No digo nada nuevo al afirmar que la fusión del folklore con el urbano cada vez es más significativa en nuestros días, y en ese espacio, ahí, justo en el medio, entre Judeline y Natanael Cano, está Andrés. Sí, Vatocholo se llama Andrés y, aunque de raíces mexicanas, no nació en México sino en Dinamarca. Pero como dijo nuestra queridísima Chavela Vargas, el mexicano nace donde le da la gana. Así que aquí estamos hoy, hablando con él sobre corridos, tumbados, Slipknot y cultura en general. Bien por Jägermusic, que ha sumado a Vatocholo a su roster de artistas.
Entrevista extraída de ACERO vol. 8, publicada en julio de 2024. Hazte con tu copia aquí.
¡Hey! ¿Cómo estamos?
Muy bien, aquí recién despierto.
Oye, ¿Vatocholo o Andrés?
Los colegas de siempre me llaman Andrés, pero sí que la peña que me conoce por la música me llama Vato. Como tú prefieras, hace tiempo tenía el pelo amarillo y me llamaban Pollo.
No me jodas.
Sí, sí (risas).
Vato significa chaval, pero ¿qué es cholo? Porque he visto muchas cosas en Google, pero no sé cuál es el significado, para ti por lo menos.
En México un cholo es un pandillero. Una persona que está en la calle o que hace su vida en la calle. Yo no soy pandillero, pero hasta cierto punto eso me ha representado por el tema del monopatín. Se me ocurrió el nombre también por la estética con la que está relacionado. En Estados Unidos, a los mexicanos que viven allí, que se juntan en pandillas y eso, les llamaban cholos o chicanos. Mucha gente y mucho cholo me dirá, “tú estás loco, tú no eres ni cholo”, pero a mí es algo que me representa y me gusta la idea del mexicano fuera de México, que le gusta estar en la calle y fumar.
Yo escucho tus canciones y las diferencio bastante de la movida que se está haciendo en México y en Estados Unidos, sobre todo por las letras.
Es que es una manera de liberarme, de dar ese paso que a tantas personas nos cuesta, romper un poco esa barrera: porque me guste este género de música, porque haga hip hop o corridos, no tengo que hablar todo el rato de lo mismo. Yo soy una persona supersensible y emocional, así que lo que hago me ayuda mucho a expresar mis sentimientos. También creo que tiene que ver con que gusta mucho el rock y vengo de ese tipo de sensibilidad. Me gusta abrirme a mi gente, a mi público, que la gente que me escuche entienda un poco más quién soy yo.
Así que vienes del rock, seguro que tuviste tu época metal. ¿Eras más de Slipknot o de System of a Down?
Uf, difícil. Slipknot tenía el sonido más bruto, la puesta en escena más heavy, y System of a Down siempre han sido más políticos y más raros. Por escuchar, he escuchado más la discografía de Slipknot. Son dos bandas que de pequeño me han acompañado, desde luego.
También vi que habías lanzado una versión de Creep de Radiohead y dije, uy, ¿y esto? Típica canción de una adolescencia rockera que llevas para siempre encima.
Lo has definido perfecto, me la quería quitar de encima de una vez. Me ha estado persiguiendo casi toda mi vida y cuando era más crío, cuando empecé escuchando metal y rock alternativo, la tocábamos en nuestro grupo de versiones y a mí me gustaba mucho cantarla. Decidí hacer una versión porque me lo imaginé un día así de golpe, busqué una cover por Internet y dije, entre lo que yo siento que puede quedar bien y lo que he visto que se puede hacer, voy a hacer mi propia versión de este tema y me lo quito ya de en medio. Tal cual así.
No sé si a ti te ha pasado, pero yo he tenido un poco de rechazo a la movida de aquí de España, rollo la música hispana, y desde pequeña he tenido la música anglosajona mucho más valorada, ¿tú siempre has tenido interés por la música regional de México?
Siempre ha estado ahí por mi abuelo. Él tenía un dueto en el que cantaba temas tipo Prenda querida o Cachito de luna, que son rancheras supertípicas y que yo he escuchado mucho. Pero, igual que a ti, siempre me ha gustado mucho más la música en inglés. El rechazo ese creo que viene de que nos hemos criado con padres que escuchan Supertramp o Led Zeppelin, y que te inculcan un poco ese estilo de música. Quizá hace tiempo no hubiera tomado nunca ese paso de cantar en español, porque todas las bandas que he tenido de metal o de hardcore han sido gritando en inglés, con un inglés chapurreado y mal dicho.
¿Y cuándo das ese paso?
Cuando decidí que realmente me quería dedicar a la música, pero que quería hacer algo más personal, algo que realmente fuera mío. Fue entonces cuando decidí dar el paso de crear música que la gente pudiera escuchar y con la que se pudiera identificar, hablando de mis propias experiencias de una manera sencilla. Y como soy hispanohablante, cantar en español me resultaba mucho más natural. Esto fue hace unos tres años, que es relativamente poco comparado con el tiempo que llevo involucrado en la música o pensando en hacerla.
No sé si será porque tienes un recorrido anterior a lo tuyo, pero siento que desde un principio tu proyecto personal está muy claro. Desde el primer single ya estaba como muy claro hacia dónde tirabas. ¿Cómo llegaste a utilizar los corridos? ¿Por qué los corridos?
De hecho, los corridos más clásicos tipo Chalino Sánchez, El As de la Sierra o bandas mucho más antiguas, como los Tigres del Norte, es algo que siempre he tenido presente, aunque luego hayan sido Natanael Cano y Ariel Camacho quienes los han traído de vuelta, como de moda. A mí Natanael me lo descubrió un colega de España y al escucharlo me voló el cerebro, me abrió ese gusanillo en plan, voy a experimentar con la música que me ha seguido desde pequeño, que aunque la tuviera interiorizada quizá no la he valorado tanto hasta ahora que me empecé a formar un poco más, y todo eso mezclarlo con lo que a mí me gusta, con R&B o con hip hop o con rock, que son cosas que también me han acompañado.
Me preguntaba si en México es popular el folklore entre los chavales. Porque aquí está habiendo un revival de todo esto, pero hasta hace poco los grupos regionales de jota o de música más tradicional tenían un público únicamente adulto.
Depende, por ejemplo, el mariachi es algo que llevamos muy dentro y que valoramos mucho, incluso diría que la mayoría de los mexicanos. Es como llevar nuestra cultura al máximo. Pero el rollo de los corridos y norteños está más asociado a la gente del campo o a quienes viven en zonas donde esa música es más fuerte. Lo que está pasando ahora con los chavales escuchando estos géneros es una moda. Se han identificado con una música que nos representa, con instrumentos que son nuestros, y las letras hablan de temas que les son familiares. Esto ha hecho que la gente joven se enamore un poco de este estilo, cuando quizá antes en México, entre los chavales, estaba como un poco más mal visto. Por lo menos en mi caso, a mí no me lo inculcaron heavy. Lo viví en mi familia porque estaba ahí, pero nadie me dijo, “mira, escúchate esto o lo otro”. Eran discos que se escuchaban en casa o lo que cantaba mi abuelo, y eso lo interiorizas. Pero lo asimilas como algo familiar, como aquí la peña que en casa del abuelo se escuchan jotas y flamenco. Y luego deciden coger eso y hacer algo diferente. Y eso es lo interesante, llevarlo al siguiente nivel.
Tengo una pregunta un poco técnica, ¿el corrido es lo mismo que el tumbado? ¿Qué es el corrido tumbado?
El corrido es una forma musical, un tipo de canción en la que tú estás contando una historia de corrido, es decir, del tirón. Antiguamente, sí que era un poco más primitivo, muchísimo más simple y fácil de escuchar hasta cierto punto. El tumbado, por otro lado, ha simplificado mucho los instrumentos que se usaban antes y los ha reducido a guitarra y bajo, con un ritmo más lento, más de estar tumbado, relajado. Esa es la vibra que transmite el corrido tumbado.
De fumarte un porro y quedarte tumbado (risas).
De quedarte bien alivianado, bien tumbado, sí. Luego ha ido mutando, otra vez se le ha metido tololoche, se le ha metido la tuba, el trombón… Pero originalmente, Natanael Cano lo que proponía era simplificar los instrumentos y darle un ritmo más lento, mientras hablaba de temas como la codeína, el amor y el diablo.
Me sorprendió que se hablará de conflictos de drogas y movidas bastante fuertes en su tema con Bizarrap…
Son temas que están muy de moda entre los chavales mexico-estadounidenses o mexicanos. Es como un lifestyle que les gusta mucho. Podríamos decir que es un poco como nuestro drill. Aunque no tenemos una escena de drill fuerte, por la situación y el contexto del país surgen historias y temas similares. En los corridos no siempre se canta sobre la vida personal de uno. También se habla del campo, del amor o de la vida de otras personas. Hay mucho de “te mando a hacer este tema para que cantes sobre lo que yo hago”, sobre negocios entre Estados Unidos y México. En estos corridos modernos se habla mucho de temas bélicos. Es una rama que salió del corrido tumbado, del corrido nuevo. Creo que eso ha mutado un poco al corrido bélico, con artistas como Luis R. Conríquez o Herencia de Patrones, que ya hablan más de temas de mafia en general.
Tú naciste en Dinamarca, creciste en Guadalajara (México) y, ¿cómo acabas en Madrid?
La historia es un poco más compleja que eso, pero sí es algo que me suelen preguntar mucho y, realmente, como decía Chavela Vargas, los mexicanos nacemos donde nos da la gana.
¡Olé!
Llevo en Madrid desde 2008, pero gran parte de mi infancia la pasé en México y tengo muchos recuerdos de mi familia y de mis amigos. Siento que el irme a otro continente hizo que mi infancia se cortó, el cambio de cultura es grande y todo ello hizo que renegara un poco de dónde vengo. Por eso, ahora digo, ¿qué coño voy a renegar de mi cultura?, tenemos cosas superbonitas. También he tomado esa decisión de acudir a mis raíces porque me ayuda a encontrar mi identidad y a respetarme. Quedarme con cómo soy, con lo que tengo, con mi familia, con lo que han hecho por mí y valorarlo.
Me parece superbonito lo que estás diciendo, y creo que te estás ganando un respeto precisamente por ese cariño hacia la cultura de la que vienes. Hablemos de otro tema, tienes dos colaboraciones que cualquiera envidiaría, una con Judeline y otra con Dellafuente, que además han sacado una collab juntos.
Sí, buenísimo, Romero Santo.
Empecemos con Lara, que tiene poquísimas colaboraciones. Ella es el big thing de España. ¿Cómo surgió la colaboración para La del rencoroso? ¿Qué pasó ahí?
La cosa es que yo estaba en un momento un poco oscuro de mi vida, dejando una relación, y estaba bastante jodido. Me encerraba más que ahora a hacer música y cogí un tirón muy heavy. Mis primeros temas empezaron a llegar a gente de la industria y el hype fue creciendo. Soy consciente de que si no hubiera conocido a ciertas personas, no lo hubiera tenido tan fácil, y eso que siempre he estado a mi rollo, ajeno a la industria, a la escena, a los eventos, a todo ese ambiente que no me gusta mucho. Total, que le llegó un tema mío a Lara, le gustó y yo no sabía quién era ella como artista. Cuando escuché lo suyo, dije, Dios mío, no había escuchado nada igual en mi vida. Para mí fue un hype de, vale, de puta madre, vamos a probar. Era la primera vez que me juntaba con alguien y había una energía en el estudio superbuena, estaban Mayo y Tuiste, todos juntos en Mapa. Fue un día supermágico y surgió un tema al que le tengo mucho cariño. Ojalá volver a juntarnos y hacer algo todavía más bacano. Al final, siento que fue ese paso de decir, se pueden hacer cosas interesantes, sobre todo si curras con gente que es top y Lara curra muy bien, aprendí mucho de ella.
¿Fue como el primer pasito en la industria?
Creo que mi primer pasito fue más cuando saqué Nos pensaremos a la vez?, que a la gente le gustó mucho.
Justamente este tema me llamó la atención cuando cotilleé tu Spotify, porque los tres primeros singles siento que son como temas más trabajados, a nivel estético y todo, y Nos pensaremos a la vez? es como un minuto y medio muchísimo más melancólico, con una portada que no sigue la estética de los anteriores. Tengo la sensación de que vino de un lugar muy diferente a los demás, ¿me equivoco?
Para nada, es justamente así. Yo tenía mi visión inicial: quería que todo fuera en minúscula, con personajes de mitología prehispánica en las portadas, que no se me viera la cara. Un día me monté mis paranoias en plan, si yo estoy pensando en esta persona, es posible que esta persona esté pensando en mí, o si el pensar en esta persona hace que se establezca una red o un potencial de energía transferida que haga que esta persona piense en mí. Me rayé con mis vainas de teoría sintérgica y me apareció esta idea y dije, esto no tiene nada que ver con lo que estoy sacando ahora, pero da igual. Compuse el tema y sonaba muy bonito. Recuerdo que se lo puse a todo el mundo y les encantaba. Creo que es el tema más diferente que tengo y el que a más gente le gustó.
También le debió gustar a Dellafuente, porque te pilló para su disco Lágrimas pa otro día. ¿Cómo fue currar con él en Ni soy santo?
Es que eso fue una locura para mí. A raíz de la sesión con Lara y fichar con Universal empecé a ir al estudio más, y un día los chavales de Çantamarta me comentan que Dellafuente estaba buscando peña para currar y pensé, ojalá, pero no me creía que iba a fijarse en mí, hasta que pasó. Me contactó su director creativo y yo estaba en México, así que me cogí un vuelo porque si no, no daba tiempo a hacer la sesión. Fue una locura. Tiene ese halo enigmático de una persona que no se muestra mucho, que no da muchos bolos, que no saca mucha música, que no da el coñazo en redes sociales, pero después lo ves en el estudio y es una persona que escribe muy rápido, que tiene todo supermedido, pero que es muy tranquilo y da mucha confianza.
Es que llevará ya más de diez años en estudios componiendo y supongo que para eso debes tener cierta disciplina.
Yo le seguía desde Ansia viva y sería eso por 2016 o así. Recuerdo que unos colegas me lo enseñaron y me quedé muy loco, me flipó su movida porque siento que es una persona que defiende mucho su cultura. He podido colaborar con gente que tiene más exposición o me han dado oportunidades que quizá para mucha gente serían increíbles, pero siempre he querido colaborar con gente que representa lo que yo creo que represento como artista. Artistas que quieren reconceptualizar un poco todo ese rollo y seguir evolucionando la cultura. Para mí, que me diera esa oportunidad es enorme porque yo no soy nadie. Es algo que aprecio mucho y que me ha cambiado la vida en muchos aspectos.
Bueno, ya sabemos que Dellafuente tiene muy buen gusto para elegir los artistas con los que trabaja y esto es algo que comparte con Jägermusic. El programa musical de Jägermeister lleva diez años apoyando la escena musical independiente, y este 2024 te ha añadido al roster. Por allí han pasado artistas como Ginebras, Shego, Derby Motoreta’s Burrito Kachimba… ¿Cómo te sentiste cuando te enteraste esto?
Para mí fue una locura. Jägermeister es una marca bastante reconocida y respetable. Además, su bebida creo que a todos en algún punto nos ha dejado muy bien. De chaval iba al Resurrection Fest y recuerdo que estaban allí en el evento, imagínate que eso fue hace bastantes años y ya estaban metidos en todo esto de la música… Así que cuando me llamaron desde Jägermusic, me hizo muchísima ilusión. Para mí es un placer formar parte del roster este año con peña como Nueve Desconocidos o Teo Lucadamo, gente supertalentosa. Estoy muy agradecido por su apoyo.
En junio os llevaron a Cádiz para el Monkey Weekend, ¿cómo fue?
Estuvimos en el Puerto Santa María y tocamos todos los chavales en el mismo escenario. Abrí yo y luego tocó Ares, que tiene su rollo más Julio Iglesias a lo punky, y después Teo, que es un sobreestímulo de cosas, una locura también de directo. Nos lo pasamos increíble.
¿Dónde metieron el escenario de Jägermusic? Porque sé que cada año hacen una locura.
Tía, estábamos tocando en los coches de choque.
Debió estar guapísimo esto.
Sí, sí, estuvo increíble tocar ahí en medio. Había también toda la parafernalia de la feria y detalles chulísimos. Es que fue superdivertido, no se lo paro de contar a los colegas. Es como, ¿he tocado en una pista de coches de choque? Pf, increíble.
Volviendo a tu discografía, me gustaría hablar de tu disco Hecho en México. ¿Realmente se hizo en México?
Claro, fue en 2023, fui a México tras seis años sin ir para estar con la familia y aproveché también para currar, me junté con gente y salieron varios temas de los cuales seleccioné esos cuatro y dije, ¡para adelante!
Muy buena selección. Hay dos collabs con Juanchito, ¿quién es este chaval? Es de Guadalajara también, ¿no?
¡Sí! Lo conocí porque me cerraron una sesión con él, está en una escuadrilla que se llama Golden Ink. Le conocí sin saber quién era, pero salió un temón. Fui a aprender y aprendí muchísimo, ellos saben cómo tienen que sonar las cosas, ellos tienen acceso a los instrumentos, a grabarlos bien y han currado también con gente como Santa Fe Klan o Peso Pluma. Son gente que es bastante top y tienen muy bien pillado el sonido. Son unos pros la peña de Golden Ink.
Y ahora, proyectos futuros, ¿tienes algo concreto o simplemente vas improvisando?
Creo que es el momento de dar un golpe sobre la mesa y conceptualizar algo bonito con sus visuales, con sus cosas, soy un artista mucho más despegado de ese tipo de metodología de trabajo, de workflow, yo quería sacar siempre lo que quería sacar, y por eso mis temas se llaman la del no sé qué y la del no sé cuánto, porque son temas que hablan de esto y de lo otro, y ya está, tampoco le voy a dar muchas vueltas. Pero ahora sí que estoy preparando un álbum y me lo estoy currando ya bastante más. Le estoy dedicando tiempo, que creo que es lo que se requiere para hacer algo consistente. En ese proceso iré sacando algún que otro single que ya tengo hecho. Pero sí se viene un álbum.
¿Y me quieres decir cuándo?
Joder, no quiero que se me caliente la boca. Diré que estamos en ese work in progress. Currándonos algo bonito, consistente, y que seguro que a la gente le va a gustar.
Te voy a tirar de la lengua. Si tuvieras que darme una frase que resuma el concepto del álbum, ¿cuál sería?
Las fases del duelo.
Vale. No me vas a decir más, ¿no?
No te puedo decir mucho más. Bueno, voy a hablar de amor y de la manera que lo siento, desde un punto en el que te lo puedes escuchar del tirón y entender la historia de verdad. Eso es un poco la idea. Puede ir mutando, pero es un poquito como lo quiero plasmar.
¿Se viene un álbum para llorar? ¿Para rabiar?
Se viene. Dejémoslo ahí.
Se vienen cositas. Vamos a ir acabando, pero tengo una duda y sé que después me enfadaré conmigo misma si no te lo pregunto: ¿qué hacías en el concierto de Diego 900 ejerciendo de guitarrista, hay algo más por ahí?
Algo hay… A Diego no lo tenía muy escuchado, pero me lo presentaron y me cayó muy bien. Yo soy un poco más de llevarme bien contigo no por la música que haces, si me caes bien y te veo en un evento, me da igual lo que hagas, seguramente ni te escuche, pero si tenemos buena vibe y estamos juntos así guay en algún sitio, y estamos cómodos, pues bacano. Diego me dijo: “Mira, hermano, es que tengo pensado tocar este corrido y si alguien me puede sacar el sonido en directo, eres tú”. La verdad es que es un pibe que tiene muchísima magia dentro. Siempre se lo digo, que es mágico verle tan tranquilo, tan puro, tan sincero, tan bien con su público. Su público me dejó flipando, y encima el poder que tiene sobre la gente que le escucha a nivel de puesta en escena y de presencia en el escenario me parece muy loco. También me di cuenta de que era una persona que escuchaba mucho la música que a mí me gustaba y que lo valoraba desde un aspecto de, no es que me quiera hacer un tema porque los corridos estén de moda, sino porque conozco este grupo, conozco este artista, aparte me enseñó un montón de cosas nuevas que no conocía. Y eso me demostró mucho. Realmente es una persona que disfruta ese tipo de música y yo se la doy a Diego. Estamos mirando a ver si hacemos alguna vueltilla, pero eso ya con el tiempo se irá viendo. Pero, sí, ahí estábamos, ahí estábamos echando la guitarra.
Me gusta eso de si no haces esto solo porque esté de moda, yo te voy a respetar.
Hay tanta gente que quiere sacarme un corrido porque es lo que se escucha ahora… y yo lo siento, pero para mí no significa eso. Si quieren eso que contacten con peña que lo ve de esa forma, que les van a sacar el curro rápido y sonará mejor. Yo tengo mi rollo y mis cosas, y prefiero juntarme con gente que vea la cultura un poco más como yo, y que la valore. Para mí lo importante es juntarse y hacer música bonita desde el corazón. Aunque luego lo superficial te dure dos semanas de éxitos, tú puedes hacer un tema que te dure casi toda la vida y eso es lo bonito.