Todo lo viejo se vuelve nuevo y vuelta a empezar. Así, en la moda y en la vida, con todo. También en el arte y la cultura, por supuesto. Concretamente, en el ámbito de la fotografía vemos cómo los formatos y técnicas tradicionales de décadas pasadas se mantienen imperturbables ante el paso del tiempo.
En redes sociales vemos cómo cada vez son más los nativos digitales que comienzan a aficionarse a la cámara analógica, a la película y al arte del revelado. Es inevitable pensar en este formato y no sacar a relucir los perfiles de tres fotógrafos especializados en cámara analógica que demuestran ser, a través de sus cuentas de Instagram, auténticos magos del instante, de lo anecdótico, de lo que parece verse y al final no es. Siempre es un placer deleitarse con todo lo que la mirada de @paulayube, @yanosvemos o @danidjorge tengan que captar.

@paulayube
Esta joven asentada en Madrid nos transporta a esa estética más dosmilera de autorretratos y fotos en grupo a través de sus analógicas, todas ellas desarrolladas a partir de un estilo en el que combina elementos oníricos y personales manteniendo una estética vintage y retro. También puede que nos suenen sus instantáneas de haber visto alguna que otra parecida en entrevistas o carátulas de La Paloma. No digo más.
@yanosvemos
Desde paredes con grafitis hasta balcones con ropa tendida o vitrinas con la tapa del día y una cerveza bien tirada. La esencia más cañí y la cotidianidad del día a día, de la rutina, de la calle, queda reflejado en los trabajos de la fotógrafa Marta Martín por medio de su característico estilo documental. Su enfoque se centra en contar historias a través de la fotografía, mostrando la belleza en lo ordinario y en lo natural.
@danidjorge
Retratos de personas, o más aún, retratos del carácter y la belleza más subjetiva de personas siendo personas. La captación del momento preciso, de la mueca exacta, todo desde el prisma analógico y retro del fotógrafo Daniel de Jorge. Su estilo se caracteriza sobre todo por saber plasmar el momento idóneo. Esto es, toda la belleza de lo más anodino y natural, que a veces resulta ser lo más extraordinario.