Tras explorar su faceta más pop en Casanova, Recycled J nos presenta un proyecto ambicioso, arriesgado y meticulosamente elaborado. En este doble álbum conceptual de treinta canciones, el artista se desnuda por completo, reflejando su evolución creativa y personal. El éxito se forja con sangre y sudor, y San Jorge es el reflejo de esa dualidad: las luces que lo impulsan y las sombras que lo persiguen. Jorge se entrega como nunca antes, con una honestidad arrolladora, prometiendo el disco más trascendental de su carrera.
San Jorge es un viaje a través de los laberintos mentales del artista, un confesionario donde sus emociones se transforman en música. Un proyecto conceptual y auténtico. Este 23 de enero pudimos escucharlo en primicia en el Autocine de Madrid, donde Recycled J dejó clara su intención: “Casanova era la rosa de San Jorge”. Y es que este álbum no nace de la nada. Es un trabajo cocinado a fuego lento durante años, incluso antes de Casanova, hasta convertirse en un doble LP que encapsula la dualidad que ha marcado su trayectoria.
Hace un año, Preludio nos ofreció el primer esbozo de lo que estaba por venir. No fue un simple adelanto, sino la puerta de entrada a un universo en construcción. Recy nos susurró: trust the process… Su título, inspirado en el barroco, sugería una introducción breve pero cargada de intención, un eco sutil que anticipaba la tormenta. Ahora, esas primeras notas hallan su lugar definitivo dentro de San Jorge, un álbum que juega con los contrastes sin perder la esencia que lo conecta con su predecesor.
Un disco conceptual: la simbología de San Jorge y su dualidad temporal
Para Recycled J, este disco es el reverso de Casanova, la otra cara de la moneda, un yin y yang expresado en colores, símbolos y códigos visuales. Los emblemas del caballo y la espada, que ya cabalgaban en Casanova, regresan con un aura más sombría. En este nuevo capítulo, el artista se funde con la leyenda de San Jorge, el mártir que derrotó al dragón, y construye su propia épica: un relato donde lo medieval y lo futurista colisionan. De este modo, Recycled J da forma a un sonido y una estética que desafían cualquier línea temporal.
"Prefiero ser cabeza de ratón a ser la cola de otro león" puede ser una de las frases más icónicas del disco. En una industria donde muchos buscan colarse en la manada, él elige trazar su propio camino, aunque sea desde una escala más modesta. A Jorge no le interesa ser una pieza más en el tablero de otro, sino el dueño absoluto de su juego. Se siente como un "ratón de ciudad" a pesar de ser gato madrileño. Astuto, veloz y acostumbrado a moverse entre las sombras, esta metáfora refleja su independencia en la industria. No necesita ser un depredador gigante para hacerse notar y triunfar como artista.
La gran ciudad y el barrio: “soy de Madrid de la madre que me parió”
Si algo deja claro Recycled J es su arraigo absoluto a la capi; “más chulo que un ocho y más vidas que un gato”. Su identidad está forjada en los barrios de Madrid, en sus calles y en su gente. En Kilometrocero, el artista rinde homenaje a sus inicios en el rap y al lugar que lo vio crecer.
Desde el primer segundo, el tema respira madrileñismo puro: arranca con un chotis, el sonido tradicional de San Isidro, y a lo largo de la canción va soltando referencias icónicas a la ciudad. Usera, Carabanchel, el reloj de Sol, La Almudena, la M-30, el parking de Fabrik… cada mención es un guiño a su historia y a la de muchos otros que comparten su camino. Las frases que dispara en este tema son pura declaración de principios: "Kilómetro cero, cero negativo son". Su ADN madrileño es innegociable. Es por eso que, como él bien dice, “gasta ese drip de kinki de Nacha Pop”.
Versatilidad y compañerismo en estado puro
Una de las cosas más impactantes en este disco es la avalancha de colaboraciones. Nunca habíamos visto a Recycled J compartir tanto el micrófono: diecisiete featurings con nombres como Mrvk, Aleesha, Cruz Cafuné, Soge, West Dubai, Barry B, Khea, Ébano, o Hoke, entre otros. Y no es solo cantidad, es calidad. Cada colaboración es un nuevo terreno de juego y experimentación. Como bien dice en Jealousy junto a Juicy Bae: “dando clases de versatilidad”.
Se adapta con maestría a estilos de lo más dispares: del sonido crudo y callejero de El Bugg, al rap limpio y preciso de Pekeño y Ergo, pasando por las melodías envolventes de Juicy Bae y Maikel de la Calle. Su voz encaja con cada invitado pero mantiene su esencia intacta. Además, nos impresiona con géneros en los que nunca le hubiéramos imaginado, como el drill. Su capacidad para moverse entre estilos mantiene fresco su sonido a lo largo de treinta temas sin caer en la repetición. Recycled J no solo colabora, sino que se reinventa en cada track.
¿Es San Jorge una despedida?
Autenticidad, innovación, compañerismo y equilibrio. Cuatro pilares que sostienen este álbum y lo convierten en una obra que trasciende la música. Más que un disco, San Jorge es un viaje por la trayectoria de Recycled J, desde lo underground hasta la cima. Su historia, su memoria, su legado. “Siempre he sido amor, religión, Recycled”. Y en este disco nos regala versos que duelen y sanan a la vez.
Cada tema es una pieza de su vida, con guiños ocultos a su pasado que solo los fans más fieles sabrán descifrar. Pero este no es solo un álbum de referencias. Es una confesión sin filtros. Habla de su familia, y expone sus voces, cuenta cómo llegó al mundo como un milagro para su madre, Conchi. Nos describe su origen de clase trabajadora. Y cuando creíamos que lo habíamos escuchado todo, suelta la bomba en Sincero: “Después de San Jorge me retiro”. ¿Será este el cierre de su carrera? ¿Es un adiós definitivo o solo el final de un ciclo?
Sea cual sea la respuesta, Recycled J no solo ha lanzado un álbum, ha firmado su obra maestra. Con San Jorge, redefine su narrativa artística, explorando tanto sombras como destellos, fusionando raíces y vanguardia. Este proyecto demuestra una madurez musical que lo establece como una de las figuras más innovadoras y complejas de la música urbana actual. Lo que sí es seguro es que, si esto es un adiós, Recycled J se despide con la cabeza bien alta.
Track favorito: Storytell’em