La escena clubbing, de aquí y de allá, se resiste a quedar relegada a los márgenes de la noche. Y en secreto, pero a golpe de bafle, una contracultura de música electrónica comienza a hacerse con las ganas frenéticas de jóvenes y no tan jóvenes de sentir esa música de esencia noventera, pero cada vez más Z.
Un cóctel de sonidos nuevos, viejos y de otros planetas dispuestos a hacer de este reciente vergel que es la escena clubbing actual, una auténtica selva de vitalidad, fiesta y baile hasta que ya no podamos más. A esto ayudan, y mucho, los siguiente tres nombres propios: Naguiyami, Rubén Coronado (Juguete) y Hanna Plum.
@naguiyami
DJ, diseñadora gráfica y pirata de sonidos imposibles de catalogar. Eso y más es Nagui Yami, una de las stars de la escena clubbing de Barcelona capaz de hacer que bailes con cualquier cosa, porque cuando ella se pone a la controladora, siempre saltan chispas, texturas, estampados, vibraciones e incluso sabores de una noche infinita en sus manos.
@rubcoronado
Rubén Coronado, Juguete para otros muchos que quizá ya saben por dónde vamos, es uno de esos DJ’s que orbitan en espacios complicados, en sonidos complicados, en tiempos complicados, con la única misión de hacer que nos obsesionemos por completo con su música. Un joven que, con su particular electrónica desinhibida de todo, ha conquistado la escena nocturna de la capital madrileña, demostrando que, jugando o no, viene para ganar.
@hannagplum
A Hanna Plum no la amamos por ser batería de Irenegarry, que también, por supuesto. La amamos, precisamente, por no cerrarse a ningún sonido y reconvertir la electrónica y el pop —su electrónica y su pop— en esa otra cultura clubbing que comienza a dar sentido a las noches de muchas calles de Madrid. En definitiva, por ser esa DJ que tanto necesitábamos para abrazar y bailar un género que comienza a estar más vivo que nunca.