Moisés Mena, mejor conocido como Slappy AV, nació hace veintitrés años en Ejea de los Caballeros, a una hora de Zaragoza. Allí empezó su carrera musical como empiezan tantas, con un micro y un ordenador en su habitación. Hoy nos atiende desde Santiago, feliz y emocionado tras el lanzamiento de Verano azul, su nuevo EP. Hablamos con él sobre el origen del proyecto, las colaboraciones que lo acompañan y el salto al CD físico.
“Con este EP me he tomado el tiempo de pensarlo bien”, nos cuenta. Explica que el proyecto nació tras ver que sus fans se habían quedado con ganas de una mixtape de verano el año pasado. Además, le ha servido para oxigenarse mientras termina de preparar su próximo proyecto de larga duración: un álbum que, asegura, marcará un antes y un después en su carrera. Nos promete un concierto de despedida en Madrid, el inicio de una nueva era y mucho movimiento. Continuará…
Hola, Moisés, ¿cómo estás? ¿Por dónde te pillo?
Estoy por Santiago, vamos al Rompetiño a ver a la Carlota.
¡Puf, qué envidia! Por cierto, en tu nombre, el AV viene de tu antiguo grupo, Avoid Paranoia, pero, ¿y lo de Slappy? ¿Tiene algo que ver con el muñeco de la serie?
No, aunque luego me di cuenta y sí que tenemos un aire (risas). Viene de cuando hacía skate de crío, es un truco. Me lo puse de broma en Instagram y la gente me empezó a llamar así. Cuando empecé a hacer música, pensé, ¿para qué me voy a poner otro?
Acabas de lanzar Verano azul, tu nuevo EP. ¿Cómo te sientes?
Hacía tiempo que no tenía tantas ganas de sacar algo. La gente estaba con muchas ganas y yo estoy supercontento con lo que he hecho.
Frigolapi fue tu primer EP veraniego. ¿Qué crees que ha cambiado desde entonces?
Pues muchísimas cosas. Lo que más ha cambiado es que cuando hice ese EP, estaba acostumbrado a grabar música todos los días. Me grababa yo solo en casa, me mezclaba las canciones, etc.
¿Desde Zaragoza?
Sí. Todo lo hacía en mi casa, con el micro y el ordenador. Ahora hay cosas que aún grabo en casa, pero por lo general voy al estudio. También me lo tomo con más calma. Antes hacía música todo el rato, no hacía otra cosa en mi vida. Estaba superactivo. Y ahora hay más tranquilidad.
¿En ese momento estabas estresado?
No, no diría estresado. Estaba estudiando producción audiovisual, pero tenía tiempo y estaba superilusionado con la música. Ahora también, pero de otra forma.
Cuando estabas estudiando y produciendo por tu cuenta, ¿qué pensabas hacer si lo de la música no funcionaba?
El mundo audiovisual siempre me ha gustado mucho. De hecho, empecé a hacer música porque hacía vídeos para colegas míos que hacían música. Aunque ahora vivo de esto, todavía curro de vez en cuando con un colega en una productora. Ojalá pueda vivir de la música toda la vida, pero si no, ese es mi plan B.
Han pasado tres años desde Frigolapi. ¿Cómo ves la escena ahora? ¿Sientes que ha cambiado mucho desde entonces?
Es cierto que en ese momento hubo un boom bastante fuerte de lo que la gente llamaba hyperpop.
Sí, el controvertido hyperpop (risas).
Exacto (risas). Ahora noto que lo que antes era el underground se ha hecho mucho más grande. Casos como el de Mvrk, que viene del underground pero ahora es mainstream, antes era más difícil de imaginar. Ha crecido todo mucho, y ahora hay muchísima más gente. En ese momento yo podía colaborar con cinco o seis artistas, y ahora hay una variedad brutal.

Imagino que eso lo hace más interesante, ¿no?
Sí, claro. También noto que dentro del mundillo, aunque siempre hay piques, es todo un poco más sano. La gente se ha dado cuenta de que si todos hacemos crecer esto, hay más pastel para repartir. Hay más estilos distintos también y se mezclan entre sí. Por ejemplo, hace un par de años no me habría imaginado haciendo un tema con alguien como L0rna. Hubiera sido otra movida totalmente distinta. Y ahora esas colaboraciones pasan.
Ayer estuve cotilleando el chat privado de Instagram con tus fans (risas). Decías que Verano azul es tu mejor EP de verano. ¿Por qué?
Creo que tiene que ver con lo que te contaba. Antes hacía las cosas más rápido, sin pensar demasiado, y con este EP me he tomado el tiempo de pensarlo bien. Las ideas son mejores, la producción y la mezcla también están más cuidadas. Además, me encantan las colaboraciones que hemos metido. Nos ha quedado cuadrado.
En 2024 no sacaste ningún EP de verano, ¿no?
El año pasado estuve más rayado con la música, pensando en qué hacer, porque notaba que la gente se estaba quemando de ciertos sonidos. Estaba un poco en esa de, ¿y ahora qué hago? Pero con este EP recuperé las ganas. No es que estuviera mal, yo estaba feliz, pero quizá centrado en otras cosas de mi vida. No estaba en ese momento creativo, y el público también estaba raro, no venía nada nuevo.
Un momento de transición, ¿no?
Sí, fue un mix. Luego llegó Disobey y toda esa gente y volvió a activarse todo.
¿Y de dónde salió la idea del universo de Verano azul? Tiene un punto nostálgico, como de verano de los 80.
La idea viene porque el año pasado no saqué ningún EP de verano, y había gente que aún lo esperaba a finales pensando que seguro que sacaba algo (risas). Pero no me vi en ese momento. Y este año tenía ganas. Estoy preparando un disco más grande y profesional, pero no me daba tiempo a sacarlo ahora. Además, al ser verano he podido meter ritmos más latinos, más reggaetón, y eso me ha servido para desconectar del sonido anterior y poder volver luego con otra energía.
“Noto que dentro del mundillo, aunque siempre hay piques, es todo un poco más sano. La gente se ha dado cuenta de que si todos hacemos crecer esto, hay más pastel para repartir.”
Háblame del próximo álbum.
Aún estamos cogiendo ideas, escuchando música, pero queremos que sea un disco que marque un antes y un después. Algo que me saque de los sonidos que he hecho antes. También estamos pensando en featuring raros, como meter a un rockero pero también a TKMami, algo con contrastes chulos. Y a partir de ese trabajo, hacer una gira gorda.
Volviendo a Verano azul, por supuesto tengo que preguntarte por los featurings. Tienes tres, que es bastante para el número de canciones que hay. ¿Cómo se dieron?
Empezó con Balaclavx, porque quería meter a alguien que fuera más del sonido reggaetón, algo más mainstream para los chavales que no estén tan metidos en lo urbano. Habíamos hablado alguna vez de hacer algo, le mandé un tema, le gustó y se lo grabó ese mismo día.
Luego empecé a fijarme en el chaval de ladiferencia2006, que por entonces tenía solo dos mil oyentes. Además, el que le lleva es Karpa, que es colega mío. Pasaron unas semanas y ya tenía cinco oyentes, pero más que eso, me molaba su música. Teníamos un fin de semana libre y les dije que se viniesen a mi casa. Pusimos dos colchones en el salón, salimos de fiesta todo el fin de semana, y un rato fuimos al estudio e hicimos el tema. Muy bien con ellos, me encantó el resultado.
Luego empecé a fijarme en el chaval de ladiferencia2006, que por entonces tenía solo dos mil oyentes. Además, el que le lleva es Karpa, que es colega mío. Pasaron unas semanas y ya tenía cinco oyentes, pero más que eso, me molaba su música. Teníamos un fin de semana libre y les dije que se viniesen a mi casa. Pusimos dos colchones en el salón, salimos de fiesta todo el fin de semana, y un rato fuimos al estudio e hicimos el tema. Muy bien con ellos, me encantó el resultado.
¿Y L0rna? Creo que es la colaboración que más me ha sorprendido.
Con L0rna todo empezó porque puse una caja de preguntas en Instagram, y alguien me dijo que tenía que colaborar con alguna chica. Pensé que nunca había hecho un tema con chicas y me apetecía un montón. Mencioné a Metrika, a Lucigarci, a Rakky Ripper y a ella. Todas fueron supermajas y me contestaron que sí.
Cuando estaba haciendo el EP pensé que L0rna pegaba muchísimo. Le mandé un tema y me dijo, está chulo pero tenemos que hacer algo más bellaquito (risas). Un fin de semana fui a Madrid y le dije que iba a estar por allí. Quedamos con Fresquito, y en una hora L0rna ya tenía su parte.
Cuando estaba haciendo el EP pensé que L0rna pegaba muchísimo. Le mandé un tema y me dijo, está chulo pero tenemos que hacer algo más bellaquito (risas). Un fin de semana fui a Madrid y le dije que iba a estar por allí. Quedamos con Fresquito, y en una hora L0rna ya tenía su parte.
¿En una hora?
Sí, sí. Nunca he visto a alguien grabar tan rápido. Se grababa una frase y si no le gustaba la repetía y pum, grabada. Yo suelo tardar un poco más en hacer mis cosas, pero ella es muy rápida, en una hora ya tenía todo hecho. Increíble.
Lanzaste Sexo a 1ra vista como adelanto, ¿por qué elegiste ese tema?
Principalmente porque era el que ya estaba listo. Los otros aún necesitaban trabajo, y como teníamos que hacer el vídeo, elegimos este. Íbamos un poco apurados de tiempo (risas). Además, al ser un tema más comercial, encajaba perfecto para un single.
Sé que es como cuando te preguntan por tu hijo favorito y es difícil elegir, pero, ¿tema favorito?
Bueno, es que tengo dilemas en mi cabeza (risas). El tema que más me gusta ahora mismo es el último, Perder el vuelo. La vibe, la letra… no sé, me mola mucho. Aunque no sé si será el que más va a funcionar, pero para mí es el favorito. Siempre pasa que el tema que más me gusta a mí no funciona tanto como los otros. Pero bueno, yo hago música porque me gusta y ya está.
Me parece muy guay que hayas lanzado CD en físico. ¿Cómo surgió esa idea?
Mi manager llevaba un año insistiendo en que hiciéramos vinilos, pero como este EP es corto, no salía rentable. Así que decidimos hacer CDs. Me apetecía mucho porque nunca lo había hecho. Al final hicimos ciento cincuenta copias y metimos un tema que no está en el EP digital, Mi última sonrisa, para que la gente que lo comprase tuviese algo más.
¿Se viene tour?
Estamos bastante parados porque hicimos una gira de doce fechas. Y dijimos, vamos a parar porque era un caos (risas). Pero sí que tengo un bolo en Madrid el 3 de octubre que queremos marcar como fin de era. Antes del disco siguiente, que supongo que saldrá entre diciembre y febrero, queremos que haya un último concierto largo, donde cante un montón de canciones que luego a lo mejor ya no canto más.
