¿Qué tienen en común un grupo de ocho artistas de estilos, géneros y procedencias completamente diferentes? Precisamente eso, la diversidad. Sara Socas se une a la Albany, el Niño de Elche, Nach, Alana Sinkey, Raúl Gutiérrez ‘Rulo’, Christina Rosenvinge y Pepe Motos en Keep Walking El Camino, la serie documental de Johnnie Walker acompañada de la mano de Dani Martín.
La artista canaria nació como figura pública dentro de las batallas de gallos en 2019. Desde entonces, su carrera musical se ha ido formando entre los límites de la norma y la disparidad. Caídas, aciertos y logros la han llevado, entre otros hitos, a ser la primera mujer en la FMS España y todo un icono dentro del freestyle. Hablamos con ella sobre su paso por el primer episodio de Keep Walking El Camino y su trayectoria en la industria musical.
Protagonizas el primer capítulo de la serie-documental donde exploras, junto a Dani Martín, tu recorrido dentro de la industria de la música. ¿Cómo ha sido tu propio camino?
Mi camino ha tenido muchos baches y la mayoría diría que me los he puesto yo misma. Creo que el encontrar la confianza, la visualización de un destino, es lo que más me ha costado. Fue un camino en el que quería estar pero una vez que estuve no sabía hasta qué punto, porque no sabía todas las consecuencias que acarreaba ser un personaje público o estar en el foco de atención dentro de lo que te gusta hacer. Pero la verdad es que a día de hoy no me arrepiento de ninguno de los trayectos, desvíos y pasos que he dado.
Este proyecto se ha llevado a cabo para amplificar el mensaje social que hay tras la música y representar la diversidad de caminos a la hora de crear una carrera de éxito. ¿Crees que has seguido los caminos preestablecidos?
No, no creo que haya sido ningún camino preestablecido. A veces pensaba que ojalá lo hubiera hecho, ¿no? Ojalá no hubiera sido tan reivindicativa, tan polémica, tan sensible y mostrar esa sensibilidad tan rabiosa también en un intento de ser justiciera y mostrarme enfadada, indignada públicamente. Creo que todas esas cosas son las que han hecho que parte de la población que haya escuchado lo que hago, quitando a los que se quedan indiferentes, por supuesto, pues que haya una que se sienta muy representada y que haya otra que todo lo contrario, que estén absolutamente en contra. Entonces, no, no creo que haya seguido ningún camino preestablecido, más aun habiendo estado en batallas de gallos, que ahora puede ser algo más mainstream pero antes era algo más marginal. Y porque, bueno, muchas veces no se ve como música lo que hacemos ahí. Muchos músicos la admiran pero no nos ven como artistas.
El camino también pone el foco en la superación personal, las dificultades de la profesión o la reivindicación de minorías. Tu carrera musical ha estado marcada por un discurso de lucha feminista, ¿a qué desafíos te has enfrentado por ser una mujer dentro de la industria?
Creo que como mujer siempre te enfrentas a cosas dentro de la industria, pero siendo feminista a muchísimas más. Desde fuera la gente ve que haces cosas con marcas, que aparentemente todo va bien, que tienes un montón de seguidores; con esa parte de exposición, que la sociedad ve de forma positiva, parece que lo tienes más fácil. Y además, al ser mujer y defender un discurso feminista, muchas personas lo ven como algo populista. Pero no ven todo lo que hay detrás.
Toda esta exposición viene acompañada también de comentarios muy negativos. Además, en la propia industria existen muchas personas que no quieren mojarse con determinados temas o les incomoda que yo hable de ellos o haga ciertas cosas. La mayoría de los desafíos a los que me he tenido que enfrentar han sido polémicas, que ya se conocen, así que no voy a meterme en el tema, pero realmente creo que siendo feminista y estando en la industria musical, el mayor bache que he encontrado es conmigo misma porque han habido momentos donde yo no he sabido reaccionar bien en cuanto a la exposición.
He estado en modos de vida que no eran lo más sanos para mí, mentalmente especialmente, y creo no haber actuado como feminista quizás. Quiero decir, creo que cuando eres una figura pública y se te ve como referente en el feminismo lo primero que te duele, pero a lo que te tienes que enfrentar, es que tú también tienes cosas que cambiar. O sea, yo me he dado cuenta de que no era la novia perfecta por ser feminista, o no era la amiga perfecta por ser feminista; sino que todos tenemos nuestras contradicciones. No sé. Tú puedes ser una persona muy feminista pero por cosas del pasado, de la infancia o lo que sea, te cuesta gestionar los celos. Bueno pues si de verdad eres feminista, por mucho que te duela te pondrás a trabajarlo y lo encararás. No es que todas las mujeres o las personas feministas (o de cualquier colectivo) seamos seres de luz automáticamente. Eso es algo que tengo muy claro también. La diferencia es que nos responsabilizamos incluso de esas cosas que no nos gustan.
Te has convertido en un referente para las nuevas generaciones por la gran simbología que representas con tu recorrido en el mundo del freestyle. ¿Crees que están cambiando las dinámicas de poder dentro del mundo de la música?
Creo que sí, que están cambiando poco a poco. Me imagino que los CEOs de las grandes discográficas y, en definitiva, los puestos estratégicos de todo lo que tiene que ver con la industria (no solo musical) suelen estar rentados por hombres. Pero dentro de la propia música siento que están cambiando muchas cosas.
Uno de los últimos fenómenos musicales virales a nivel global es Young Miko, una mujer pública y abiertamente lesbiana, por ejemplo, que hace canciones con otros artistas de su género –de reggaeton y de trap– donde colabora con esos chicos y le canta a chicas, ¿no? Lo mismo que hacen ellos, y está super normalizado. Hace diez años no podía pasar de ninguna manera. Así que creo que, de distintas formas, sí que la cosa está avanzando. Quizás estaría bueno que algún día puedan existir más chicos abiertamente gays en una música, digamos, con un discurso más masculino hegemónico.
Dentro de la diversidad y la amplitud del sector musical, en la serie-documental se trata la disparidad de nociones en cuanto al éxito. ¿Qué es para ti el éxito? ¿De qué forma lo has alcanzado?
El éxito es distinto para cada artista. A día de hoy no siento que lo haya alcanzado a nivel personal o artístico. Artístico, bueno, es que primeramente es ahora que estoy empezando en la música y quiero desvincularme al máximo posible del mundo de las batallas pero sin negar mi pasado y estando agradecida de todo lo que me ha aportado a nivel de aprendizaje y de exposición. Pero ahora es cuando de verdad voy a hacer lo que yo quiero hacer y como yo lo quiero hacer. Supongo que mientras respondo esto me doy cuenta que simplemente apostar por ir por otro camino, donde no tienes garantizado que te vaya a ir bien, eso ya es un éxito, ¿no? Veremos si luego vienen los demás.
¿Cuáles crees que son los factores que compartes con los otros siete artistas que participan en la serie documental? ¿Qué tienen en común y de especial vuestras trayectorias? Por el contrario, ¿cuáles crees que son los factores que han convertido a Sara Socas en una artista única e incomparable del dentro del sector?
Creo que lo que tenemos en común es que somos muy únicos. Es lo típico que se suele decir porque, al final, obviamente, todas las personas tienen algo especial. Todos venimos de contextos socioculturales, geográficos, familiares y de salud distintos. Hay millones de cuerpos y de mentes y, por tanto, de personalidades, pero yo creo que lo que tenemos en común es que todos hemos puesto mucha pasión en lo que hacemos. Por ejemplo, Pepe defiende muchísimo el flamenco clásico, sin por ello quitar mérito a otro tipo de fusiones contemporáneas. A mí me gusta que esa sea su forma de pensar y de entender esa música y la cuide con tanto cariño. Además es profesor, así que también lo enseña con esa filosofía. Eso me gusta mucho.
Cada uno tenemos una historia muy distinta que no tiene nada que ver con las otras; no es como si hubieran cogido artistas de un mismo espacio o misma exposición o dentro del mismo género musical, sino que cada uno de nosotros hemos hecho nuestro camino a sabiendas de que no es el típico que te va a garantizar amor por todas partes. Aunque no sé si existe ese camino realmente… Pero vamos, que me parecen todos brutales. Todos tenemos en común que tenemos un mensaje, que tenemos mucho trabajo detrás y que somos personas muy conscientes de nosotros mismos y del privilegio que tenemos de trabajar de todo esto.
Salvando obviedades, ¿qué significa para ti la música? ¿Qué puedes celebrar tú con este estreno?
La música a mí me ha salvado la vida, literalmente. O sea, ha habido momentos donde he estado absolutamente destruida y salir a fluir sobre un beat, a cantar, estar con la guitarra en mi habitación o estar con una persona haciendo música es lo que me ha impulsado a seguir hacia adelante. Siempre que dudo de mi misma cuando hago música, ya sea sola o acompañada (me gusta mucho acompañada, por cierto), es un momento de subidón para mí; no sabría cómo explicarlo pero me hace sentir genial.
También escuchar música, en mi día a día, es algo que me da ganas de moverme, de activarme, de trabajar. Es algo que llevo en mí desde muy pequeña, y es que no me imagino la vida sin música. Ya sea como oyente, como compositora, como cantante, como rapera – no es algo que me pueda imaginar. ¿Y qué celebro? El camino que hice y el camino que sigo transitando, sin dudas.