No sabemos cuánto durará el anonimato de SanD, porque este joven artista mexicano trae puesta una marcha de más. Su sonido, que se mece entre el pop electrónico y el hyperpop, nos mantiene a un ritmo altísimo y nos hace imposible no mover la cabeza cuando suena algunos de sus temas. Después de estrenarse con su álbum debut, SanD’s corrupted reality (2021), y continuar sacando múltiples temas, nos prepara para su siguiente EP con el single La pista y yo, en el que nos sumerge en la ambiciosa historia de un motorista, obsesivo con la velocidad, que quiere triunfar en los circuitos.
En palabras del propio artista, su pretensión es fomentar una comunidad de creadores que se muestren solidarios a la hora de generar un proyecto. Y es que para SanD es una máxima que la creación se mejora contra más mentes intervengan alrededor de un mismo concepto. Su visión no encuentra un límite.
Para quien no conozca tu música, ¿quién es SanD? ¿Cómo definirías tu música?
Soy un artista, me encanta el arte y expresarme a través de él. En lo que más me desarrollo es en la música (componiendo, escribiendo, produciendo). Aunque también me gustan las artes plásticas y me encanta la arquitectura. Me considero multidisciplinar y estoy muy abierto a colaborar con otros creativos.
En cuanto a lo que hago no logro encasillarme, aunque siempre digo que hago pop (o pop electrónico). Si lo digo así es porque viene de popular, que es lo que escucha la gente, y yo desde luego quiero que la gente me escuche. Todo lo que hago es en mi cuarto, entonces entiendo que estaría dentro del bedroom pop.
En apenas unos pocos años tu proyección ha crecido un montón, ¿cómo es tu proceso creativo?
Nadie te enseña a hacer la música que quieres hacer. Empecé tonteando mucho con programas en el ordenador e intenté conocer mi sonido. Una vez que entendí cómo sueno, mi proceso creativo se ha centrado siempre en ponerme a jugar con los sonidos que me interesan, y una vez que encuentro algo con lo que me siento lo suficientemente cómodo, me pongo una pauta muy concreta.
Primero juego, luego me propongo hacer seis temas, y finalmente me encierro en eso y lo acabo sacando. Aunque ahora estoy poco a poco centrándome más en buscar un concepto que me interese y sirva de punto de partida, y de ahí busco un sonido más concreto que me suscite o recuerde a eso que quiero desarrollar.
Noto mucha influencia de colectivos como IDK Rusia tanto en tu estilo como, sobre todo, en los visuales. ¿Qué persigue esta estética tan vinculada con la IA y la velocidad?
Me gusta mucho lo que hacen. Pero en cuanto a música, nunca me he fijado en ellos para crear algo mío. De hecho, los conocí después de empezar yo. Lo que sí me impactó mucho y quise implementar fue su forma de hacer los visuales. Me encanta el rollo distópico que tienen y me influenció mucho. La primera vez que lo vi me impactó, me pareció muy raro y llamativo, y aunque no sabía cómo hacerlo, sabía que tenía que robarme esa movida.
¿Qué inspiración encontraste para crear La pista y yo?
La inspiración la encontré después de escuchar una canción que me encanta de richi lacueva que se llama Todos quieren dinero. Es un artista que admiro y nos llevamos muy bien. Le comenté que me gustaba mucho su tema y que lo quería samplear y me dijo, todo tuyo. Me gustaba mucho el concepto también, que es algo que he mantenido en mi canción. El darte cuenta cómo los artistas se desprenden de su arte para monetizarlo. Y yo por supuesto que quiero conseguir dinero por la música que hago, pero no sé hasta qué punto estaría dispuesto a venderme. Creo que es mejor buscar formas de ayudarnos entre nosotros como artistas que perseguir un objetivo puramente económico.
Escribiste lo siguiente sobre tu último single en Instagram: “Es el inicio de una vanguardia que intenta llevar muchas formas de arte para convivir dentro de un mismo universo conceptual”. Cuéntanos quiénes componen esta vanguardia y qué propósito buscan en la música.
Esto lo escribimos entre Santino Cortés y yo. Es un artista mexico-cubano con el que guardo una relación de amistad. Él tiene una visión muy comunitaria del arte, que es algo de lo que me he impregnado por completo. Esta canción es un buen inicio para comenzar esta vanguardia y este estilo de proceso creativo. Cogí una canción de un amigo y de ahí creé una nueva. Luego, Santino ha cogido mi canción y ha escrito un cuento que narra una historia sobre un corredor de motocicletas, algo que en principio no tenía nada que ver con lo que yo había hecho, pero ha terminado dándole forma a la canción, él encontró una forma de contar una historia.
Al final le pasamos todo esto a una amiga que se llama María y terminó haciendo los visuales y el videoclip. Esta idea de ir pasando por distintas mentes y que enriquezca un proyecto me parece genial. Somos un pequeño colectivo con una iniciativa, nos hacemos llamar 836, aunque el nombre todavía puede cambiar (risas).
Después de escuchar tu último single, se me antoja mucho un EP, ¿nos puedes adelantar si está en camino o a qué puede sonar?
Antes del EP voy a sacar otro single. Va a ser con otro amigo de los que más amo, la misma historia de siempre (risas). Se llamará Solsistir y tratará sobre vivir en el sol, la fiesta, todo lo que te puedas imaginar. Quería sacar estos singles antes del EP porque son lo que mejor reflejan la temática principal, que tratará sobre el perdón, el reconocer no únicamente que has pecado, sino que vas a pecar. El EP saldrá en diciembre porque el título es Voy a morir sin ver la nieve, por lo que me parecía perfecto sacarlo en esas fechas.
Ya que completas la función de productor, ¿cuál sería tu colaboración soñada?
De forma muy idealista te diría U2 porque ha sido algo que siempre he escuchado mucho en casa y he crecido con ellos. Me cuesta quedarme con alguien porque sueño con colaborar con todo el mundo (risas).
En tu proyecto tienen mucha importancia los visuales, hemos visto un manuscrito en un lenguaje inteligible en el perfil de Santino Cortés, ¿qué nos puedes contar de esta movida?
Es una anécdota graciosa. Él me mandó el cuento que te comentaba antes, y al igual que yo le pido que haga correcciones sobre mi música, él me pidió que le hiciese alguna corrección sobre el cuento. Entonces le mandé una reducción, porque la idea es que se pueda ir leyendo en el tiempo que dura la canción, y la metí con subtítulos en el videoclip, y no cabía entera. Entonces cogí lo más esencial, y no sé qué pasó que, al mandarle la corrección, se envió así, cosa que nos hizo mucha gracia. Entonces lo acabó subiendo a Instagram.
SanD_2.jpg
Tu contenido bebe mucho de la creación digital y la IA, ¿qué interés o qué beneficios le sacas a estas herramientas?
La IA llegó como llegan los grandes inventos, revolucionando. Es un medio y una herramienta poderosísima que está para usarse. La utilizo para llevar mi mensaje a través de los visuales porque la mayoría de las veces no tengo el dinero para materializar las ideas que tengo. La IA está ahí, pago mis licencias, y le saco provecho como la herramienta que es.
También conozco tu proyecto Vapores, ¿qué nos puedes contar sobre ellos?
Ha sido genial conocerlos y tocar con ellos. Es un grupo de post punk, que es algo que siempre he tenido como meta, el diversificar. Tienes que quedarte en los sitios donde puedes aportar más. En Vapores solo me preocupo por tocar la batería y componer. Somos cuatro y es más fácil que ellos también pongan la cara. Es más sencillo no tener que ocuparte de todo tú solo, trabajar en equipo y entregarme con la parte que me toca. Me sirve también mucho para desprenderme de buscar algo tan concreto y dejar que construyamos algo entre todos.
En Vapores tocas la batería como un diablo, ya vimos varios cortes de tus solos en el último concierto. Sin embargo, tu proyecto personal es algo más alejado del punk. ¿Cómo conviven estos dos artistas dentro de ti?
Justamente en el nuevo EP hay un tema que es más acústico y viene muy inspirado de tocar con ellos. No suena a Vapores, pero me parece un balance muy bonito entre lo que entiendo yo como música y las influencias de la gente que tengo a mi alrededor. Es lo que te decía antes, la presencia que tengo en Vapores es menos que la que tengo en SanD, y está bien así. Yo entiendo que es enriquecedor tener varias visiones, y de esta forma dar más.
El 11 de octubre te tendremos por la Sala X de Sevilla, ¿cómo te preparas para la ocasión?
Siempre que he dado conciertos con Vapores ha sido con la batería. Entonces, tenía claro que quería llevar mi proyecto personal a una sala y cantar, que es con lo que más disfruto. Llamé a un par de amigas para preparar los visuales que se van a proyectar en el concierto. Además, esta sala tiene un lugar especial en mí, tanto que le dediqué una canción (Afuera de… es una canción sobre la Sala X). Así que me preparo sabiendo que voy a disfrutar y que quiero hacer disfrutar a toda la gente que venga.
SanD_3.jpg