Una cola que cruzaba la calle y el sold out tanto en el concierto como en el merch era la bienvenida que se daba en la sala Clamores al concierto de San Tosielo, el dúo tinerfeño que confirma que los canarios están hechos de otra pasta. El show comenzó con We are all in this together de High School Musical (y sus respectivos visuales de Troy y Gabriella). La mejor bienvenida para la presentación de su álbum Siento tanto, el primero de una carrera que parece ser prometedora.
Siento tanto es un álbum que marcará el verano de muchos. Y es que, siendo la carta de presentación del dúo, han conseguido que sea un proyecto completo, tanto en las colaboraciones como en darle una identidad a su sonido, que es igual de apropiado para cantar (o chillar) Calma Ma como para ponerse a lágrima viva al prestar atención a la letra de Navaja. Bailar llorando, una experiencia 360. A la mezcla se añade la forma particular que tienen de presentar su música, y es que tienen ese humor particular irreverente, de no tomarse demasiado en serio, que les da la libertad de hacer lo que les dé la gana y cada vez más se consolida como marca de la casa. Así, han conseguido dejar a su público pendiente de lo que está por venir y a muchos deseosos de comprobar si el grupo visitará su ciudad próximamente.
Al salir al escenario, el grupo iba preguntando los nombres a la gente del público para después corearles y proceder a cantar No vuelvas. Además, a lo largo del concierto intercalaron canciones del álbum con otras de proyectos previos como su versión de Corazón partío (de su primer EP) o Wishlist. A pesar de tener letras como puñales, el grupo apostó por un ambiente alegre y disfrutón para su estreno, dejando de lado canciones más sentimentales como Siento tanto a la que, todo sea dicho, el directo no le sentaría nada mal.
Además, trajeron como compañía a artistas como Choclock o Toldos Verdes, con los que han sacado su último single, y a One Path, haciéndoles de DJ. Aún con todo, se echaron en falta las caras de Abhir Hathi o Cruz Cafuné sobre el escenario, aunque a este último por suerte vino a sustituirle Áncor. ¿Quién? Pues un chaval de primera fila al que sacaron para cantar toy joya y que no dejó ni las migas al devorar el escenario.
También hacían cánticos, muchos y a lo que fuera, como al arroz integral, mismamente. El concierto, como era de esperar, estuvo lleno de pogos (aunque eran de los que la gente va con los codos guardados) y a los que incluso San Tosielo se unían para cantar con ellos. Los canarios dejaron claro que traen una energía en directo que es contagiosa entre el público. No solo por lo bailable de su música, sino también por el sentido del humor con el que lo viven. Son uno más en su propio concierto, y es por ello que aquellos que asistieron aquel 22 de junio lo recuerdan como una fiesta entre colegas (aunque no soy objetiva porque, efectivamente, fui con mis colegas).
Lo que en Madrid ha sido el pistoletazo de salida para los conciertos de verano es el comienzo de una gira recién confirmada en su Instagram, con parada obligatoria en las islas pero también en Valencia, Murcia, Vigo o Barcelona.