Desde la niña que traducía openings de anime hasta la artista que inspira a una nueva generación, Rakky Ripper ha atravesado muchas etapas, algunas luminosas y otras marcadas por el dolor y las dudas. Pero en este momento de su carrera, más que mirar hacia afuera, ha elegido mirar hacia adentro. Su tercer disco Para que salga el sol es un proceso terapéutico convertido en arte, una especie de mapa emocional que traza el camino desde la oscuridad hacia la luz.
Charlamos con ella sobre crecer, sanar, sobrevivir en una industria que muchas veces premia lo superficial, y sobre lo que significa realmente dejar un legado. Esta es una entrevista sobre reencontrarse, soltar, abrazarse y seguir creando.
¡Hola Rakky! Encantada de tenerte por aquí, bienvenida. Para nuestros lectores que no te conozcan, ¿puedes hacer una pequeña presentación sobre ti?
¡Encantada igualmente! Bueno, soy una muchacha que hace pop electrónico muy divertido y personal desde hace ya algunos años. Antes tenía el pelo rosa y coletas, para los que no me ubiquen.
Afincada en Madrid desde hace 3 años, pero naciste y te criaste en Granada. ¿Cómo recuerdas tu relación con la música cuando eras pequeña? ¿Hay algún momento, disco o artista que te marcara especialmente en tu infancia o adolescencia?
Recuerdo haber sido siempre una niña muy artística, en el sentido de que me regalaban juguetes y pasaba de ellos pero utilizaba las cajas para hacer manualidades o pintar. Escribía, recitaba, actuaba… La música era una de las cosas que más me gustaban y siempre estaba inventándome cancioncitas o traduciendo openings de anime del japonés al castellano. Momentos de mi infancia hay muchos. Mi primer recuerdo de estar cantando, creo que era como con 5 años, en el salón de mi casa, la de ¿Y si fuera ella? de Alejandro Sanz.
¿Qué tal fueron esos primeros años en la capital?
Viví en 2017/2018 en Madrid y luego volví en 2022 y llevo aquí desde entonces. Es verdad que la escena underground ha cambiado mucho entre lo que era 2017 y lo que ha venido siendo post pandemia. La escena musical es mucho más agradable ahora en mi opinión; antes era como más varonil todo, pero ahora es como que hay espacio para todxs. Aunque quizás también tiene que ver con mi experiencia o la edad con que viví en cada etapa.
Eres considerada una de las figuras pioneras del hyperpop en español. Me gustaría saber cómo percibes la evolución del género en estos últimos años, ¿qué aspectos piensas que han cambiado?
Yo ya he dicho mucho que prefiero decir que hago pop electrónico. El término hyperpop lo conocí por primera vez de boca de gente como Danny L Harle o A.g. Cook y para mi tenía más que ver con todo ese sonido de ellos, de SOPHIE y de la PC Music. Con los años se ha hecho enorme y ha acogido a otros estilos y personas que vienen de otras escenas como el trap, glitchcore y tal, sobre todo a partir de los 100Gecs. Como todos los géneros grandes creo que ha acabado siendo un poco cajón desastre. En general en lo que más ha cambiado es en que antes era una cosa muy de nicho y muy queer y ahora es un género bastante más “hombrehetero” (risas).
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Y ahora, como mencionas, que el género ha ganado una mayor visibilidad, ¿qué sitio crees que ocupas en la escena a día de hoy? 
Pienso que mi sitio aún es muy de nicho. Soy una tía con sus oscilaciones de autoestima y sinceramente me cuesta mucho ser realista con mi posición en la escena. Sí que soy consciente, porque me lo han dicho algunos artistas a los que he inspirado, de que he influido en la música de este país. También ha habido cosas de las que te enteras y no sabes si sentirte halagada o hacer un expose. Es una de las cosas de las que hablo en el segundo tema de mi nuevo disco. Que un artista indie se inspire en ti es precioso, pero que una major os ponga a ti y a 3 artistas más con pocos seguidores en un moodboard para generar el álbum de un artista grande ya no mola tanto. Aún así, yo siempre digo que no he inventado nada, al final mi sonido es una cosa entre la versión española de algo que ya se hacía fuera y mi toque personal con refes que vienen del rock, la electrónica o las divas pop del 2000.
Acabas de publicar tu tercer álbum Para que salga el Sol, un título precioso y muy simbólico. ¿Qué significados personales encierra para ti esta frase?
Para mi este álbum es el resultado de mi proceso terapéutico. Estuve en un lugar muy oscuro durante 2023 y hacer este disco me devolvió a la luz. Yo siempre he tenido mucha conexión con el Sol y mucha mutabilidad según el clima. Para mi, Sol = felicidad, así que hice esto Para que salga el Sol, es decir, para salir de la depresión.
Abres el disco con Las cosas de antes, una canción con la que querías volver a tu esencia, al pasado “para encontrarte a ti misma”. ¿A qué parte de tu vida estás regresando con este disco?
Regreso a lo que me hacía ilusionarme por la música. Al sonido con el que empecé y a lo que me hacía escribir sin pretensiones. Durante mi depresión, tuve muchas dudas acerca de mi futuro y mi posición en la música. Como artista independiente he pasado muchos baches y mucha gente me la ha liado bien. Acabé tan quemada que realmente se me olvidaba el “por qué hacía música”. Mucho síndrome del impostor y pensar “nunca voy a ser suficiente, ¿para que seguir intentándolo?”. Este tema justo fue el primero que hice y fue en un día muy soleado. Es la canción que me sacó de todo el bloqueo creativo. A partir de ahí salió todo el disco super rápido.
Ese deseo de reconectar con lo que te hacía feliz… ¿Qué cosas has redescubierto de ti misma al volver al origen?
Pues que realmente no habría llegado tan lejos si verdaderamente no quisiera esto o no fuera lo mío.
“Este álbum es el resultado de mi proceso terapéutico. Estuve en un lugar muy oscuro durante 2023 y hacer este disco me devolvió a la luz.”
En Creadora haces una crítica muy directa a la superficialidad del entorno artístico y mediático. Me gustaría detenernos en este tema, ¿crees que la industria, tal y como está montada, favorece más a quienes se adaptan al juego mediático que a quienes apuestan por la honestidad artística?
Sí y no. Hay gente que es muy honesta y vanguardista a la que les va increíblemente bien y acaban haciendo que el mainstream les acoja como son el ejemplo de Rosalía, Ralphie o Judeline. Sin embargo es cierto que el 95% de la industria de este país está cimentada sobre el juego de las discográficas, las listas de éxitos y las radios. Esto hace que al final se suela apostar siempre por fórmulas que “ya funcionan”. Por las raras solo apuestan cuando les empieza a ir bien por cuenta propia.
En este proyecto también incluyes audios de tu infancia que funcionan como interludios: Raquel 04 y Raquel 08. ¿Qué sentiste al rescatar esas grabaciones tan puras y por qué era importante incluirlas?
La primera es un cuento y la segunda una canción original. En ambas tengo entre 6 y 8 años. Son importantes porque muestran la creatividad deshinibida de un niño. Y en mi caso precisamente, justo son los años previos al bullying, cuando aún no había sufrido el juicio de nadie. Es algo que la mayoría de la gente creativa pierde con los años, incluído los artistas consagrados. Para mi, sirve como un recordatorio de que la creación y la música siempre han sido mis compañeras, mis hobbies y mis pasiones más profundas.
¿Dónde acude aquella Raquel cuando el foco se apaga y el entorno desaparece?
Hace años acudía a conductas más autodestructivas, pero ahora acudo a este disco y a la Raquel pequeñita. Durante todo este año de sanación y creación me he puesto muchas veces los videos de cuando era chica y he descubierto que me ayuda mucho a reconectar con mi yo real y a dejar a un lado Rakky Ripper por unas horas para que el proyecto respire.
En Legacy reflexionas sobre lo que dejas como artista. “Aún no tienes familia propia o hijos, por lo que de momento es tu trabajo y tus creaciones lo que van a perdurar en el tiempo”, mencionas. ¿Sientes que estás construyendo el legado que querías? ¿Qué te gustaría que la gente recordara de ti?
Siempre he dicho que me gustaría que se me recordara como una buena amiga/hija que además fue buena artista. Estoy muy orgullosa de lo que estoy creando y de toda la gente involucrada en mis proyectos, por lo que también lo veo como un legado colectivo, en el que formamos parte todxs, hasta mis fans.
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En un mundo donde muchas veces se nos exige estar “bien” para ser aceptadas, Canela es un tema lleno de brillo, sensualidad y vitalidad que celebra el regreso al cuerpo, al amor propio y al placer de estar bien después de tocar fondo. ¿Qué significa para ti esta canción y qué dirías a aquella Raquel de hace unos años?
Como el disco sigue el orden de todo el proceso terapéutico que he llevado, esta canción está ya al final del disco casi porque habla de volver a conectar con mi propia sexualidad y con una parte más juvenil de mi. La confianza o el sentirse sexy suele ser lo último que recuperas cuando sales de un bache y yo justo me encontraba así cuando la escribí. Aún sigo en esa etapa de amarme cada día más.
¿Qué fue lo que más te ayudó a salir de esa oscuridad?
Principalmente limpiar mucho mi entorno de cosas, personas y ambientes que no me hacían bien, seguidamente analizar mis propios comportamientos tóxicos y cambiarlos y finalmente perdonar y perdonarme. Sobre todo y lo más importante, siempre decir lo que pienso a la cara. Todo esto por supuesto apoyada en mi red familiar y de amigos más cercana, la cual es super pequeña pero muy fuerte.
El disco cierra con Nuevo significado, una canción madura y llena de aprendizaje. Si echamos la vista atrás, ¿sientes que te has reconciliado con todas tus versiones anteriores al trabajar en este álbum?
Me he reconciliado con la niña, la adolescente y la joven de veintipocos. Ya no las culpo ni las juzgo a ellas. Sin embargo sigo trabajando en sanar esas cosas que le pasaron a la niña en el colegio o a la de 22 en Madrid. Los eventos traumáticos son lo más difícil de dejar atrás, pero lo sigo intentando.
¿Qué te gustaría que los oyentes se llevaran después del viaje Para que salga el Sol?
El aprendizaje más base que puedes sacar de este disco es la esperanza. Puedes estar al borde de dejarlo mil veces y en la oscuridad más absoluta, que siempre va a volver el Sol a tu vida. Las nubes no duran para siempre, aunque a veces parezca (como este año) que nunca va a parar de llover.
¡Rakky! No puedo despedirme de ti sin preguntarte dónde podremos verte próximamente.
Estaré dando vueltas por España y puede que hasta fuera. Tengo muchas ganas de ofrecer un show nuevo y cantar las canciones nuevas. No puedo esperar a contaros.
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