El título ya es en sí una declaración de intenciones; Amoríos del Albayzin es la carta de amor entre Vera GRV y Antony Z, pero también la de ambos a la cultura andaluza. Tras un año de preparación, ven la luz las siete canciones que conforman el EP del que su cocreadora asegura que es de amor eterno. Desde la Almería de ella pasando por la Alhambra hasta llegar al barrio granadino, han aprovechado la inspiración del flechazo para sacar su primer proyecto colaborativo.
Conocimos el nombre de Vera GRV con Pobre niña (o Queens League, para los más veteranos), gracias a los cuales ha conseguido cautivar nombres como el de Juancho Marqués, RVFV o Lia Kali. Antony Z, por su parte, abarca todos los papeles desde vocalista hasta productor, con dos álbumes a sus espaldas y cuya firma se puede ver acompañada de las de Saiko o Hard GZ.
Desde letras más propias del flamenco en las que solo falta prometer dar la vida por el otro hasta referencias más actuales como poner a Roro como ejemplo de entrega, este proyecto presenta un punto intermedio muy conseguido entre la parte más urbana y contemporánea y el abrazo que supone a las raíces de ambos.
El estilo de cada uno de ellos, aunque con sus diferencias, consiste en entrelazar la identidad del sur con lo urbano; el guitarreo se une en este proyecto con bases de reggaetón, bachata o incluso tintes de lo-fi. Es Toni Anzis quien firma la mayoría de las producciones, cuyo nombre acompaña trabajos como el primer álbum de Lia Kali, Contra todo pronóstico, o muchos de los temas de Kaze. También ha sido denominador común entre el trabajo de Vera y Antony hasta ahora, y completa el sonido andaluz con su origen granadino. Él, junto con Gio y Tony Glox, consiguen encontrar un sonido que abraza lo experimental sin renunciar a la esencia sureña y se suma al resto de elementos del proyecto para crear una cohesión envidiable, y que todavía suena a tradición.
Hay temas más memorables que otros, aunque todos te dejan versos resonando dentro, desde los que hablan de los celos y las partes más inseguras de uno mismo hasta los que afirman estar dispuesto a arrojarse al fuego o a creer en los milagros: tienes encima de la mesa todo lo que supone enamorarse. Ya lo decía la propia Vera: “Escribir enamorá es pura sobredosis en cada canción”. En su faceta de compositora, Vera deja claro que poner en papel tus miedos es la mejor forma de enfrentarte a ellos (tal y como nos confesaba hace unos meses en ACERO), le sirven de catarsis. Es por ello que en esta ocasión no tiene problema en mostrar sin tapujos lo que es darlo todo por amor, sin medias tintas.
Lo bonito de los álbumes colaborativos (y más en pareja) es ver el universo creativo que sale tras compartir estudio, crear un sonido que respete el mundo de cada uno por separado y el común que han creado para la ocasión. En este caso, da la sensación de haber sido un proceso natural. Yo que me considero un público difícil para las primeras escuchas se me ha hecho ameno, no he necesitado más intentos antes de saber que era algo que encajaba. Con las siguientes escuchas he ido ganando más curiosidad por el resto de elementos que lo componen. Es un proyecto que sencillamente funciona y deja la curiosidad de cómo se vive en directo.
Track favorito: Mariposillas.