Después de salir de tiempos oscuros en 2021 y tras ingresar en rehabilitación, Valgur, el dúo de pop experimental oaxaqueño amante del folk mexicano, la electrónica, el pop-rock japonés de los dos mil típico de los openings de anime y de todo lo ochentero y funky, fue capaz de “cruzar el fuego y salir ileso”. Aunque llevan más de una década de carrera y componen desde la infancia, Armageddon es solo su segundo disco. En su caso, lo bueno se hace esperar: la crítica lo ha situado como uno de los mejores del 2023 (entre ellos, la revista Rolling Stone). El pasado febrero publicaban El castillo de la pureza, y hablamos con la dupla de esto y mucho más.
Armageddon, nos explican, nació de “un proceso de reconexión” consigo mismos a través de la música, pero en el camino encontraron cosas que no solo hablan de ellos, su historia y sus dificultades. En este álbum han conseguido entonar con las problemáticas a las que nos enfrentamos colectivamente y crear un trabajo que, más allá de su riqueza y calidad sonora y conceptual, carga una muy necesaria crítica a la sociedad contemporánea, especialmente “ahora que todo parece desbaratarse”. El armageddon del que hablan es personal, y aún así es una lucha en la que estamos todos.
Siempre acompañados de la ilusión infantil que les llevó a coleccionar y jugar con instrumentos por primera vez, a Valgur se les está abriendo un nuevo mundo de posibilidades que afrontan con fascinación y, aunque no sabemos nada del futuro y a veces todo puede parecer un poco oscuro, Armageddon, como ellos nos cuentan,  “es un recuento de nuestro transitar por el fuego eterno y un recordatorio de que, pese a todas las circunstancias, salimos de las tinieblas hacia la luz”. 
Gracias por vuestro tiempo, ¡y enhorabuena por el éxito! En vuestro décimo año como banda y con la publicación de Armageddon, habéis llegado al top de la música en español (lo confirma Rolling Stone). ¿Cómo os sentís en este momento de vuestra carrera? ¿Es la acogida que esperabais?
No teníamos gran expectativa acerca del recibimiento del disco. Durante la creación de Armaggedon atravesábamos por un proceso de reconexión con la vida y apenas teníamos cabeza para cumplir con las tareas ordinarias de un ser humano, incluyendo (para nosotros) el hacer música; por lo tanto, íbamos lento, con cierta incapacidad de pensar en el porvenir. Eran finales del 2021, recién habíamos regresado de un internamiento por adicciones. Actualmente vemos claridad y no negamos la  fascinación que acarrean los logros.
Vuestro estilo ha sido definido antes como post punk angelical. ¿Os definiríais más como ángeles o demonios?
A ratos ángeles y a ratos demonios.
Habéis comentado que vuestros inicios en la música giraron en torno a la iglesia y que os criasteis en un ambiente cristiano devoto, en la ciudad de Oaxaca. Podemos identificar mil influencias religiosas en vuestro sonido, vuestras letras e incluso vuestro performance, pero la más obvia sería el propio título del disco: el lugar en el que se librará la lucha entre el bien y el mal, según el libro bíblico del Apocalipsis. En el tema Hijos del caos habláis de “cruzar el fuego y salir ileso”. ¿Es este el Armageddon de cada uno? ¿O habláis de una batalla a la que nos enfrentamos como sociedad?
Es nuestro Armageddon, atravesamos por situaciones complejas, a tal grado de poner en juego la vida misma, la dignidad. Hijos del caos relata un sentir muy personal, que al parecer ha terminado teniendo eco en el ambiente social, más ahora que todo parece desbaratarse…
¿Creéis en la noción del bien y el mal, una completamente diferenciada de la otra?
El bien y el mal son ideas que todo el mundo, o casi todo el mundo, posee. Nietzsche decía: “Lo bueno y lo malo es imposible de definir porque nunca se llega a nada, y por eso mejor que cada quién elija qué es lo bueno y lo malo para sí mismo, siempre y cuando no afecte a los demás”.
Desde muy jóvenes coleccionabais instrumentos y componíais canciones como juego. Se puede oír bastante de esta alegría en vuestro sonido, también en este disco, pese a la cierta oscuridad que permea su mensaje. Después de todos estos años, ¿os lo seguís pasando como niños cuando creáis nuevos proyectos?
Sin duda alguna. El espíritu infantil siempre nos acompaña.
El sonido de Armageddon continúa con el legado vaporwave de su antecesor, Zapandú, pero evoluciona a algo más creepy. Incluye referencias a la cultura anime japonesa (algunos temas podrían funcionar como openings de serie), música cristiana, pop ochentero o incluso al funk de los setenta como en el tema que da título al disco. ¿Qué hay detrás del sonido?
Crecimos viendo, en el Canal 5 de la televisión pública mexicana Dragon Ball Z, Candy Candy, Ranma 1/2 y Pokémon, entre otros. Indudablemente fuimos afectados por sus maravillosas bandas sonoras. Además, hemos sentido cierta fascinación por japoneses como Miharu Koshi, Yunko Yagami, Casiopea, T-Square, Yunko Ohashi, Tatsuro Yamashita, etcétera. ¡También nos gusta mucho el Vocaloid!
La cultura otaku es un fenómeno global, pero tengo entendido que el anime conquista mucho a los fans mexicanos. ¿Por qué creéis que las audiencias están conectando tanto?
Creemos que el anime ha conectado directamente con los sentimientos y emociones, lo cual crea un vínculo directo con el ser humano. Todo aquello que te remueva las profundidades del interior tiene alma y crea inmediatamente un puente de conexión entre emisor y receptor. Y bueno, México es un país fanático por tradición, quizá sea porque en el fondo se busca un sentido de pertenencia. Todos aquí somos fanáticos de algo.
Si sois fans vosotros mismos, ¿tenéis alguna recomendación chula o nos podríais decir alguna serie que hayáis visto creando el disco y os haya marcado?
Durante la creación del disco, estuvimos escuchando bandas sonoras de anime y mucha música cristiana. En cuanto a lo que vimos repetitivamente, les recomendamos El castillo de la pureza, de Arturo Ripstein, con guion de José Emilio Pacheco.
Sois conocidos por implementar el folclore y cultura mexicanos en vuestro trabajo, incluso tenéis canciones en la lengua indígena zapoteca. En este nuevo disco, ¿de qué maneras se manifiestan vuestras raíces culturales?
En nuestro primer trabajo discográfico, Zapandú, abordamos nuestra cotidianidad, lo que había sido crecer y rodearte del entorno zapoteca. Por su parte, Armaggedon se consolida como un manifiesto religioso: un acercamiento a México y sus fenómenos religiosos. Claramente todo surge desde el haber nacido en una cuna cristiana evangélica en Juchitán, Oaxaca.
Confieso que os conocí por vuestra canción Fucsia, que escuché hace mil años gracias a Yuya, la youtuber mexicana por excelencia. Me sorprendió ver lo mucho que ha evolucionado vuestro sonido desde entonces, tan alejado ya del estilo balada pop. Ahora hacéis lo que vosotros llamáis “weird pop”. ¿Cómo ha sido este viaje? ¿Qué os ha vuelto weird?
¡Oh! En aquellos tiempos éramos muy jóvenes, trece y quince años, cuando hacíamos canciones con temáticas típicas de un adolescente que se enamora por primera vez. Alguna vez se nos ocurrió poner el demo en YouTube y se popularizó cuando Yuya mandó un correo pidiendo autorización para usar un par de canciones en sus videoblogs. Muchos años más tarde, decidimos hacer música centrada en el contexto en el que nos situábamos, con distintas experiencias y aprendizajes por contar. Cabe resaltar que no fuimos nosotros quienes nos adjudicamos el género weird pop, sino la emisora de Radio Ibero de la ciudad de México. Nosotros nos consideramos un dúo pop y nada más.
Vuestras letras, con el sonido electrónico distópico de fondo, se parecen más a profecías o sentencias. Queda bastante claro en el disco que tenéis una visión bastante pesimista de nuestra contemporaneidad y, aún así, también hay momentos en que se siente paz y esperanza, la sensación de un horizonte abierto. ¿Cómo veis el futuro? ¿Creéis que se acerca el final de nuestros tiempos?
Armaggedon es un relato de las experiencias más viscerales que hemos experimentado. Es por eso que en él habita cierta oscuridad. Sin embargo, este recuento de nuestro transitar por el fuego eterno es un recordatorio de que, pese a todas las circunstancias, salimos de las tinieblas hacia la luz. Y respecto al futuro, de este nada sabemos, solo vivimos por hoy.
“Camino con rabia sobre el pavimento. No hay señal ni rastros de internet”, decís en Muñeca mecánica. Esta línea describe un estado colectivo, cómo nos encontramos como sociedad vagando por las ciudades, sobreestimulados y siempre buscando estar conectados, pero más desconectados que nunca. ¿Qué hacéis vosotros para reconectar?
Por más cliché que esto suene, hacemos música para reconectarnos con la vida. También nos gusta escribir y leer.
En Castillo de la pureza, con Denise Gutiérrez, se puede escuchar una breve entrevista que parece sacada de un programa de televisión ochentero. Ella, cuando le preguntan que qué le inspira a hacer música, responde que es una necesidad más que una decisión. ¿Compartís esta creencia, o es esto vuestra forma de parodiar de alguna manera a las entrevistas y a los medios?
Crecimos escuchando la radio y siempre nos apasionó. Las intervenciones en nuestras canciones son un tributo a los medios de comunicación.
En este tema también habláis de la nostalgia, de lo que se va y no vuelve: “Tardes de familia… no volverán. Logros del colegio… muy, muy mal”. ¿Es este castillo lo que se construye para proteger nuestra idealización del tiempo pasado?
¡Sí! Nos resulta interesante volver a la infancia. Siempre vivimos con añoranza.
Con el álbum, también publicasteis un Manifiesto Armageddon que abre con “nos ha sido preparado el gran espectáculo del desastre”. En un momento preguntáis “¿Dónde está tu garra?”. Os devuelvo la pregunta: ¿dónde está vuestra garra y dónde creéis que podemos encontrar cada uno la nuestra?
En el instinto de supervivencia, esa capacidad que tiene el ser humano para sobrevivir y proteger a la especie.
Por último, habéis dicho antes que ya conocéis gran parte de México y os gustaría salir a otros países donde se escuche música en español. Seguro que últimamente se os están abriendo muchas puertas. ¿Dónde podremos disfrutar de vuestra música en directo? ¿Algunos planes de cara al futuro próximo?
Viene para nosotros un extenso recorrido por la república mexicana. Visitaremos por primera vez varios países de Latinoamérica y también Estados Unidos. ¡Nos encantaría volver a España!
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