Primavera Sound 2024

El pistoletazo de salida lo dieron Los Javis presentando la actuación performativa de Stella Maris, que ponía fin a su era La Mesías, su último y mayor éxito. Se preguntaba Javier Calvo qué pensarían de Stella Maris los fans de Phoenix. Y eso mismo nos preguntábamos nosotros rodeados de tantos guiris, en su mayoría franceses, que iban pillando sitio para ver a los de Thomas Mars. Solo hacía falta mirar sus caras, entre el asombro, el regocijo y la incredulidad. Es imposible juzgar esta actuación como un concierto al uso: no lo era, tampoco lo pretendía. Pero hubo canciones, hubo bailes, hubo proyecciones y hubo sonrisas cómplices entre el público. Y por haber hubo hasta castellers. Por el escenario asomaron Hidrogenesse, y el jolgorio subió de tono cuando apareció Albert Pla para cantar Las flores de mí jardín. Pero el momento, EL MOMENTO, fue cuando asistimos a la resurrección de Montserrat Baró tras ver cómo el cuerpo inerte de Carmen Machi avanzaba en volandas hacia el escenario en un final apoteósico y desquiciado. Definitivamente el festival no pudo empezar mejor. Después de algo así, ¿cómo se te queda el cuerpo para ver a Phoenix? Obviamente nos quedamos a ver a Thomas Mars y los suyos, y lo que ocurre es que Phoenix nunca defrauda. Si hay una banda hecha para festivales, es esta. Sonaron clásicos como Lisztomania, ahí abriendo el concierto a lo grande, 1901, Entertainment o Trying to Be Cool, en un concierto solvente y entusiasta que contentó a fans y público en general.

Troye Sivan fue sin duda la gran revelación de este año. El australiano desplegó sobre el escenario todo su encanto y nos regaló algunos de los momentos más tórridos de esta edición. Sonaron temas como What’s the Time Where You Are?, My My My!, Bloom y Dance to This, se plantó un corsé negro arrebatador para interpretar One of Your Girls, my f***ng god, y por supuesto salió Guitarritadelafuente para interpretar In my Room en uno de los momentos más mágicos de su actuación. Después de esto podríamos irnos a casa tan contentos por que un concierto así bien vale todo un festival. Pero por supuesto hubo más. 

Primavera se escribe con P de Pulp. Cuando acaba el concierto, estamos todos felices, sonriendo y sudados, afónicos de tanto cantar. Nos vamos moviendo poco a poco hacia otro escenario con la seguridad de haber visto algo muy especial. Pero antes antes de esto, Jarvis nos llevaría al éxtasis colectivo ya con la segunda canción. Suenan los primeros acordes de Disco 2000 y el griterío estalla porque la fiesta no puede empezar mejor. Eso es arrancar muy arriba, eso es llevar al público a un subidón colectivo en apenas cinco minutos porque tienes muy claro que en la próxima hora y media de concierto ya no vamos a bajar de ahí. Jarvis exhibe tipo, poses y voz como si el paso del tiempo no fuera con él. No pasan los años tampoco para esos temazos ya icónicos que suenan uno tras otros para gozo del personal. Suena Do You Remember the First Time? Suena Mis-Shapes, suena Babies, y por unos instantes nos vemos bailando en el Nitsa o en la Cibeles. Pero no hay nostalgia que valga. Esto es el Primavera Sound, esto es 2024, y estamos ante uno de los mejores grupos de todos los tiempos. Por supuesto hay más, This is Hardcore, Something Changed, que dedicaron a quien fuera su bajista Steve Mackey fallecido el año pasado y al productor Steve Albini, o Sunrise. Y cuando atacan los primeros bises, todos esperamos ese Common People que pensamos cantar hasta desgañitarnos y bailar como si no hubiera un mañana. Y suena y hasta el suelo parece tambalearse bajo nuestros pies y pensamos que ojalá no tengan que pasar otros más de diez años para tenerles de nuevo por aquí. Porque la última vez que vinieron, precisamente en otra edición del Primavera, fue en 2011. Aunque en realidad, pensamos, ellos han estado aquí siempre. Y justo entonces suena Razzmatazz. Gracias.

No importa desde donde la mires, la Gioconda siempre mirará al observador y ese sensación es la misma que produce Lana del Rey, estás entre un gentío impresionante, el concierto más multitudinario de esta edición, con apenas espacio para moverte y la ves a ella en una pantalla gigante cantando Videotape, “It's you, it’s you, it's all for you / Everything I do”,  y juras que te lo está cantando a ti, no al mar de gente en el que estás metido, a ti, hasta que te giras y ves que no eres el único con lagrimas en los ojos. Ahí quedan esos momentos mágicos como Summertime Sadness, Pretty When You Cry o Ride. Lo que consigue esta mujer es simplemente una fantasía maravillosa, acompañada por una puesta en escena impecable capaz de hacernos levitar, capaz de transportadnos a ese universo tan suyo, tan onírico y a la vez tan real, aunque. veces te quede alguna duda. ¿Es Lana una persona de carne y hueso? ¿Está realmente allí o si subieras al escenario su imagen se desvanecería ante tus ojos? Que nos importa es cuando tenemos su música. Suya fue la actuación que más expectación generó y cumplió de sobras.

Ni la lluvia pudo con el poderío de Polly Jean. Suya también es parte de la historia de este festival. No se puede entender lo que ha sido y es el Primavera Sound sin mencionar a PJ Harvey. Empezó con temas de su último álbum I Inside the Old Year Dying, pero no tardaron en aparecer clásicos como Down by the Water o The Words That Maketh Murder. Su show no tuvo las mejores condiciones, pero los fieles resistieron y ella respondió como toda la gente pasada por agua merecía. Y para fieles, los que congrega nuestra cover star 070 Shake, que estuvo en el festival por partida doble, primero en el escenario principal donde se mostró directa y desafiante, y luego en el Red Sound Studio de Etnia Barcelona, una iniciativa fantástica en la que pudimos ver conciertos tan íntimos y cercanos que tenías a los artistas a un palmo de tu cara. Allí Danielle se mostró más dulce y desenfadada, y aparte de tocar sus temas ya conocidos presentó Into your Garden, un avance del que será su próximo álbum. También el sábado fue el día de Charli XCX, a punto de sacar brat, su nuevo álbum, del que presentó temas como Everything is Romantic y 365. Una hora de euforia y energía descontrolada en la que también sonaron Speed Drive, Vroom Vroom o I Love it, o esa versión del Welcome to My Island de Caroline Polachek. 

Por su parte, Disclosure, otro de los platos fuertes del festival, ofreció su primer directo en ocho años y fue todo lo que se esperaba: eléctrico, poderoso y contundente. Y Justice, ay, Justice. Si hay un directo capaz de poner todo patas arriba es el de Gaspard Augé y Xavier de Rosnay que venían a presentar Hyperdrama. Nada más empezar se soltaron con Neverender, su magnifica colaboración con Tame Impala que subió la temperatura de golpe dejando un ambiente más que caldeado y que acabó de explotar con D.A.N.C.E., Genesis y We Are Your Friends. Un set intenso y catártico que no dio tregua.

Y cerramos esta crónica con nuestro gran descubrimento, Atarashii Gakko! Lo de estas japonesas vestidas de colegialas es seguramente de lo más divertido y delirante que se ha visto en la ya larga vida del festival. J-pop con alma punk y unas coreografías demenciales ejecutadas con gran precisión. Ellas se divirtieron en el escenario tanto como nosotros abajo, y su actuación pide a gritos una nueva visita a Barcelona. Si puede ser pronto, mejor.