A veces, para encontrar tu voz, primero hay que perderla un par de veces. Borrar fotos, cerrar ciclos, silenciar el pasado, y luego hacer que todo eso suene en un tema. Eso es lo que ha hecho Wille con Sálvame de mí, una canción que no se esconde y que marca el inicio de una etapa donde las guitarras y las letras no se guardan nada.
Con un sonido que mezcla emo, urbano, punk, metalcore y una sensibilidad muy especial, Wille forma parte de una nueva ola alternativa que no tiene miedo de hablar claro, de mostrar lo que hay debajo de la piel, sin filtros. Hoy charlamos con él sobre reinvención, heridas, amistad, estética y todo lo que hay detrás (y dentro) de su música.
¡Hola, Wille! Bienvenido a ACERO. Para nuestros lectores que no te conozcan, ¿podrías regalarnos una pequeña presentación?
¡Hola! Antes de nada, mil gracias por todo, me hace mucha ilusión poder formar parte de ACERO. Soy Wille, cantante afincado en Madrid. Busco formar parte de este movimiento que ha traído de vuelta el sonido emo post-hardcore de los 2000s mezclándolo con distorsión, sintetizadores oscuros y una sensibilidad muy actual, con influencias del punk y lo urbano.
Para poder saber de ti un poquito más, ¿quién eras antes de ser Wille? ¿Qué queda de esa persona en lo que haces hoy?
Antes de ser Wille, había otra versión de mí mucho más colorida. Vivía rodeado de nubes de algodón, como si nada doliera. Pero era fachada. Todo eso se fue resquebrajando con el tiempo, hasta que ya no pude sostenerlo. Ahora lo que hago es ponerle sonido a esa caída. Aquel Wille sigue dentro, pero ahora convive con las ruinas.
Antes de llegar a este sonido tan crudo y honesto, ¿pasaste por etapas donde te censurabas o te protegías más?
Sí, totalmente. Antes me escondía mucho. Intentaba encajar, sonar más ‘limpio’, más aceptable. Había miedo a mostrar lo que realmente estaba sintiendo porque pensaba que nadie quería escuchar eso. Me protegía tras letras ambiguas o producciones pulidas que tapaban el dolor. Pero con el tiempo entendí que lo más potente que tenía era precisamente lo que más intentaba esconder. Ahora prefiero que suene roto, pero real.
¿Recuerdas la primera vez que usaste la música como escape o refugio? ¿Qué sonaba entonces?
La música siempre ha estado muy presente en mi vida, desde que tengo memoria. Recuerdo que una de las canciones que marcó un antes y un después en mi infancia fue Pieces, de Sum41. Se convirtió en un himno para mí, una especie de refugio donde podía sentirme entendido sin necesidad de palabras. Pero no solo vengo del mundo del emo y el punk; también he crecido escuchando a uno de mis dúos favoritos, Suicideboys, que me abrió otra puerta: el trap oscuro y crudo. Podríamos decir que mi vida ha bailado entre esos dos universos, el emo/punk y el trap, y esa mezcla es parte fundamental de lo que soy hoy.
Tu sonido mezcla emo, pop punk y metalcore, pero también conecta con una escena que está creciendo. ¿Sientes que hay una nueva ola emocional en lo alternativo?
Sí, sin duda. Creo que estamos en medio de una nueva ola emocional en lo alternativo, donde géneros como el emo, el pop punk y el metalcore están volviendo a tomar fuerza, pero con una mirada más honesta y directa. Mi sonido mezcla esos estilos porque reflejan diferentes partes de lo que siento y vivo.
Además, esta escena que está creciendo no tiene miedo de mostrar vulnerabilidad real; las letras son más crudas, más personales, y eso conecta con mucha gente que busca algo auténtico. Las guitarras, que antes parecían un poco olvidadas, ahora están regresando con toda la fuerza para darle cuerpo a esa emoción. Para mí, es un momento en el que lo emocional y lo musical se encuentran de manera muy natural y necesaria.
Además, esta escena que está creciendo no tiene miedo de mostrar vulnerabilidad real; las letras son más crudas, más personales, y eso conecta con mucha gente que busca algo auténtico. Las guitarras, que antes parecían un poco olvidadas, ahora están regresando con toda la fuerza para darle cuerpo a esa emoción. Para mí, es un momento en el que lo emocional y lo musical se encuentran de manera muy natural y necesaria.
“Durante mucho tiempo me escondí detrás de una versión más suave y más edulcorada. Pero con este proyecto me encontré de verdad.”
Tu nuevo tema, Sálvame de mí, suena como una herida abierta. Musicalmente tiene una intensidad brutal. ¿Recuerdas el momento exacto en que nació esa frase?
Sí, lo recuerdo perfectamente. Sálvame de mí nació en un momento bastante oscuro, cuando estaba lidiando con mis propios demonios internos y sentía que muchas veces era yo mismo mi peor enemigo. La frase surgió como una especie de grito urgente, casi una súplica, para encontrar una salida de ese caos interno. Musicalmente, quería que esa intensidad se sintiera en cada nota, en cada golpe de guitarra y en la voz, porque esa sensación de herida abierta no se podía disfrazar. Fue un momento muy duro y necesario para mí, y creo que por eso la canción conecta con la gente.
Hace poco subiste un vídeo de tus amigos reaccionando al tema antes de que saliera, pero me gustaría saber cómo está siendo el recibimiento en tus fans. Cuéntanos un poquito acerca de esas primeras impresiones.
La verdad es que estoy llegando a un público que no esperaba, y eso me ha sorprendido muchísimo. En particular, he tenido una muy buena acogida en México y Argentina, países donde la conexión con Sálvame de mí ha sido increíble. Es una sensación muy fuerte ver cómo la gente conecta con la canción, especialmente porque uno siempre tiene miedo al lanzar un single nuevo, sobre todo cuando estás al margen de lo mainstream y no cuentas con grandes apoyos comerciales. Pero estas reacciones me están demostrando que mi música sí que tiene un nicho, y eso me motiva a seguir haciendo música desde ese lugar real.
¿Qué buscas provocar en esa gente con este nuevo single?
Quiero que la gente sepa que una ruptura o los demonios que llevamos dentro no hay que callarlos ni esconderlos. Todos tenemos nuestros monstruos, y Sálvame de mí quiere poner eso sobre la mesa para que nadie se sienta solo o avergonzado. La canción es para que podamos aceptar y enfrentar lo que nos pasa de verdad, sin miedo ni silencios.
¿Cómo viviste el proceso de composición? De quién te rodeaste para la produ, primeras ideas, etc.
El proceso fue muy intenso y personal, pero gran parte del Wille que soy hoy se la debo a mi mejor amigo y guitarrista, Isis. Él ha estado conmigo desde el principio, no solo tocando las guitarras, sino también ayudándome a dar forma a las ideas más crudas y auténticas. Sin Isis, esta canción no habría tomado la forma que tiene; es el motor que hizo que todo fluyera naturalmente.
La producción la hice con Jorge Blanco, quien me brindó un espacio seguro para soltar toda la rabia y transformarla en este single. Fue un trabajo muy personal, basado en la confianza, donde cada uno aportó todo lo que tenía para lograrlo.
La producción la hice con Jorge Blanco, quien me brindó un espacio seguro para soltar toda la rabia y transformarla en este single. Fue un trabajo muy personal, basado en la confianza, donde cada uno aportó todo lo que tenía para lograrlo.
Además del sonido, parece que hay una dirección estética muy clara en este proyecto. ¿Cómo has trabajado el concepto visual de Sálvame de mí?
El concepto visual de Sálvame de mí es muy importante, y para construirlo trabajo mano a mano con Noa Pharrell, una fotógrafa y creativa muy conocida que desde que llegó a mi vida le dio todo el sentido al universo de quien soy ahora. Ella fue una de las personas que más me impulsó a coger las canciones y convertirlas en un EP, porque fue quien encontró el hilo narrativo que conecta todo el disco.
Siempre he creído que la imagen es superimportante, por eso era clave crear un universo visual que encajara con el disco y con el que me sintiera identificado. Quería que todo fuera coherente, que la música y la imagen contaran la misma historia y reflejaran quién soy. Trabajar con ella ha sido clave para que todo el proyecto tenga coherencia y fuerza.
Siempre he creído que la imagen es superimportante, por eso era clave crear un universo visual que encajara con el disco y con el que me sintiera identificado. Quería que todo fuera coherente, que la música y la imagen contaran la misma historia y reflejaran quién soy. Trabajar con ella ha sido clave para que todo el proyecto tenga coherencia y fuerza.

En tu Instagram solo encontramos promo de este nuevo trabajo y no hay rastro de proyectos anteriores. ¿Fue una decisión simbólica, emocional, o ambas?
Sí, fue una decisión totalmente consciente y con mucho peso emocional. Sentía que este proyecto marca un antes y un después para mí, no solo en lo musical, sino también a nivel personal. Eliminar lo anterior fue una forma de cerrar etapa, de dejar atrás todo lo que ya no me representa. Durante mucho tiempo me escondí detrás de una versión más suave y más edulcorada. Pero con este proyecto me encontré de verdad, y necesitaba que todo lo que muestro, incluido mi IG, reflejara eso. No fue fácil, fue duro dejar atrás cosas a las que tenía cariño, pero el sacrificio ha merecido la pena. Ahora todo lo que muestro soy yo, sin filtros.
Sálvame de mí es solo el primer golpe del EP homónimo que estás preparando. Sin dar muchas pistas, ¿qué más nos espera en este viaje?
Sálvame de mí es solo el primer tema de un proyecto mucho más grande. El EP está basado en mi última ruptura, y cada canción cuenta una parte diferente de todo lo que pasé hasta empezar a salir adelante. Hay rabia, tristeza, momentos de vacío, pero también claridad y ganas de seguir. No es un disco hecho solo pensando en la técnica, sino en sacar todo lo que tenía dentro y dejarlo salir.
Gran parte del EP lo estoy produciendo en Barcelona con Noel Campillo, rodeado de músicos con muchísima experiencia que creen en mi proyecto. Me flipa poder compartir lo que llevo dentro con la gente. Más que un cierre, este proyecto es el arranque de algo nuevo.
Gran parte del EP lo estoy produciendo en Barcelona con Noel Campillo, rodeado de músicos con muchísima experiencia que creen en mi proyecto. Me flipa poder compartir lo que llevo dentro con la gente. Más que un cierre, este proyecto es el arranque de algo nuevo.
¿Es esta ‘nueva era’ una reinvención, una ruptura o simplemente el paso lógico en tu evolución?
Diría que es una ruptura en toda regla. No solo con alguien que marcó una etapa importante en mi vida, sino también conmigo mismo. Tuve que romper con una parte de mí que ya no me sostenía, que estaba intentando seguir adelante a base de silencio y fachada. Al mismo tiempo, es una evolución natural. No fue un giro brusco, fue aceptar que necesitaba cambiar para seguir siendo yo.
Quiero despedirme invitándote a una pequeña reflexión: ¿quién es Wille ahora, comparado con el que empezó a escribir ese EP?
Cuando empecé a escribir este EP ni siquiera sabía que iba a ser un EP, simplemente hacía música porque siempre ha sido mi pasión y mi gran sueño. No estaba pensando en estructuras ni en proyectos, solo necesitaba sacar lo que tenía dentro. Y de repente apareció Noah, que puso un poco de orden en todo ese caos, alguien que encontró el hilo que hacía que todas las piezas encajaran. Eso cambió todo para mí, me dio claridad y me ayudó a darle sentido a lo que estaba creando. Hoy soy una persona diferente; no reniego del pasado, pero sé que tengo que avanzar. Ahora me siento mucho más ligero y con ganas de seguir creciendo.
