El futuro de la joyería ya está aquí. No hace mucho que ha irrumpido, pero de qué manera lo ha hecho: provocando una catarsis en las mentes más prejuiciosas del sector. Y, paradójicamente, el futuro ha resultado ser un regreso al pasado, a esos veranos eternos de los 2000 en los que hacer pulseras y collares se convirtió en un acto prácticamente religioso. Todo un regalo para los millennials más nostálgicos.
Este progreso nada tiene que ver. Se trata de una reformulación de la manera de hacer joyas, de crearlas, de pensarlas, de llevarlas. Piezas únicas fabricadas a partir de materiales reciclados que apuestan por un camino hacia la sostenibilidad, y que, ya de paso, han logrado acabar con años de recelos sobre el sector de la joyería y desmitificar una industria siempre vigilada muy de cerca.
Y de este nuevo modo de concebir el diseño de joyas han emergido diversas marcas concienciadas con la iniciativa y dispuestas a ofrecer un lavado de cara (necesario) dentro del mundillo. Resaca, Esto es Blanco y Ayquechulo son tres de ellas que parten de este principio común y que ya están poniendo en órbita una estética similar: divertida, vibrante y volátil. Y si aún no las conoces, estás tardando en leer esto.
Resaca
Resaca representa el hartazgo de los millennials de crecer sumidos en una sociedad capitalista y que ejerce un consumo excesivo e irresponsable. La idea nace de este cansancio, y lo hace en Valencia y con unos padres que son Carla Díaz y Sergio Valverde. A raíz de su participación en un proyecto artístico que trataba de concienciar sobre el uso del plástico y su efecto nocivo en nuestro planeta, surge la idea de crear complementos para darle una segunda vida a este material. Collares, llaveros, pendientes y bolsos divertidos, únicos, sin género y sostenibles que son toda una explosión de color y un must para cualquier look (y para nuestras conciencias).
Esto es Blanco
Joyas para almas curiosas y salvajes. Así definen desde su web la firma Esto es Blanco, bautizada así porque, para ellos, “la vida es un lienzo listo para crear”. O no. En este caso sí que crean, y a lo grande, con accesorios arriesgados, de figuras hipnóticas, atemporales y únicamente con materiales finos y reutilizables como metales o vidrios de borosilicato. Una marca para amantes de lo diferente, que derrochan personalidad y donde, por supuesto, el lovecore es un mantra. Pasen y vean.
Ayquechulo
Aitana Lorenzo es Ayquechulo y Ayquechulo es Aitana Lorenzo. Es decir, una expresión de ella misma, algo que deja bastante claro a través de sus diseños, todos ellos creados mediante una forma de trabajar “experimental”. Joyas de aire infantil y colorista, con tintes e influencias incluso del Surrealismo y Fauvismo más puro de Dalí o Matisse. Todos sus productos están fabricados de un polímero al que se le da forma, se le agrega una capa de brillo para aportar luminosidad y, como remate, se le añade un toque de brillo con apliques o piedras de colores. Fantasía.