Dentro de la gran cantidad de artistas que trabajan de manera individual, la cuestión de las bandas poco a poco parece irse apagando; sin embargo, ejemplos como Trashi todavía nos llenan de esperanza y nos marcan el camino para seguir disfrutando de una música rebosante de identidad y compuesta con mucho sentido de la unidad y la complicidad.
Su primer disco, Me acuerdo de todo, es una prueba irrefutable de que las expectativas que habían causado con el lanzamiento de sus singles merecía completamente la espera. Un disco lleno de canciones (catorce, en concreto) con unos ritmos frenéticos y con unas letras que se clavan en el corazón como puñales. Su música, cargada de melancolía y nostalgia, nos recuerda que incluso en los malos momentos es más importante hacer del dolor algo propio y seguir hacia delante, sin dejar de olvidar lo que un día fuimos para alguien y abrazar esa imagen con cariño.
Antes de comenzar con la entrevista, quería felicitaros por el trabajo que habéis conseguido con Me acuerdo de todo. Ahora que veis el resultado final, ¿cómo os sentís?
Luz: Muy orgullosos e ilusionados. Es importantísimo sentir orgullo e ilusión cuando estás realizando el proyecto, pero ahora que está terminado, es muy chulo. Sobre todo porque llevamos mucho tiempo haciéndolo, es una pasada.
Para quien no conozca a Trashi, ¿cómo explicaríais quiénes sois y qué tipo de música hacéis?
Sergio: Somos cuatro amigos de Murcia que viven por el drama. Y sobre la música, creo que es una buena pregunta porque estamos en torno al pop, indie, urbano…
Luz: Sí, somos cuatro amigos melancólicos que se juntan a hacer música sobre las cosas que les pasan. Y por lo de la música tenemos muchos problemas porque tenemos muchas referencias del pop, del indie, e incluso del rock, me atrevería a decir.
Sergio: Sí, tenemos trastorno de personalidad como banda (risas).
Luz: Sí, somos cuatro amigos melancólicos que se juntan a hacer música sobre las cosas que les pasan. Y por lo de la música tenemos muchos problemas porque tenemos muchas referencias del pop, del indie, e incluso del rock, me atrevería a decir.
Sergio: Sí, tenemos trastorno de personalidad como banda (risas).
¿No os atrevéis a ponerle una nueva etiqueta?
Luz: Me encantaría, la verdad. Como crear un concepto nuevo. Aunque ahora mismo no sabría decirte. Es verdad que también se le da mucha importancia a las etiquetas y en muchas ocasiones los artistas componiendo no se centran tanto en encajar dentro de un género en específico. Simplemente hacen lo que les sale, lo que fluye.
Es difícil, en muchos casos, explicar el éxito. En vuestro caso, comenzasteis en 2020 y solo habéis hecho crecer como banda. ¿Qué pensáis que es lo que más le gusta a vuestro público de vosotros?
Sergio: Creo que la sinceridad. Hablamos de forma muy directa y a nuestro público les gusta eso.
María: Sí, yo diría que somos más directas que sinceras.
Luz: Tenemos una complicidad, pero al mismo tiempo una honestidad que a la gente le mola.
María: Sí, yo diría que somos más directas que sinceras.
Luz: Tenemos una complicidad, pero al mismo tiempo una honestidad que a la gente le mola.
“Se le da mucha importancia a las etiquetas y en muchas ocasiones los artistas componiendo no se centran tanto en encajar dentro de un género en específico.” Luz
Es cada vez más complicado encontrar bandas de música en lugar de músicos que trabajen de manera individual, aunque poco a poco parece que está habiendo un resurgir del fenómeno de las bandas. ¿Qué es lo mejor de trabajar en grupo y cómo conseguís sacar a flote un proyecto en común?
María: Lo mejor de trabajar como un grupo es precisamente trabajar como un grupo. No desquiciarte sola, no afrontar los problemas sola, delegar responsabilidades, dar el veinte por ciento en lo que mejor se te dé y luego que tu compañero aporte el otro cacho que mejor se le dé. Somos una pieza enorme de cuatro piezas.
Sergio: Y si fallo yo, va haber otra persona que lo arregle. Somos un team.
Sergio: Y si fallo yo, va haber otra persona que lo arregle. Somos un team.
Siendo de Murcia, tuvisteis que salir hacia Madrid. ¿Es necesario salir para buscarse un hueco en una industria como la musical?
Sergio: No creemos que sea estrictamente necesario, pero está claro que es una herramienta. En Madrid hay muchas más salas, mucha más oferta de conciertos, muchos más sellos. Nosotros, que somos de Murcia y somos muy abanderados de Murcia, vemos que hay una escena que funciona bastante bien y nos alegra mucho ver que se sigue moviendo todo tipo de arte y hay gente que se puede quedar allí y les va bien.
Ya que sois un grupo que bebe tanto de la nostalgia y la melancolía, ¿cómo lleváis el haberos tenido que ir de Murcia?
Luz: Es un tema (risas).
María: Nos hacía mucha ilusión al principio porque todo era nuevo: la gente, la escena, los sitios. Pero cuando llevas un tiempo y ya te acostumbras, empiezas a echar de menos la tranquilidad de tener tu casa al lado de la playa. Yo flipo con que Murcia ahora se haya vuelto para mí una ciudad de vacaciones. Aunque también está muy guay echar de menos el sitio en el que te has criado.
María: Nos hacía mucha ilusión al principio porque todo era nuevo: la gente, la escena, los sitios. Pero cuando llevas un tiempo y ya te acostumbras, empiezas a echar de menos la tranquilidad de tener tu casa al lado de la playa. Yo flipo con que Murcia ahora se haya vuelto para mí una ciudad de vacaciones. Aunque también está muy guay echar de menos el sitio en el que te has criado.
¿Cuál es vuestra relación con Madrid? ¿La consideráis ‘casa’?
Luz: Pues Madrid es un poco locura, cada año es como una temporada nueva. Es cierto que teniendo Murcia es complicado adaptarte a un sitio tan rápido, pero ahora que ya llevamos un tiempo lo consideramos más como casa, sobre todo porque hemos creado una casa con los amigos que tenemos aquí, con el grupo y con el sello.
A pesar de que yo sí considero que hacéis algo parecido al rock, no dejáis de sonar completamente frescos y nuevos. ¿Creéis que géneros como el rock pueden todavía renovarse y mantenerse al día?
Sergio: Sí, yo creo que sí. En general, todo se transforma con el paso del tiempo. A estas alturas nadie va a crear nada nuevo, pero hay géneros como el rock, incluso el flamenco o el pop, que se han ido actualizando.
¿Cómo creéis que se consigue ese cambio?
Luz: Tiene que ver mucho con las influencias de cada uno. Ir cogiendo influencias de cosas distintas va a condicionar lo que estás haciendo en el momento. Y como decía antes, el tema de los géneros es algo cada vez más difícil de concretar. No sé si encajaríamos mucho en el rock, pero igual el rock cada vez se parece más a esto.
La temática de vuestras letras, vuestros ritmos cercanos al hyperpop, la portada de vuestro disco a lo Bruce Webber con colores saturados, el vinilo que sacasteis con tonos pasteles… Todo me remite a la adolescencia, donde creo que encontráis a la mayoría de vuestro público. Me gustaría preguntaros por la generación a la que representáis y vuestra relación con el público.
Luz: En otros momentos se nos ha calificado un poco de teenager, que quizás es el punto positivista de nuestra música. Aunque nuestras letras sean muy melancólicas, nuestras armonías son mapas alegres, más dreamy, y esto se tiende a relacionar con lo adolescente. Pero nosotros tratamos de escribir temas relacionados con cosas que le pasan a gente de nuestra edad. Ya cada uno puede sacar sus conclusiones y relacionarlo con otras edades.
María: A mí lo que más me gusta es ver a gente de varias edades en nuestros conciertos. Hemos visto desde gente con nuestra edad, un poco más pequeños, un poco más grandes… Incluso a señores mayores, que me parece divertidísimo.
Sergio: A mí me encantan los señores mayores en los conciertos (risas).
Luz: El 1 de febrero damos un concierto en Alicante y estoy segura que habrá un señor mayor. Además, se ponen súper cerca y cuando empieza el concierto lo ves muy serio, pero a medida que va pasando el tiempo ves como sonríe cada vez más (risas).
María: A mí lo que más me gusta es ver a gente de varias edades en nuestros conciertos. Hemos visto desde gente con nuestra edad, un poco más pequeños, un poco más grandes… Incluso a señores mayores, que me parece divertidísimo.
Sergio: A mí me encantan los señores mayores en los conciertos (risas).
Luz: El 1 de febrero damos un concierto en Alicante y estoy segura que habrá un señor mayor. Además, se ponen súper cerca y cuando empieza el concierto lo ves muy serio, pero a medida que va pasando el tiempo ves como sonríe cada vez más (risas).
Para hablar de Me acuerdo de todo, quería empezar por preguntaros por la intro del disco. Me parece como si flotase en un sueño, con los niños de fondo y esa voz que comienza a decir “tú y yo”. ¿Cómo surgió esta idea?
María: Teníamos un videoclip muy largo de nuestros amigos en la playa y parecen voces de niños porque lo pusimos muy pitcheado. Comentamos en el estudio que nos gustaría meterlo para resumir un poco la idea del disco. Yo creo que ha quedado muy guay.
Los ritmos, tan alegres y movidos, se contraponen a unas letras en las que temas como el desamor o la autodestrucción son de lo más recurrente. ¿Creéis que el sufrimiento es necesario para entender la belleza o un componente de esta misma?
María: No lo creo. Si te pasan cosas no muy agradables se te abre una puerta para buscar algo bonito en la desesperación. No creo que haya que romantizar el sufrimiento.
Siguiendo en la misma línea, y después de escuchar tú y yo y nadie más (mi canción favorita del disco), ¿cómo de importante creéis que es acordarse de todo después de una ruptura?
Luz: Realmente es muy importante, de lo bueno y de lo malo. Siempre puedes sacar cosas tanto de lo bueno como de lo malo.
Sergio: Sí, puedes sacar una enseñanza de vida.
Sergio: Sí, puedes sacar una enseñanza de vida.
¿Qué nos podéis contar sobre las colaboraciones con Zahara y con Chelsea King?
Luz: A Chelsea la escuchábamos y le mandamos un DM a ver si colaba, y coló. Y ella es muy maja y fue genial. Con Zahara fue aquí en el estudio. Ella nos ubicaba y nos conocía y nos preguntaron si queríamos mandarle una de las canciones y se subió. Fue muy guay porque además pudimos grabar con ella, porque con Chelsea no nos podíamos ir a Nashville por lo que sea, pero aquí en Madrid sí que pudimos grabar con Zahara. Fue una experiencia muy chula.
Ahora que se avecina una gira, ¿cómo os preparáis antes de subir al escenario?
Sergio: Tenemos mucho trastorno de la personalidad como banda, no hay mucho ritual, la verdad. Yo me quedo autista perdido en una esquina dado vueltas y saltos. Javier, que es nuestro cámara, nos echa fotos y su ritual es decir ‘la última, la última’.
María: Nos echamos ochenta cigarros.
Sergio: Ochenta cigarros, una cerveza y a funcionar.
Luz: A veces nos abrazamos. Sergio siempre grita, parece la plaza Tirso de Molina (risas).
Sergio: Totalmente, no dejan de suceder cosas.
María: Nos echamos ochenta cigarros.
Sergio: Ochenta cigarros, una cerveza y a funcionar.
Luz: A veces nos abrazamos. Sergio siempre grita, parece la plaza Tirso de Molina (risas).
Sergio: Totalmente, no dejan de suceder cosas.
Para terminar, y ahora que tenéis terminado vuestro primer proyecto, ¿qué planes de futuro tenéis como banda? ¿Pensáis ya en el siguiente?
María: Yo estoy intentando disfrutar del lanzamiento porque ya he tenido pensamientos ansiosos del tipo, ¿ahora qué vamos a hacer, con quién podemos colaborar? Pero ahora mismo me centro más en lo que acaba de pasar y ya nos centraremos en meternos a hacer cosas nuevas. Yo tengo ganas de meterme en el estudio con gente nueva.
Sergio: Sí, ahora estamos focus en disfrutar de la gira, pero pensamos mucho en saber cómo queremos hacer las cosas cuando llegue el momento de ponernos con el siguiente disco.
Sergio: Sí, ahora estamos focus en disfrutar de la gira, pero pensamos mucho en saber cómo queremos hacer las cosas cuando llegue el momento de ponernos con el siguiente disco.
