No estamos en la Catedral de la Almudena pero parece que alguien va a celebrar la eucaristía. Es el Teatro Calderón de Madrid y sobre su escenario tendrá lugar la última cena de la serie La Mesías. Javier Ambrossi y Javier Calvo, o Los Javis, revolotean por el espacio minutos antes de este concierto único e irrepetible. Mientras, algunas caras conocidas –y algunas que otras leyendas vivas– del mundo del cine, la música y la televisión toman asiento.
“Querido creyente… Querido seguidor… Hola. El mundo llega a su fin, pero nuestra música puede salvarlo”, dicen unas Stella Maris que aparecen en escena, tan perturbadoras, excéntricas y coloridas como lo son en pantalla. Comienzan a interpretar la canción Stella Maris con sus característicos bailes manísticos y movimientos rígidos de los que es culpable la coreógrafa Belén Martí, y que ya todo el público conoce.
Los actores de la serie rompen la cuarta pared. Los acompaña una escenografía sacada directamente de la casa de la familia Puig Baró: un sofá tapizado de flores, dibujos, crucifijos, pequeñas estatuas de ángeles, velas y alguna Biblia. Un cuadro de Felipe VI preside la escena. A sus pies, un coro, un cuarteto de cuerda, un piano, el bajo y la guitarra. Aparecen Los Javis como maestros de ceremonia para dar comienzo a este final del camino. “Nos merecíamos una fiesta como esta”, dicen.
Cuentan Ambrossi y Calvo a los espectadores que siempre arrancan los nuevos proyectos con una playlist de música. La canción que abrió este fue Bette Davis Eyes, de Kim Carnes. Y llaman a la leyenda del pop español Amaral a cantar su versión de este hit. Una joven Montserrat, interpretada por Ana Rujas, aparece por el pasillo del patio de butacas fumándose un cigarro junto a sus dos hijos pequeños, interpretados por Bruno Núñez y Carla Moral, que la acompañan en el baile. Estamos en los dos primeros episodios de La Mesías.
Se une a este teatro –o experiencia religiosa– Raül Refree, el autor de la banda sonora original de la serie. El productor, compositor y músico catalán ha trabajado con artistas del calibre de Rosalía, C. Tangana, Guitarricadellafuente, Rodrigo Cuevas o Kiko Veneno. Ahora con Stella Maris, que interpretan La alcantarilla. El dúo electrónico Hidrogenesse también forma parte de la BSO. Se unen al grupo de pop cristiano en Jesucristo dónde estás para hacer sonar las angelicales voces y las dulces melodías como oscuras sinfonías pasadas por autotune.
Cae el telón y la palabra ‘Resurrección’ aparece pintada en color rojo. No podía faltar Macarena García, que entra en escena como Irene –o Resurrección– con la canción Irene borra pintada. Se acerca el clímax, el episodio tres. Suena Desayuno y Para que salven el mundo, una versión de Refree de Vivaldi. Simultáneamente, Montse y Roger llegan al momento cumbre de su personaje en la ficción. Montse, interpretada por Lola Dueñas, habla con Dios. Roger, interpretado por Biel Rossell, baila en una habitación que gira 360º.
El Festival JC Rock también llega al Teatro Calderón en directo. Ramas de Olivo, el dúo de los hermanos Puig Baró, canta Dos pasos adelante, seguidos de El Buen Hijo con Niños del Edén y Papa Topo con Estigmas en las manos. “Viva el pop, viva el rock y viva Cristo”, dicen. La guinda del pastel es la interpretación de Experiencia religiosa, del ecléctico cantautor Albert Pla como Pep. Se la dedica a su difunta esposa Montserrat, que seguro le escucha desde el cielo.
El ultracatólico padre se une a Stella Maris, que vuelven a entrar en escena para interpretar La casa huele a gloria, que da nombre al álbum del grupo, y Jardinero, esta última junto a Pep. Aparecen uniformadas con vestidos de los colores del arcoíris que acaban en un tutú relleno de flores. Se paran en seco y observan la siguiente escena, uno de los momentos más catárticos de la serie: el reencuentro entre un adulto Enric, interpretado por Roger Casamajor, y la última Montserrat, interpretada por la icónica Carmen Machi.
Otro de los momentos más emotivos de este concierto –me atrevería a decir casi musical cristiano– es la actuación de Amaia en la canción El árbol. La ganadora de la novena edición de Operación Triunfo, que da vida a Cecilia de Stella Maris, recrea junto a Enric una escena de reencuentro, perdón y sanación entre los dos hermanos. Amaia se sienta al piano enfundada en un vestido verde cartuja de gasa, y Casamajor se sienta tras ella para escucharla.
Amaia se queda en el escenario, abandonando su personaje en la ficción, para interpretar The End Of The World junto a Refree, que la acompaña con la guitarra. Las luces del escenario se vuelven tenues y la voz de la artista envuelve el Teatro Calderón. Se une el cantante y actor Asier Etxeandia a esta gala con Preparad el camino al señor. Los Javis, sentados en el sofá tapizado de flores del fondo, contemplan el final de su propia obra.
“Queríamos traer a estos personajes de vuelta para que os despidáis vosotros y, sobre todo, nosotros”, dice Ambrossi. El elenco de La Mesías sube al completo al escenario, junto con los artistas invitados, el coro, el cuarteto de cuerda, el piano, la batería y la guitarra. La sorpresa final son unas mini Stella Maris interpretando el hit La puerta del cielo (Toc, toc). Aparecen uniformadas, como las mayores, con vestidos de colores en tono pastel, acabados en tutús que mueven al ritmo de la coreografía y la base de techno oscura.
No sé si las Stella Maris –Ainia (Cristina Rueda), Cecilia (Amaia Romero), Julia (Mabel Olea), Neus (Valeria Collado), Beth (Ainia Guijarro) y Nora (Sara Roch)– pueden salvar el mundo con su música, pero lo que sí está claro es que esta noche han dejado una huella en la historia de la cultura contemporánea de nuestro país. Los Javis vuelven a dejar una impronta de su legado como ya lo han hecho en ocasiones anteriores con series como Paquita Salas (2016) o Veneno (2020). Esta vez con su obra cinematográfica y musical más oscura que da rienda suelta al fundamentalismo religioso y el arte como forma de sanación.