Cuando querer algo y hacer todo lo posible para conseguirlo van de la mano, nacen historias como la suya. Permitiéndonos hacerla también nuestra en estas páginas, hablamos de eso que pasa entre el esfuerzo y los resultados, del éxito merecido y de cómo sobrevivir a una industria que mira de reojo a quienes llegan enseñando los colmillos. Bien lo sabe ella.
Entrevista extraída de ACERO vol. 5, publicada en julio de 2023. Hazte con tu copia aquí.
Zuleima, según el registro y su DNI, o Zule, para los más cercanos, sabía que la hostelería no era lo suyo y que su cuenta pendiente quedaba lejos del bar. Entre barras de Foyone y freestyles, el futuro de una de las raperas españolas más codiciadas de la escena iba cogiendo color. La primera vez que escuchó Mami, un tema que sonaba ya más a realidad que a sueño, lo vio claro. O no tanto. Quizás nunca nadie se espera que casi de la noche a la mañana su nombre aparezca en las playlists de media España. Y quizás fuese Juacko, su productor desde entonces y hasta ahora, el culpable de todo eso al animarla a dar el primer paso. En cualquier caso, gracias a los dos. ¿La pandemia nos trajo muchas cosas malas? Sí, pero también nos la trajo a ella. Y así, con una camiseta de rugby y controlando el manillar de una bicicleta rollo lowrider, se colaba en la industria con Mami, el primer tema con el que acarició la suavidad del éxito y puso su nombre en boca de todos. Zuleima, Zule o aquella tipa que soñaba con pegar un palo y subirse a un escenario era ya Ptazeta. Y que su nombre artístico venga de esos polvitos de caramelo explosivos no es precisamente casualidad.
PTAZETA_aceromagazine_4.jpg
Camiseta de manga larga REPARTO STUDIO, camiseta DIESEL, pantalón PULL&BEAR, botas DR MARTENS, gafas LOI AGENCY.
No has cumplido aún ni los veinticinco y ya tienes más de medio millón de seguidores en Instagram y una cartera de oyentes mensuales en Spotify que se cuenta por millones. Enhorabuena, antes que nada.
(Risas) ¡Gracias, amiga!
¿En qué momento vital dirías que estás ahora mismo?
Diría que estoy en un momento muy guay, haciendo cambios chulos con los que estoy muy a gusto y que me están molando bastan- te. Estamos en época de transición.
¿Se viene etapa nueva?
Se vienen sorpresitas muy monas. ¡Creo que dentro de poco podré echarlas fuera!
Retrocediendo unos años atrás en el tiempo, la pandemia tuvo muchas cosas malas, pero otras muy buenas. Sin ir más lejos, tú te diste a conocer por aquel entonces con Mami, tu primer tema. Fue llegar y besar el santo.
Total. Fue llegar y besar el santo, gracias a Dios.
¿Cómo recuerdas ahora esos tiempos?
Increíble, muy guay. Yo quería dejar de trabajar en el bar y la hostelería para dedicarme a la música y al final conseguí un equipo que confió en mí y se me dio. Cada vez fue a más y, bueno, aquí estoy.
Tengo entendido que fue Juacko, tu productor desde entonces y hasta ahora, quien te animó a dar el paso poniéndote la base de Mami, sobre la que tú ya acoplaste la letra. Cuando la escuchaste arreglada, ¿qué expectativas tenías? ¿Viste venir el éxito o no te lo esperabas?
La verdad es que no, o no tanto como fue, claro. En aquel momento me emocioné muchísimo. La canción tenía una calidad de sonido que perfectamente podía ser la de un tema de YouTube de cualquier otro artista y me moló, obviamente. Trabajar con Juacko dio ese rap en boombap, en jazz, que es Mami y hoy lo recuerdo con muchísimo cariño por como se dio y por todo lo que trajo luego.
Siempre es bueno rodearse de gente que entienda lo que quieres hacer y transmitir con tu música.
Exacto.
Imagino que de ahí el hecho de que The party en la casa, tu primer álbum, esté enteramente producido por Juacko y sea en solitario. ¿Lo hiciste así para sacar tu lado más personal, creativamente hablando?
Bueno, en realidad, la cosa fue que teníamos muchos temas y dijimos, ¿cómo no se los vamos a enseñar a la gente? Además, ahí se terminó una etapa y básicamente quisimos meter todas las canciones en un álbum para que no se quedasen guardadas y pudiese escucharlas la gente también. Al final salió chachi (risas).
El disco, por cierto, cumplió el pasado febrero un añito.
Un añito, sí.
Ahora que lo ves con perspectiva, ¿cambiarías, quitarías o añadirías algo?
Obvio que cambiaría muchas cosas, por supuesto, pero eso es bueno; ahora tengo un concepto diferente en la cabeza. De hecho, quiero volver al trap. Aviso que lo próximo que viene es duro.
Corren tiempos de colaboraciones y después del disco aprovechaste para sacar alguna que otra con Aitana y Emilia, L-Gante, Lola Índigo o Lit Killah, con quien has firmado Sin respuesta, tu último tema. Pensando en grande, ¿con qué otros artistas te gustaría trabajar?
Buah, me encantaría hacer algo con Wiz Khalifa o Snoop Dogg, pensando en grande, como dices (risas).
Mataría por cualquiera de esas dos colaboraciones (risas). ¿Y de habla hispana?
Karol G me mola bastante, la verdad, y no lo considero un sueño, lo considero más bien una ambición. ¡Yo lo veo viable!
Hablando de colaboraciones, Lola Índigo y tú habéis dado un pelotazo con Tiki tiki. Por tener, tiene hasta un trend propio en TikTok. No eres muy de redes sociales, por suerte para ti o por desgracia para tu fandom, pero está claro que son un buen portal para viralizar temas. ¿Qué opinas de estas pla- taformas como vía de comercialización?
Opino que la música es como el arte: lo que para unos está bien, para otros está mal y al revés; y, por esa regla de tres, al final nada está bien y nada está mal. Las redes sociales, obviamente, son puertas y ventanas hacia muchos sitios y precisamente TikTok es un árbol que echa muchas raíces y va superrápido. Si quieres y puedes explotar las redes, adelante, están ahí para eso. Yo estoy aún acostumbrándome (risas).
PTAZETA_aceromagazine_1.jpg
Chaqueta y pantalón REPARTO STUDIO, cinturón DIESEL, botas DR. MARTENS, gafas LOI AGENCY, top de la artista.
Te has hecho hueco en Argentina y has colaborado con varias estrellas del país, como Bizarrap, que contó contigo para la BZRP Music Sessions #45. ¿Qué opinas del fenómeno Biza?
Agradezco mucho esa canción. Biza y yo hablamos un año y medio antes de que saliera mi sesión, me dijo ¡wow, pero tía vente a Argentina y grabamos!, y yo aún no tenía ni una canción en YouTube (risas). En su momento pensé que ojalá algún día se diera y, bueno, pasó un año y medio y no se olvidó, ahí está. Biza es un tipo increíble, tiene muchísimo talento.
Contactó contigo antes de sacar Mami, entonces.
Eso es. Se me hizo viral un rapeo en Twitter y, gracias a la gente que lo nombró y lo mencionó, llegó a Biza; de ahí que me ha- blase. Luego ya saqué Mami y todo eso.
Sin duda, trabajar con Bizarrap ha sido un punto de inflexión importante; tu sesión tuvo mucho éxito. Personalmente, te confieso que es de mis favoritas.
Thank you, amiga (risas).
Otros artistas también han triunfado con su sesión, como Quevedo, paisano tuyo. Los canarios lleváis haciendo las cosas bien desde hace ya tiempo, pero no ha sido hasta hace poco que os habéis colado en el mainstream.
¿Qué opinas de todo esto?
¡Hombre!, creo que es lo mejor para todo el mundo. Me alegro y estoy muy orgullosa ya no por nosotros, sino por las islas, nuestro mercado y nuestra gente. Lo que está pa- sando es increíble y todo el mundo estará de acuerdo en que vamos a por todas.
Por mencionar a algunos, Cruz Cafuné ha sacado un dis- cazo, Quevedo ha subido como la espuma en muy poco tiempo, Abhir Hathi está haciendo cosas muy chulas... ¿Dirías que la escena canaria está en su época dorada?
¡Claro!, ahora estamos explosivos. Y vamos a seguir así de explosivos, ¿eh?
Habrás escuchado Me muevo con Dios (MMCD), el disco nuevo de Cruzzi, ¿no?
Ay, no... (confiesa, consciente de la gravedad de sus palabras).
¿Cómo que no? (Risas).
No, salió y yo estaba superliada... No me paré a escucharlo, no te voy a ser hipócrita porque sería como fallarme a mí misma. Per- dóname (risas).
Yo que quería saber cuál era tu favorita...
De todas formas, sé que está bueno; me lo han dicho un par de veces.
Pasando por alto que aún no hayas escuchado MMCD y moviéndonos un poquito en el mapa hasta llegar a Málaga, también tierra de artistas, conoces a Foyone, con quien has colaborado en varias ocasiones. De hecho, apareces en su #RapSinCorte número cincuenta junto a una tira de artistas como Sofía Gabanna, Recycled J o Fernandocosta, entre otros muchos. ¿Qué supuso para ti participar en este proyecto?
Lo más grande (orgullosa). Ese logro lo tengo muy, muy arriba. Foyone es mi padre y a los raperos los aprecio de una manera especial.
No sé yo si a Foyone le hará mucha gracia que digas que es tu padre, por eso de la edad (risas).
(Risas) Sí, sí, él sabe en qué sentido lo digo.
En este tema explotas tu espíritu rapero. Dices que para ti el rap lo es todo y que, antes de hacer trap, reggaetón o cualquier otra cosa, haces rap. ¿Con qué referentes has crecido?
La verdad es que cuando era chica escuchaba mucho a Lil Wayne, Wiz Khalifa, Nicki Minaj..., pero también algo de rap en español. Con 15, cuando mis amigos ya se metieron full en las batallas de gallos, empecé a escuchar a Foyone y otros artistas del panorama. Foyone fue el primero que al escucharlo dije ¡wow! me mola el trap y el rap y quiero dedicarme a esto y quedarme aquí. Y aquí me quedé (risas).
Por cómo hablas de él y lo que veo que ha supuesto para ti, trabajar con Foyone ha tenido que ser un todo un sueño hecho realidad.
Sí, sí, era un logro que tenía que desbloquear, sin duda.
Logro desbloqueado, entonces.
¡De una! (Risas).
PTAZETA_aceromagazine_3.jpg
Camiseta DIESEL, chaleco y pantalón PULL&BEAR, zapatillas de la artista.
Desviándonos de la música, pero no mucho, tengo entendido que esa serpiente que llevas tatuada en la frente fue tu forma de decir que habías llegado a la industria para quedarte porque no pensabas volver atrás. ¿Algo más que añadir al simbolismo o eres de las que prefiere no hablar mucho del significado de sus tatuajes?
Digamos que se trata de un proyecto que todavía no está terminado.
Leí por ahí algo sobre Medusa...
Exacto. Animo a la gente a que esté pendiente, que un día yo estaré terminada y se entenderá todo (risas).
Leyendo tu bio de Instagram, me ha llamado la atención la frase que encabeza tu perfil: “Dicen que tengo el ego en las nubes”. ¿Lo confirmas?
Sí, sí... (no se anda con rodeos) A mí me mola que todo el mundo tenga el ego en las nubes. Obviamente, tiene que ser un ego sano y respetuoso; yo no voy ni pisando a nadie ni nada, ¿entiendes? Siempre digo que hay que pensar en ser el mejor del mundo, no mejor que nadie. Y ya, listo. La autoexigencia es buena.
En el mundo de la música, sobre todo en el del rap, para triunfar hay que tener ego. O eso parece. ¿Crees que es importante creérselo para llegar lejos?
¡Por supuesto! Es lo más importante. Al final, esoesloqueatraealagenteyloquehace que te vean de la manera que quieres, que te miren y digan ¡ños! esta tía está centrada en cantar, se lo está tomando enserio y va a llegar.
Imagino que eres consciente de tu repercusión social como artista; te escucha mucha gente. ¿Cómo afrontas esa responsabilidad?
Bueno, no soy una persona que esté todo el día metida en conflictos ni dando su opinión; la doy cuando tengo la tengo que dar. En los conciertos, sobre todo, intento hablar con la gente y mandar siempre un mensaje positivo: que respeten, que sean como son y que sean felices. Hasta ahora superbien, todo el mundo ha reaccionado muy bien, la verdad.
¿Alguna vez te has echado para atrás con alguna frase por pensar en cómo se la podría tomar alguien?
Mmmm... Me ha pasado, pero no por eso exactamente. ¿Sabes qué pasa? Que esta industria es un tanto machista y yo, como mujer, llevo veintipico años teniendo que aguantar que algunos hombres en sus canciones me falten al respeto, pero eso tampoco es excusa para que yo haga lo mismo. Con eso en mente, quiero permitirme hablar sucio también siendo mujer, llamarte guapa o decirte lo que te quiero hacer en la cama, pero todo siempre desde un respeto que a mí también me gusta que se guarde. Intento tener cuidado siempre por ahí. De todas formas, me sale solo, no es que me salga faltar al respeto, la verdad.
Entiendo. Además, el ponerse chula y tirarle a alguien, al fin y al cabo, es parte del espectáculo y tampoco tiene por qué ir más allá, supongo.
Exacto. Al final todo esto es una película y cada uno la ve como quiere.
Desde el principio has sido muy clara diciendo que te gustan las mujeres, y siempre has escrito temas refiriéndote a mujeres. ¿Alguna vez pensaste en el qué dirán o en no acabar de encajar en la industria?
Nunca lo pensé así, la verdad. Todo lo que he hecho ha salido de una manera muy normal y natural. Si alguna vez vivo una experiencia de otra calidad o de otra forma, quizás quiera contarla y la cuente, pero hasta ahora no se dio (risas).
Aunque las etiquetas no vayan mucho contigo, ¿con qué tres palabras definirías tu música?
Wow, okey. Explosiva, camaleónica... (se piensa bien la tercera) y fuerza. Ahí van.
¿Tienes alguna canción en bucle ahora mismo?
Una de un chico japonés que me gusta mucho últimamente.
¿Y la entiendes?
No, no, qué va, no entiendo nada (risas).
Tampoco hace falta, ¿no?
Ay, no. ¿Para qué? (Risas). Algún día buscaré la traducción por curiosidad, pero de momento me entra bien al oído y listo.
¿Eres esa clase de persona que cuando escucha un tema y le gusta lo quema?
Uf, sí, full. De una paso a otra y así.
Me pasa (risas).
Es un asco a veces...
Para terminar, ¿algún artista emergente que quieras recomendarnos para añadirlo al radar?
Me gusta mucho una chica que se llama Lia Kali, sacó un disco hace poco y ¡wow! me encanta, me encanta. Hace rap también y mola mucho, les aconsejo que se la escuchen.
PTAZETA_aceromagazine_2.jpg
Camisa DIESEL, gafas de la artista.