A veces, las ideas más potentes no llegan cuando las buscamos, sino cuando dejamos de empujar. Violeta lo sabe bien. Su primer álbum homónimo no nació de una planificación estratégica, sino de una revelación nocturna. Un proyecto que no es solo su debut discográfico tras salir de Operación Triunfo, sino una carta de presentación profunda, teatral y valiente. Inspirado en la figura de Violetta Valéry, la protagonista de La Traviata, el álbum entrelaza música, narrativa y estética con una sensibilidad poco común en la industria actual.
Nos recibe justo en medio del torbellino del lanzamiento, firmando una tirada de discos en uno de los pasillos del Teatro Albéniz, pero con la misma calma apasionada con la que ha construido este universo. Nos habla sobre el arte que la formó, el amor como motor vital, sus padres, el conservatorio, el cansancio creativo y la libertad como premisa irrenunciable.
¡Hola, Violeta! Antes que nada, ¿cómo estás? Hace tan solo unas horas que se ha estrenado tu disco.
Todavía no me ha dado tiempo a digerir nada, ha sido levantarme y ponerme a firmar, seguir trabajando y preparando todo lo que viene ahora. Pero tengo muchas ganas de sentarme un ratito, ver la acogida, qué opina la gente, etc. También ponerlo en perspectiva porque llevo mucho tiempo en piloto automático, trabajando mucho y estoy deseando sentarme, parar un poco.
Es tu primer álbum después de OT. Has sacado singles, pero este es tu proyecto más gordo hasta la fecha.
Por muchos singles que saque, no tienen nada que ver con la identidad que muestra un proyecto como un álbum. Cuando me estoy mostrando como artista es en este proyecto. Aquí se puede ver cuáles son mis influencias y qué tipo de letras hago, ¿no? Se puede sacar más de mi identidad en un proyecto extenso que en un single. Por eso me apetecía hacer un disco, es la mejor forma de enseñar todo lo que uno lleva dentro.
Tu nombre artístico y real rinde homenaje a Violetta Valéry, la protagonista de La Traviata. ¿Qué significa para ti esta conexión tan profunda con la ópera desde tu infancia? ¿Qué recuerdo tienes de la ópera en tu casa?
En mi casa siempre ha estado muy presente la música en general: se ha escuchado flamenco, ópera, clásica. Mi primera canción favorita fue La reina de la noche. No sé, no lo tengo como un recuerdo porque ha estado presente durante toda mi vida, no ha sido algo aislado. Pero sí, yo miro atrás y recuerdo haberme desarrollado con ese tipo de música, con el arte y el amor por la cultura en general.
De pequeña pintaba y fui al conservatorio de música; la cultura siempre ha estado muy presente y mis padres siempre me han inculcado ese amor. Lo digo todo el rato, pero es verdad, este álbum no habría sido posible sin mis padres. Ya no solo por el nombre, sino por esa apreciación del arte, de la ópera, del mundo clásico.
¿Qué otra música se escuchaba en tu casa?
En mi casa se ha escuchado siempre mucho clásico. The Supremes me encantaban de pequeña, recuerdo que mis padres tenían un disco y cuando íbamos al cortijo o lo que sea lo ponían. Diana Krall, María Callas, Sade…
violetahodar_3.jpg
Todas divas.
La verdad que sí. También Barbara Streisand, que a mi madre le encanta. 
Hablando de tus padres, ¿ya han escuchado el álbum?
Sí.
¿Y qué les ha parecido?
A mi padre le gusta mucho y a mi hermana también. Para mí era muy importante esa barrera, porque considero que son personas con criterio y sabía que no me iban a mentir. O sea, si le gustaba, le gustaba de verdad. Mi hermana para mí es el mayor filtro.
Has llevado esa inspiración de la ópera clásica a un álbum conceptual moderno: Violeta. Cuéntame un poco cómo surge y se fundamenta todo esto. ¿En qué momento decides que La Traviata es el punto de partida?
Fue una cosa casi fortuita. Desde que salí de Operación Triunfo, sabía que el álbum que quería hacer fuese conceptual. Estuve en el estudio grabando canciones y un día me acosté en mi cama muy tarde, cansada de trabajar (eran como las tres de la mañana y me levantaba a las ocho, o algo así) y fue como una epifanía. 
¿En qué sentido?
De repente me vino y dije: claro, es Violeta y vas a reinterpretar La Traviata porque por eso te llama así y va a ser tu primer álbum. Es la primera pincelada artística que te dotaron tus padres, y qué mejor que hacer tu primera obra artística como homenaje a eso. Considero que mi nombre, aparte de ser eso, tiene de por sí una identidad, una historia, una estética. En ese momento pensé: ¿cómo no se me había ocurrido antes?
Son ideas que viven en el subconsciente y aparecen, pero están dentro uno mismo.
También cuando estás cansado, estás tan estrujado que los pensamientos son irracionales, vienen y no tienen filtro. Estaba tan cerca del bosque que no veía el árbol, ¿sabes? Era algo que me había acompañado toda la vida y estaba tan intrínseco, tan dentro, que no me lo había planteado.
Hablemos de Violetta Valéry, tu tocaya y musa. Ella es una mujer libre, marcada por el sacrificio y la tragedia, pero también por el amor y la pasión. ¿Qué aspectos resuenan de ella en tu vida y en tu música?
Para mí Violeta Valéry tiene muchísimas capas, era un personaje adelantado a su época. Es una mujer fuerte y muy sensible, con una gran coraza. Al principio canta a la libertad, no hay nada que la vaya a encadenar, aunque luego cae rendida a un amor puro y sin límite, y yo soy un poco así también.
Para mí la libertad es algo muy importante. Me gusta sentirme libre, pero lo más importante del mundo es el amor: el amor en todas sus formas, sin condicionante y pleno. El amor también forma parte de esa libertad y es imprescindible, y además, tiene que haber pasión. Un amor que no sea pasional no tiene ningún sentido, y una persona que sufre por amor le da igual porque sabe que es la condena de tener un amor tan fuerte.
La ópera, en general, utiliza símbolos muy potentes para contar la historia, desde los decorados hasta el propio vestuario. ¿Qué símbolos o imágenes de La Traviata has incorporado en tu álbum y cómo los interpretas en tu lenguaje?
Cuando me vino la epifanía, digamos, me puse a estudiar como una loca. Aunque tenía conocimiento, quería saber mucho más para poder crear desde el fundamento. Cuando me di cuenta de que lo que quería hacer era esto, eliminé prácticamente todo lo que había hecho anteriormente (no lo eliminé, está ahí) pero creé de cero porque cogí, sinteticé toda la temática narrativa y dije: amor puro, presentación, libertad, experimento con mi sexualidad.
Recuerdo que cuando hice el camp, había una en la pizarra que era ‘tus padres me odian’, porque claro, el padre de Alfredo le pide que deje a su hijo si realmente lo quiere. Fui sintetizando todas las cosas que para mí eran importantes, ya no solo narrativamente, sino simbólicamente. También hice anotaciones. Imagínate: acto dos, escucho mucha cuerda. Pues se ha trasladado también al álbum.
También es importante mencionar que el álbum se divide en tres actos, como La Traviata.
Cada acto narra una cosa y, aunque cada canción también hable de algo individualmente, tenía sentido presentarlo así. El acto uno es la presentación; el acto dos, donde ocurre todo el nudo (esa parte de sacrificio, el dolor de Violeta); y la parte tres es la tragedia. También siento que la temática me hablaba porque la ópera tiene cosas que son muy interesantes y rasgos que me han servido de inspiración. La parte estética, de vestuario, de escenografía, etc.
Evidentemente yo no cuento con un presupuesto como la Royal o el Teatro Real, pero he intentado sintetizar y hacer todo minimal para poder trasladarlo a otro contexto, a otro lenguaje, a otra visión. No soy cantante de ópera, pero que mi mayor intención ha sido trasladarlo sin perder esencia, poniendo la mía.
Más allá de esta obra, ¿te has nutrido de alguna otra inspiración para la estética?
He hecho mucho ejercicio de escucharme. Para mí era muy importante que este primer álbum, en este caso ligado con La Traviata, no fuera una copia de nadie. Quería ver qué me salía a mí. Estaba en el conservatorio, he tocado el clarinete, pero nunca he tenido la oportunidad de hacer mi propia música. Cuando empecé a entrar en los estudios, me di cuenta de que lo que más admiro de un artista es cuando tiene una huella, una identidad, porque me lo creo, me creo a la persona.
Cuando hice Violeta no cogí referencias, no quise ir al estudio con ‘quiero hacer una canción como esta o me apetece esto’. Evidentemente estoy llena de referencias porque hay muchísimos artistas que me han gustado a lo largo de mi vida, que me gustan y que me han marcado. Pero no quería ir con una referencia clara, quería ver cómo nacía esa simbiosis, esa fusión. El resultado ha sido el álbum.
He cotilleado tu LinkedIn, y aparte de la carrera de periodista, tenemos otra cosa en común… ¡ambas hemos tocado el clarinete! Pero ni mucho menos a tu nivel.
¡Jura! Qué fuerte, conozco a poquísima gente que toque el clarinete. Me hace mucha ilusión cada vez que alguien me lo dice. ¿Sigues tocándolo a día de hoy?
No, lo dejé en la adolescencia y me arrepiento bastante. ¿Tú lo sigues tocando?
Me lo he traído a Madrid, lo tengo en mi casa y a veces lo toco, sí. Lo que pasa es que tampoco tengo muchísimo tiempo, pero me lo traje precisamente por eso, porque quería tenerlo en casa. El conservatorio genera un poco amor-odio, salí muy quemada. En este proceso creativo, que es más orgánico, no se toca desde la obligación, sino desde el querer. Estoy volviendo mucho a lo orgánico y me apetece coger el clarinete. Estoy también volviendo al piano.
violetahodar_6.jpg
¿Qué recuerdos tienes de esos años en el conservatorio?
Recuerdo que hice muchísimos amigos y lo bien que nos lo pasábamos en las clases. Recuerdo también que tenía una profesora que se llamaba Conchi, que me daba Lenguaje Musical, que nos dio una partitura que teníamos que cantar cuando entrábamos siempre a clase, El himno de la música. Recuerdo también que me encantaba el lenguaje musical y ¡ay! ¿cómo era? Ritmo, y lo otro era… ¿tú te acuerdas?
Yo recuerdo cantar Titanium en mis clases de lenguaje musical.
Hostia, claro, a mí me encantaba la parte de cantar cuando dábamos melodía, me lo pasaba muy bien. Recuerdo también mucho sufrimiento, evidentemente, porque en el conservatorio se pasa mal. Me dedicaba mucho a todo y quería abarcar todo: estaba en ballet, estaba en flamenco, estaba en pintura… y el conservatorio me impedía desarrollar esas otras disciplinas.
Pero me alegro muchísimo de haberlo hecho, la verdad, me llevo a mucha gente y conocimiento. Evidentemente no hago clásica, pero hay cosas que son aplicables al conocer los entresijos de la música.
En un mundo medido por la inmediatez, el hit, TikTok, ¿cómo ha sido enfrentarte a un proyecto tan ambicioso y conceptual en un panorama musical que suele apostar por singles rápidos?
Pues mira, lo llevo bien. Hay una corriente que te lleva a lo rápido, a hacer algo y sacarlo mañana, pero también el levantar la mano y salir de ahí la gente lo aprecia. Sabemos que vivimos en esa corriente, que es un poco inevitable. No es algo que busquemos: nos encontramos en esa bajada, todo va hacia un sitio y no te das cuenta pero estás yendo hacia allá. Creo que los proyectos que se hacen con cariño, con tiempo y con un sentido, la gente los aprecia.
No hay ningún featuring, ¿casualidad o decisión premeditada?
No me parecía coherente. Para mí la coherencia es una de las cosas más importantes, como persona y como artista. No tenía sentido que hubiese una colaboración en este disco concretamente porque es la historia de Violeta, y si metía a otra persona ya no iba a ser ella. Me parecía que no era el momento. Evidentemente tengo muchísimas ganas de colaborar y va a haber colaboraciones, pero en este proyecto no tenía sentido.
¿Alguna pendiente o que te haga especial ilusión?
Ahora mismo estoy escuchando muchísimo Sasha Keable y Naomi Sharon, o sea que me encantaría colaborar con ellas. Por supuesto a nivel español Dellafuente o Ralphie.
¿Qué mensaje o sentimiento esperas que el público se lleve después de escuchar Violeta de principio a fin?
Es un disco que habla de amor y está hecho con amor. Busca emocionar, sea la fibra que sea. No tiene público, no tiene edad, no tiene género. Es un álbum universal, trata de un amor universal. Hacia eso me dirijo, a todo el que se emocione y sienta ese amor. Hay mucha diversidad, sin perder sentido e identidad. Ojalá guste mucho.
Después de este parto, ¿dónde podemos verte próximamente?
Se me podrá ver en mi gira. Tengo el primer concierto, bueno, hago un festival, pero realmente la gira empieza el 15 de julio en el Teatro Price, en Madrid, me hace muchísima ilusión. La segunda tanda de conciertos empieza después del verano y estaré en Valencia, Sevilla, Barcelona, Almería, Granada.
violetahodar_5.jpg