Después del Primavera, el Fòrum se rehace más caluroso, sí, pero también más urbano y, sobre todo, más nuestro. Esta edición la atravesó una energía femenina poderosa: Emilia, La Joaqui, De La Rose, Julieta… Pero también llegaron discos recién salidos del horno, como los de Saiko, Eladio Carrión o Violeta Hodar, que se mezclaron con momentos únicos en directo, como la esperada aparición de Omar Courtz junto a Bad Gyal. Este año, con la colaboración de BERSHKA MUSIC together with DICE, nos dejaron dos días de música para sudar, bailar y acabar con resaca emocional el domingo, pero ya contando los días para la próxima edición.
Viernes, 14:00h. El sol caía sin piedad sobre el Parc del Fòrum. Un calor de esos que parece fundir hasta las ganas, salvo para los más valientes. Porque los primeros en llegar no vinieron a descansar, vinieron a bailar. Y Tay de León e Inga Khubua se encargaron de que así fuera. Con una selección infalible de reggaetón clásico, puro perreo nostálgico de la vieja escuela, encendieron la pista desde el primer momento y sacaron los primeros pasos de los que aún buscaban una sombra donde refugiarse. 
Pero esto solo era el calentamiento. Cuando La Joaqui pisó el escenario, la temperatura subió unos cuantos grados más. La reina del RKT aterrizaba por primera vez en Barcelona, y lo hizo con toda su artillería, desplegando ese equilibrio tan suyo entre lo cute y lo explosivo. San Turrona, 2 Besitos, Butakera; cayeron uno tras otro, sin dar respiro. Y cuando el público ya sudaba la gota gorda, se despidió con emoción: “Me dieron la oportunidad de salir de mi país sin cambiar ni mi manera de hablar ni de ser. Los quiero, tíos”.
Y sin apenas darnos cuenta, cambiamos de frecuencia y nos fuimos volando al escenario Estrella Damm. Tocaba irse a los cielos. Violeta llegaba con disco recién salido del horno, Overture, y lo que vivimos allí fue una primicia en toda regla: un concierto antes de arrancar oficialmente la gira. Guapísima, serena y poderosa, salió al escenario como quien ya lo ha conquistado todo. Lo que vino fue pura emoción. Desde Ay, su voz cristalina nos agarró desde el primer segundo. Aunque algún problemilla técnico quiso colarse, nada fue capaz de opacar esos cantos angelicales. Temas como Delirio o Me pelea se ganaron al público más fiel, que, obviamente, se sabía cada letra. Después de esto, ¿quién no está deseando que empiece la gira?
Tras una breve pitipausa a la sombrita, llegó el turno de The Catalan Dream. Julieta aterrizaba en Barcelona con la gira de 23, su último disco, y ese imaginario de cuento de hadas digital. En el centro del escenario, un árbol (símbolo de refugio y transformación) lo presidía todo. Entre L’amor de la meva vida, el momento más emocional, y Taxi, apareció por sorpresa Mushka. Y entonces el público estalló y, a todo pulmón, corearon Vaya liada.
Ya con el sol bajando y la brisa colándose por fin entre el público, sabíamos que lo mejor de la noche aún estaba por venir. Las energías seguían en lo más alto: tocaba recibir a Saiko. Tras varios meses alejado de los escenarios, volvía con Natsukashii Yoru bajo el brazo y una puesta en escena muy suya: una especie de chiringuito japonés entre luces cálidas y neones nostálgicos. Desfiló entre hits del pasado (Polaris en acústico, Bratz, Supernova, incluso una Sikora en versión salsa) y joyas de su nuevo álbum como Lokenecistas. Cerró con Nostalgia, la misma con la que imaginó volver a revivir esa noche: “Es lo que oiré dentro de un tiempo cuando recuerde este concierto”, dijo.
Natsukashii Yoru no terminó ahí. Saiko volvió a escena para colarse en el set de Omar Courtz y soltar juntos Lo que necesitas. Y, claro, el público se vino arriba. El boricua llegaba con Primera musa, su álbum debut: una carta abierta al deseo, al ritmo y a las mujeres que lo han inspirado. Del reggaetón al trap, pasando por el R&B, el Jersey club y hasta el house, Courtz se paseó por Bellakita, Kyoto, Sexplaylist 1 o Luces de colores (coreadísima). La promesa boricua, además, ondeó una bandera de su país: “¡Puerto Rico en la casa!”, gritó, mientras el público lo acompañaba sin soltar el ritmo. Un álbum donde cada canción rinde homenaje a sus musas.
Y para musas, la que inspira a todas. La reina de España cerró la primera jornada del Share con un show que fue pura entrega. Bad Gyal se adueñó del escenario con esa mezcla de sensualidad, energía y carisma de diva que nadie más tiene. “Barcelona, la mejor puta ciudad del mundo”, gritó, y el Fòrum estalló. El set fue una fantasía: Flow 2000, Duro de verdad, Angelito, 2AM, Zorra, Guay, Chulo… y Fiebre, por supuesto, que sigue siendo el himno que nunca falla. Hubo momentos más íntimos, como Da me, donde la vimos sobre un sofá en plan slow sex, y también invitados especiales: Omar Courtz volvió para Comernos, y juntos parecían dos adolescentes tímidos conociéndose; y Mushka, su hermana, apareció en Sexe sexy. Casi dos horas de concierto que se sintieron como un suspiro. Y, aun así, nos fuimos con la sensación de que podríamos haber bailado el doble.
El segundo round, el sábado, arrancaba con resaca emocional del viernes, pero aquí nadie venía a descansar. El calor seguía apretando y el Fòrum se iba llenando poco a poco. Fue Emilia quien marcó el gran momento del día. Llegó con su mp3 Tour ya en marcha y una puesta en escena muy cuidada, donde brillaban esos gráficos versión avatar-Bratz de sí misma: coqueta, afilada, con actitud. Fue soltando hits con precisión: Perdonarte, ¿Para Qué?, Blackout, y también subió a una fan para bailar Motinha 2.0, ya convertido en ritual en sus shows. Hubo sorpresa: presentó un tema inédito, sin nombre todavía, pero con todo lo que la define. Cerró con No_Se_Ve.mp3, y dejó el escenario con la pista más viva que nunca.
Eladio Carrión fue el encargado de cerrar la jornada. Sin escenografía aparatosa, pero con el peso de su voz y sus letras, se plantó con Don KBRN bajo el brazo y soltó esas barras con la tranquilidad de quien sabe lo que hace. Desde Thunder & Lightning hasta Kemba Walker, pasando por Vetements, 2AM o su BZRP Session, Eladio fue encadenando temas sin perder el ritmo. En Mbappé los pogos explotaron, y entre canción y canción dejó hueco para el recuerdo (“el amor que me han dado ustedes desde mis días de SoundCloud es increíble”) y para el futuro: confirmó que volverá a España muy pronto.
Entre tanto, el día también dejó otros nombres clave. Khea, FloyyMenor, Gonzy y L-Gante sumaron acento y energía latinoamericana, cada uno con su estilo. El madrileño Omar Montes y el badalonés Juan Magán (mención especial para él y sus clásicos, que siguen funcionando) completaron el cartel con solvencia. Y así cerramos el Share 2025, con el cuerpo rendido y la cabeza ya en lo que viene: ¿quién estará la próxima edición? Empiezan a sonar nombres: Duki, Disobey, Myke Towers, Lia Kali... Aún no lo sabemos. Pero ya estamos contando los días.
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