Un perfume a popper, sudor y a jóvenes hormonas que conquista la sala. En este caso, la sala es Siroco y me remito al concierto de Superreservao y Guxo este pasado 28 de noviembre. Spoiler: hay una historia con un plátano, y no es el de Cattelan pero tampoco le falta arte.
El bolo dice “Guxo y Superreservao” pero ni mucho menos pienses que encima del escenario solo estaban ellos. En orden, fueron pasando por ahí Barfa, Xannyday, Spiritual, Quevedoisbladee y par de colegas más. Como digo, hay una frescura en el momento inicial de la carrera de un artista, que te permite romper cualquier dogma y protocolo. Así que subes a todos tus colegas a la tarima, incluso a los que es su primera vez cantando, e incluso a los que ni cantan. 
Dicho así suena hasta profundo y esa falta de ortodoxia no luce como que estoy hablando de tirarle pila agua al proyector de visuales; o de derramar copas por la tarima hasta que el técnico te dice que va a petar la mesa, que de hecho petó (dos veces) La sensación de cercanía es tanta que da igual, la verdad. El rubito tataré podría ponerse a recitar trabalenguas y el público sería feliz. Y esa es la sensación por la que fuimos a verlos.
Ejemplo de ello (sí, ahora llegamos a esta parte) fue el sorteo del plátano. La situación es la siguiente: la mesa de DJ se salta y los ocho chavales del escenario se quedan a cuadros sin saber qué hacer con la media hora que les falta de bolo. Superreservao sale al frente y anuncia que va a sortear esta fruta potásica, que finalmente acaba lanzando al público. Y la sala estalla de euforia. Porque sí, porque es divertido.
Llevo cuatro párrafos y aun no he hablado de la música, perdón. Que el show que os acabo de narrar no os haga pensar que la gente está ahí solo por el espectáculo. Al revés, están hambrientos de música. Uno de los momentos más claros de esta famélica melomanía fue cuando cantaron un tema unreleased, cuyo estribillo el público se aprendió en apenas minutos. “Solo hablo efe, solo hablo con jefes, y quiero lo de ese, lo de ese y lo de ese”, cantaban mientras pogos y avalanchas espontáneas arremetían contra el escenario. Y es que era un temazo, es normal, yo también me lo aprendí en minutos.
Por supuesto se cantó Rifle Talibán (parte por parte de todos los miembros) , anarqueen y militar.  A veces da la sensación de que quien conoce el repertorio de ambos en realidad prefiere los otros temas que aun nos guardamos en nuestro cajón underground. Guxo cerró con su particular versión de Corazón Partío y entre gritos, nos fuimos disipando. Una experiencia diez, sin duda.
Superreserevao-Guxo_1.jpg
Superreserevao-Guxo_3.jpg
Superreserevao-Guxo_4.jpg
Superreserevao-Guxo_5.jpg
Superreserevao-Guxo_7.jpg
Superreserevao-Guxo_6.jpg
Superreserevao-Guxo_8.jpg
Superreserevao-Guxo_11.jpg
Superreserevao-Guxo_10.jpg
Superreserevao-Guxo_2.jpg