas y nos pidió por favor que no habláramos ni aplaudiéramos al final de las canciones para no perdernos ningún detalle. En cuanto le dio al play y vimos proyectados los visuales, automáticamente las primeras filas se sentaron en el suelo y así fuimos bajando todos hasta crear un cinema a la fresca, pero en una sala cerrada. Sinceramente, al principio fue raro, pero tras escuchar los primeros tracks sentado, uno se pone cómodo y recibe todo mejor.
Pues con una pierna dormida y la espalda quejándose porque ya tenemos una edad (tengo veintidós años), entramos en la experiencia inmersiva de Sacrificis. Si has escuchado Blau o escuchas a Xicu en general, sabrás que su música tiene ese perfeccionismo característico de alguien que trabaja tanto en la composición como en la producción de sus trabajos; en este segundo álbum vuelve a conseguir meterte en una burbuja y hacerte sentir que de la primera a la última canción existe una conexión. Todo suena a Sacrificis
Tanto musical como líricamente puedes ver una evolución que da forma al concepto del álbum. Al principio nos habla de diferentes situaciones que vive y nos cuenta cómo siente que le afectan las decisiones que toma y el estilo de vida que lleva a sus relaciones personales. En Pausa lo vemos con sus amistades y en Clavat a dins con un amor. Hay muchos versos buenos en Pausa, pero este me parece especialmente descriptivo: “Venen a casa a sopar i després van a Razz / jo que no vaig mai enlloc no puc entendre / com segueixen venint tots a casa meva”. El cuerpo del trabajo se centra en eso, hasta que en No és real si no fa mal, junto a Maria Hein, entendemos que estos sacrificios son necesarios y el hecho de que duelan, también lo es. 
No és real si no fa mal y Dol, or son dos canciones cargadas de épica que actúan como precedente perfecto a una explosión final, en la que Xicu se libera, deja la tónica sentimental y añade un drop que arrasa con todo. Esto pasa en Tornar-ho a intentar, donde justamente parece que hace lo contrario de lo que dice en la letra, y decide tomar una decisión con el corazón en vez de hacerlo con la cabeza y asumir que puede doler. Y en Gràcies al sacrifici, último track y para cerrar el trabajo, parece estar totalmente liberado y con ganas de seguir adelante y dejar a un lado el dolor. Así lo expresa: “La mà apuntant al cel, vaig cap allà / ho faig pel Xicu que plorava d’amagat”. Si te has quedado con las ganas de vivir esto en directo, no te preocupes, porque el próximo 16 de enero presentará Sacrificis en La Nau de Barcelona.
Track favorito: Gràcies al sacrifici ft. Souto