El tercer día de Sonorama nos recibió con el cansancio acumulado, pero también con la emoción intacta. Después de dos jornadas de no parar, estábamos listas para el día fuerte del festival. La jornada prometía, con nombres como Sen Senra, Lia Kali y Chill Mafia en el horizonte, y nos preparábamos para darlo todo en cada uno de los conciertos.
Al igual que el día anterior, nuestra primera parada fue el escenario de El Charco, a pocos minutos del centro de la ciudad, con Carlos Ares de protagonista. Las pistolas de agua fueron, una vez más, la salvación ante el calor sofocante de las cuatro de la tarde. Carlos apareció en escena como si fuera el líder de una secta, algo así como una versión masculina y gallega de Florence and The Machine. Peregrino resonó fuerte y Amigo hizo llorar a más de uno, un público de fans que no paraba de gritar “Escenario principal” como petición de que el de A Coruña tocara en el Recinto Ferial.
Allí es donde fuimos en cuanto Carlos Ares acabó, de nuevo esos treinta minutos andando hasta llegar al escenario AFMCYL donde nos recibía Eva McBel. El público se dividía entre los que no tenían miedo a morir de una insolación y los que sí, estos últimos bajo la sombra de los laterales. Aún así, todos con los ojos puestos en Eva que nos cantaba su álbum debut. Admitir que hubo lágrimas con 1899, una canción dedicada a su abuela, y tuvimos un final lleno de rabia con todos gritando “Fuck you for that”, nos quedamos bien a gusto.
De ahí fuimos directas al escenario vecino, donde empezaba a tocar Marina Reche. Rodeada por un atardecer que caía lentamente, Marina llenó el escenario de sensibilidad y vulnerabilidad. Las fans de Marina, con sus mejores outfits, no se aguantaban las lágrimas al escucharla cantar 13+1 sentada en el suelo. Aunque el momento fuerte fue con Mil preguntas, hemos de admitir que nosotras también nos unimos a cantar “¿Por qué había dos vasos en la mesa de noche / Si yo ni siquiera dormí en la cama anoche?”.
La siguiente en escena fue Paula Cendejas, y su entrada no dejó a nadie indiferente. Dos hombres con balaclava, tres mujeres tocando violines, visuales que nos dejaron sin aliento, y Paula, muleta en mano, se plantó en el escenario. Tras cantar una versión mucho más cañera de su collab con C. Tangana, nos cuenta que se ha roto un dedo del pie con la esquina de la cama. Podría habernos pasado a nosotras. Aunque cojeaba, no dejó que eso afectara su actuación. Cantó una canción de Luis Miguel, le dio una vuelta sus temas anteriores, y terminó con Pa’ enamorar, conquistando a quienes ya la adoraban y a los nuevos fans por igual.
Queralt Lahoz tomó el relevo y se adueñó del escenario como solo ella sabe hacerlo. Con una presencia que combinaba fuerza y carisma, Queralt nos regaló desde temas de su primer álbum como De la cueva a los olivos hasta una versión de Say My Name que fue un highlight indiscutible. También nos puso la miel en los labios con un par de adelantos de lo nuevo que vendrá a finales de año. “Hay que ser dura para ser Queralt Lahoz”, nos dijo, y tras su concierto, entendimos por qué. Todo un espectáculo.
Y si hablamos de espectáculos, tenemos que hablar Lia Kali. Fue la actuación más esperada y con razón. Entró al escenario y el público se volvió loco, su voz rota y sus letras llegaron a cada una de las personas que estábamos allí. Volvernos a amar fue el peak del concierto, aunque cada tema sabía a gloria. 
Tras un breve descanso y con la cerveza en mano fuimos al escenario principal a ver a Sen Senra. Tres músicos y un obelisco enorme fue lo primero que vimos, después a Christian gritando “¿hay alguien por ahí?” cuando el recinto estaba petado. Empezó con los temas fuertes, o eso creíamos, porque seguía el setlist e iba a más. Sonó Ya no te hago falta y las lágrimas no se hicieron esperar, lo compensó con Qué facilidad, pero ya estábamos sensibles. Sinceramente, hubiéramos preferido escucharlo al atardecer en un ambiente más tranquilo porque eran las dos de la mañana y alrededor se notaba que la gente quería fiesta. 
Una fiesta que llegó con Funzo & Baby Loud, que nos trajeron su pop desenfadado, y con Chill Mafia para los más alternativos. Con un sofá en medio del escenario y fumándose un peta, Ben Yart se levantaba para cantar No se k me pasa ante un público que se volvía loco. Tras unos veinte minutos donde lo dimos todo con Mus corrido, Puta Ripagaña y 31014, decidimos que lo mejor era descansar que hoy tenemos a Jordana B a las 19h.
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Lia Kali. Foto: Aliron Studio.
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Queralt Lahoz. Foto: Aliron Studio.
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Eva Mcbel. Foto: Aliron Studio.
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Marina Reche. Foto: Aliron Studio
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Paula Cendejas. Foto: Aliron Studio.
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Sen Senra. Foto: Gloria Gades.
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Carlos Ares. Foto: Acalvorecio.
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Funzo & Baby Laud. Foto: Gloria Gades.
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Chill Mafia. Foto: Rodrigo Mena Ruiz.
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Foto: Rodrigo Mena Ruiz.