En casa de Claudia siempre ha habido música, bien fuera un vinilo de su padre, la tele con alguna canción de fondo o el eco de la radio. Hija única, aprendió pronto a habitar su propia compañía, y la música se convirtió en un refugio. Con el paso de los años, esos sonidos dejarían de ser solo un acompañamiento y se convertirían en una forma de expresar, ordenar sus pensamientos y crear un espacio propio donde ser ella misma.
Hoy, Sound Klau va más allá de ser un proyecto musical: es la extensión de Claudia, un espacio donde sus emociones, recuerdos y curiosidad por los sonidos se encuentran. Su estilo es versátil, desde ritmos frenéticos de ghetto house o footwork, hasta atmósferas suaves de neo soul y batida, reflejando la diversidad que ha marcado su formación desde los primeros días de danza y descubrimiento musical. Es un refugio propio que ahora ofrece también a quienes buscan un lugar donde sentirse escuchadxs y comprendidxs.
En esta conversación, la DJ madrileña nos invita a recorrer su historia, desde la Numark que pidió en 2018 por Reyes, pasando por la cabina de Antídoto Club y su debut internacional en Londres, hasta los proyectos colectivos que ha cocreado para transformar la música en un acto político y comunitario.
¡Hola, Clau! Gracias por estar aquí, bienvenida. Para nuestros lectores que no te conozcan, ¿quién es Sound Klau?
¡Hola, Sara! Encantada de hablar contigo y de la invitación. Sound Klau, o Klau como tal, es el alter ego a través del cual la artista madrileña logra canalizar los estímulos sonoros recogidos a lo largo de más de seis años de trayectoria musical: entre la danza, los viajes, los estudios y las experiencias en el club. Es un proyecto que le da forma a esa Claudia que siempre buscó refugio y un espacio seguro en el sonido, en la música, y que busca, a su vez, ser ese refugio para les otres que no encuentren su lugar, que se sienten fuera de las propuestas más convencionales.
Hoy Sound Klau es una propuesta versátil, en constante evolución, que no busca encasillarse sino seguir creciendo y explorando dentro de un horizonte sonoro amplio y cambiante. En sus sesiones puedes encontrar desde ritmos acelerados y percusivos como el funk carioca, furacao 2000, bouyon, kawina, ghetto house o footwork, hasta sonidos más suaves y envolventes de neo soul, softdrums o batida.
Antes de empezar, me gustaría que me contaras un poco sobre tus primeros años: ¿qué papel ha jugado la música en tu familia, y cómo crees que ese entorno ha influido en la formación de tu gusto musical y tu sonido?
Desde que tengo uso de razón, en mi casa siempre ha habido jaleo y música sonando en la cadena CD, en la tele, etc. Cuando me fui haciendo mayor pasaba más tiempo sola en mi habitación, pues no tengo hermanos, y en realidad esos momentos de soledad no se hacían tan pesados gracias a la música.
Fuera de casa también jugaba un papel muy importante en mi vida, ya que desde los cuatro añitos empecé a bailar, y así me ha acompañado en muchos formatos, géneros y ritmos. Sé que sin la danza hoy no tendría un oído tan afinado ni unos conocimientos musicales, tanto teóricos como prácticos, tan desarrollados y versátiles. En definitiva, la música siempre ha sido un refugio para mí, tanto en mi propia casa como fuera de ella.
¿Qué artistas o géneros musicales escuchabas entonces y cómo crees que esos sonidos se han quedado de alguna forma en tu estilo actual?
Enlazándolo con la anterior respuesta, en mi casa siempre podías encontrar, entre los vinilos y CDs de mi padre, mucho funk, soul y R&B, y artistas como Michael Jackson, Kool & the Gang, Sade, Africa Bambaataa o TLC. Aunque estos géneros predominaban, también había momentos más electrónicos y acelerados para escuchar un buen house, disco y electro, y recuerdo perfectamente los temas de Donna Summer, Nomad, Crystal Waters o Sonique.
Por supuesto que estos sonidos han marcado mi estilo actual, tanto que, si asistes a alguna de mis sesiones, seguro que encuentras algún que otro guiño o referencia a lxs artistas mencionados, o incluso los mismos temas originales, que en ocasiones me gusta poner para crear un pequeño salto temporal.
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A veces hay decisiones que no se toman de golpe, sino que se van gestando en silencio, sin darnos cuenta. ¿En qué momento supiste que querías dar un paso más allá y empezar a pinchar? ¿Hubo algún evento o persona que te inspirara especialmente para tomar esa decisión?
Lo que pasó es que surgió en mí una necesidad de ordenar y cohesionar todos los conocimientos musicales que inundaban mi cabeza y que tenía amontonados tras tantos años de danza y aprendizaje, tanto de manera directa y consciente como indirecta.
Pedí mi primera mesa de mezclas como regalo de Reyes a mi familia en 2018, una pequeña Numark que tenía hasta una bola de discoteca incrustada, nada serio (risas). Sin embargo, no pude aprender mucho con esa controladora porque no funcionaba demasiado bien, y no fue hasta la cuarentena cuando realmente le invertí tiempo, ganas y mis escasos ahorros, con los que me pude comprar una Pioneer de segunda mano.
Considero que ese fue mi punto de inflexión y, si tengo que destacar a alguna persona que me inspirara en ese proceso, es a mi amigo y compañero Costa (@dj.costa_), que después de la cuarentena no dudó en compartir conmigo su tiempo y conocimientos para aprender de su mano.
Hace poco más de un año viviste un momento memorable: tu primera fecha importante en Antídoto Club. ¿Qué recuerdo guardas de esa experiencia?
Sí, fue un día muy especial porque llevo siguiendo a Antídoto desde sus inicios, y no solo se ha convertido en un club de referencia en la noche madrileña, sino que también han pasado por su cabina muchxs de lxs DJs que me inspiran. Tocar allí era una gran meta en mi carrera profesional. Recuerdo que ese día, mi amiga y artistaza Blanca (@Gldnhoe) me dejó guapísima, con un makeup, pelo y estilismo muñekón. Además, esa noche vinieron, sin exagerar, unes sesenta amigues a apoyarme y me sentí muy arropada. La verdad que estaba llenísima la sala y no cabía ni un alma. Sudamos, pero sobre todo bailamos y gozamos muchísimo.
¿Cómo crees que ha evolucionado tu relación con la música, la cabina y el público?
Desde ahí ya han sido cinco las ocasiones en que he pinchado en la main de Antídoto y, en general, desde que tengo oportunidades así, las tomo con menos nervios y cada vez me siento más empoderada en cabina. Se puede notar desde mi presencia corporal, mi forma de bailar y sentir la música, hasta en el contacto visual e interacción con el público, pues es todo mucho más cercano y natural que en mis primeros gigs. Es cierto que hoy sigo rompiendo barreras e inseguridades cada vez que subo a un escenario y es un trabajo de superación y aprendizaje constante.
Creo que se trata de enfocarlo, además de como tu pasión, como tu trabajo, y no ponerte nerviosa o triste cuando tus amigxs no vienen, por ejemplo. Hacer de cada experiencia algo especial y aprovecharla para conectar con nuevas personas. También creo que es muy importante confiar en tus habilidades de años atrás, tus conocimientos musicales y tu capacidad para adaptarte y fluir con el público cuando tu propuesta inicial no funciona, no ‘paniquear’, analizar y aproximarte a lo que quieren, pero siempre respetándote a ti y tu esencia.
¿Qué le dirías a esa Clau de 2024 que estaba a punto de subirse a la cabina y presentaba el TFG al día siguiente?
No sé cómo tienes esa info, ¡qué fuerte! La verdad que no asimilé casi nada de lo que pasó porque fue rapidísimo. Fue todo un reto personal, y en partes, un capítulo de Hannah Montana. Es el pan de cada día de muches DJs, pues la mayoría intentamos compaginar esa faceta con otro sustento económico o bien con unos estudios, lo cual en ocasiones genera situaciones un poco locas y comprometidas en las que tenemos que dar el doscientos por ciento de nosotras.
En este caso se me juntó no solo con el TFG (por cierto, era un estudio sobre la figura DJ como transmisor cultural), sino también con el Pride, donde pinché junto a Red Bull. Fue una aventura. Llegué al TFG casi de empalme, eso sí, con el makeup y peinado intactos, con mi controladora, porque después me iba directa a pinchar al Pride de nuevo, y aún con esas saqué una tremenda Matrícula de Honor.
A esa Clau de 2024 le diría que disfrute de ese momento porque en verdad estaba todo bajo control, y que se lo tome con alegría y orgullo, que ese día se convertiría en una de las anécdotas más locas y divertidas de su vida, así que gracias por recordarla conmigo.
El mundo del clubbing, aunque creativo y comunitario, también puede ser competitivo, especialmente en ciudades como Madrid, donde cada fin de semana se programan todo tipo de fiestas. ¿Cómo vives tú esa presión por destacar, por ‘estar en la conversación’? ¿Sientes que hay espacio suficiente para propuestas nuevas o que hay que empujar fuerte para abrirse camino?
Uf, se abre melón (risas). He de decir que va un poco por épocas. En ocasiones me siento inevitablemente obligada y presionada a seguir a la ‘corriente’ para poder tener más bolos y ganarme un huequito, a pinchar unos géneros más que otros, complacer más al público promedio español, etc. Sin embargo, al final yo misma me he hecho más selectiva y he decidido que no quiero destinar mi tiempo y energía a clubes que no valoran una propuesta diferente y/o alejada de ‘la moda’. He decidido no frustrarme por ello, sino confiar en el proceso y definir bien mi camino y lo que realmente quiero transmitir con mis sets.
En España los espacios para propuestas musicales nuevas o menos comerciales son muy limitados, a mi parecer, y si existen suelen tener la fecha de caducidad prescrita, ya que el público acaba recurriendo a la música ‘fácil’ y familiar. Analizando todo esto desde mi punto de vista subjetivo y académico, es cierto que se suelen inaugurar como propuestas diferentes e innovadoras, pero al final para sacarlo a flote muchos acaban cediendo hacia lo que vende, perdiendo a lo largo del camino ese propósito inicial.
Por eso, algunxs DJs venimos empujando fuerte para poder hacer huequitos que vayan conectando a las personas que buscan propuestas alternativas y fuera de lo normativo en este país, aunque cuesta soportar esa presión que comentas, pero, poco a poco y, sobre todo, sin pisarnos lxs unxs a lxs otrxs.
¿Qué apoyos has encontrado para superar esos obstáculos y seguir adelante con tu proyecto?
Aquí es donde entra la importancia de la red de apoyo mutuo y la creación de una comunidad fuerte de DJs para no acabar alimentando estas situaciones. Yo tardé en encontrar mi lugar, y, sobre todo, mis apoyos, pero es cierto que gracias a herramientas como Instagram y en el propio club he podido llegar a algunas compañeras DJs que admiro y por las que me he sentido, no solo escuchada, sino comprendida y apoyada, como son mi mami @Sanydelitos, @Drizzyclare o @Nila1129 <3  Artistas como ellas, y otras muchas, me hacen sentir que vamos por el buen camino, un camino diferente, una alternativa para las que no se conforman y las que buscan espacios sonoros alternativos, diversos y combativos a la par.
Con respecto a mi red de apoyos, destacaría también a mi booker y amigo Parra, de @Galgo.work, que no solo está ahí 24/7 para apoyarme y darme buenos consejos, sino que también se esfuerza por crear en Galgo una red de artistas multidisciplinares con mucho talento y muy conectadxs entre sí, donde podemos encontrar fácilmente otros apoyos y personas con mucho bagaje musical. En definitiva, una pequeña familia de DJs.
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Las redes sociales se han vuelto una herramienta casi inseparable del trabajo de cualquier artista. No solo se trata de pinchar bien, sino de saber comunicar, construir una imagen, estar presente. ¿Qué relación tienes tú con lo digital? ¿Lo vives como una extensión natural de tu trabajo o como una presión más dentro de este mundo?
Por un lado, sí siento las redes sociales como una obligación. Muchas veces me nublan y me quiero alejar de ellas, pero en realidad no puedo, porque forma parte de mi trabajo y las necesito, ya que casi todos los gigs surgen a través de ellas, sería boicotearme a mí misma. Me cuesta ser constante y, según yo, se me dan bastante mal, pero en general, siempre recibo mucho cariño del público que me sigue y críticas muy positivas del contenido que subo, entonces supongo que algo sí estaré haciendo bien.
Ya me intenté desapegar de casi todas las redes y, a día de hoy solo tengo Instagram, la cual dejé de usar para contenido ‘personal’, y centré en un contenido más profesional y, en ocasiones, divulgativo. A pesar de la reticencia que pueden generar las redes sociales en lxs artistas, considero que tenemos que aprovechar el potencial de estas para unir comunidades y propósitos, fortalecer las redes de apoyo y así crear espacios de creación y coexistencia más seguros y transformadores. Debemos evitar el demonizarlas del todo, porque pueden llegar a ser herramientas de cambio muy notorias e importantes.
Has tenido la oportunidad de pinchar y grabar en Zeng (Londres) y hace poquito estuviste también con los chicos de Cold Cues, ¡vaya dos sets más chulos, tía! ¿Qué parte dirías que es la más difícil a la hora de montar un set? ¿Cómo sueles enfrentarte a ese proceso creativo?
Primero de todo quiero aprovechar este espacio, ya que los mencionas, para dar las gracias tanto a Zeng (@Zenglondon) por ofrecerme mi primer gig internacional y hacerme sentir tan valorada lejos de casa, como al equipazo de @Coldcues, que me cedieron un espacio seguro y con total libertad para mostrarme tal y como soy. Os invito a ver ambos sets porque estoy muy orgullosa, son como mis primeros hijitos en YouTube.
Ahora sí, a la hora de montar un set considero que hay tres partes muy importantes y a las que hay que dedicar tiempo y energía: diggear, curar el tracklist y cohesionar. Primero analizo el lugar del gig para adaptar en cierto modo mi selección y así conectar mejor con su público. Para mí es fundamental tener paciencia y organización, por lo que divido mis días previos entre las responsabilidades de vida adulta normativa y momentos dedicados solo a la música. Según la vibra que quiero transmitir y el slot asignado, selecciono el tracklist a conciencia, aunque confieso que puede ser el paso que más me cuesta, porque acumulo demasiada música. Finalmente, llega la parte que más disfruto: pinchar, probar mezclas y jugar con tonalidades y estructuras.
Eres parte activa y una de las fundadoras de Refugio Sonoro, un colectivo que no solo apuesta por la música, sino también por un discurso político claro y comprometido. ¿Cómo se formó ese colectivo y qué valores o motivaciones hay detrás de él?
Refugio Sonoro es uno de los proyectos en los que más cariño y ganas he puesto este año, y me alegro de que me lo preguntes. Este colectivo creativo multidisciplinar nace de una conversación entre amigxs sumidos en la rabia y frustración ante la dramática situación sociopolítica mundial, con la consecuente falta de alternativas. Principalmente el genocidio en Gaza por Israel, sumado a muchas otras injusticias, nos han acabado induciendo en una desesperación y alienación constante, desde la cual se hace cada vez más complicado tomar acción como artistas y como personas, y sobre todo, disfrutar del ocio y la fiesta ‘como si nada’.
Así, siendo el ocio uno de los mayores objetos de consumo en la actualidad, tanto mis compañerxs como yo vimos necesario proporcionar una opción de ocio consciente y basado en la colaboración, la cultura y la inclusión, en la que el mismo ocio no se desvincule de las problemáticas sociopolíticas que hoy nos afectan y se utilice como una herramienta de cambio. Los pilares que sostienen nuestro proyecto, desde un principio han sido, entre otros, la colaboración, solidaridad, cocreación, afecto y cuidados, apoyo mutuo, etc.
En la primera edición recibisteis muchas solicitudes para colaborar, de una manera u otra. ¿Esperabais ese recibimiento? ¿Qué supuso para vosotras esa acogida?
Dado que nuestra primera edición fue para recaudar fondos por Palestina, en partes sí esperábamos que la gente, sobre todo de nuestro entorno cercano, se sumara por la causa, ya que no habíamos visto muchas iniciativas similares en Madrid.
Sin embargo, sí nos sorprendió positivamente haber llegado a un público tan extenso y variado. Desde niños hasta ancianos, desde españoles hasta palestinos. Fue increíble la acogida y aún no tenemos palabras para describir lo bien que salió y lo bonito que fue este día para todxs nosotrxs, además de la gran cantidad de dinero recaudado para ser un evento de aforo pequeño y que parte desde cero, sin recursos ni financiación.
¿Sientes que dentro de la escena musical, especialmente en el circuito club, hay una responsabilidad (sobre todo por parte de quienes tienen más visibilidad) de posicionarse de forma clara ante ciertos temas? ¿Crees que aún pesa el miedo a incomodar o perder espacio?
Efectivamente, creo que las grandes plataformas, ya sean clubes, artistas o promotores, son un altavoz muy importante para la juventud y no se debería tomar esa posición que llaman ‘neutral’ frente a temas en los que, en realidad, esa neutralidad ya es un posicionamiento claro. A veces pesa más el miedo a incomodar o perder espacios que la coherencia con los valores propios, y eso se está viendo con claridad últimamente. Al final, callar también es posicionarse.
Más allá de lo internacional, en la escena española también hay muchísima peña haciendo cosas potentes. ¿Qué artistas de aquí te inspiran o han sido una influencia para ti, ya sea por su sonido, su recorrido o su forma de estar en la escena?
Se me vienen muchas a la cabeza, pero si tuviera que destacar a alguien que me ha inspirado desde mis inicios en la escena nacional, sería Drea (@andriuss). No solo me siento muy conectada con sus sonidos e influencias, sino que también me identifico con su recorrido: empezamos a pinchar casi al mismo tiempo, y he seguido su evolución admirando su manera de hacer arte. También quiero mencionar a otras grandes referentes que han sido, y siguen siendo, una fuente constante de inspiración para mí, como Brava (@untalasalsa), @arthi.nachiapann, @acidheaven y un gran descubrimiento de hace poquito, @asphodéle__ <3
Si pienso en las inspiraciones que tengo más cerca, no puedo dejar de nombrar a mis amigues. Del lado del baile, son ellxs quienes me recuerdan por qué amo lo que hago: ver cómo cada ritmo que hago sonar lo convierten en movimientos llenos de expresión, sentimiento y goce. Y del lado del DJ y la producción, son ellxs también quienes me impulsan a seguir aprendiendo, a compartir y a bailar en el club una y otra vez. Entre otrxs podría destacar a Neopreno @juangui.222, mi partner in crime @santa.klaux, y seguiría nombrando muchxs más pero no acabaría nunca.
¿Y si hablamos de un B2B soñado (realista o fantasioso), quién estaría al otro lado de la cabina contigo y por qué?
Mi B2B soñado, algo fantasioso por mi parte, pero quién sabe, sería con Jyoty. No solo me siento muy alineada con sus valores y su forma de manifestarse en redes, sino que también con su excelente gusto y curación musical, su presencia en el escenario y su energía. Después de escuchar mil veces sus programas de radio en Rinse FM y verla en directo en París y Madrid, creo que haríamos match musicalmente (y también en la vibra), y se formaría una energía muy guay en cabina, además de dar buena cátedra musical.
Mirando hacia el futuro, ¿qué otros proyectos o metas tienes en mente? ¿Cómo te imaginas tu evolución en los próximos años y qué sueños te gustaría cumplir dentro del mundo de la música?
Por ahora quiero seguir enfocada en la música, aunque no exclusivamente en el djing. Justo ahora empiezo un máster de Gestión Cultural que, espero, me de muchas herramientas nuevas para compaginar ser DJ junto con otros proyectos personales relacionados con el arte y la cultura, como Refugio Sonoro, en los que volcar mis estudios como politóloga y socióloga a la par que mis conocimientos sobre la industria y mezcla musical. Y bueno, quién sabe si algún día me adentro en el mundo de la producción u organización de eventos.
Mi sueño es recorrer el mundo gracias a la música, poder conocer, no solo personas con las que compartir mi pasión, sino también la historia y la cultura de los lugares donde nacieron muchos de los géneros musicales que toco, para no dejar de nutrirme y aprender en este recorrido musical que por ahora me hace muy feliz.
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