Si te has dado una vuelta por redes en los últimos meses, quizá te hayas topado con un joven mexicano de tez blanquecina y voz rasgada, propia de un fumador olímpico, que baila una especie de perversión del drill al son de trombones y guitarras. Sí, hablamos de Peso Pluma, el ‘güero’ que ha derribado la última frontera del género regional mexicano. Después de reventar los charts orgánicamente con las más de 600 millones de reproducciones de Ella baila sola, acaba de publicar Génesis, su tercer disco de estudio en teoría tras Ah y qué (2020) y Efectos secundarios (2021). ¿En la práctica? Casi un álbum debut después del bombazo que experimenta actualmente.
Un poco de contexto nunca viene mal. La popularización de la música regional mexicana tiene muchos responsables, pero un nombre sobresale de entre todos ellos. Peso Pluma (Zapopan, Jalisco, 24 años) es hoy el gran referente de un género que ha alcanzado los primeros puestos de los rankings internacionales. Lo suyo es una vacilada de dimensiones bíblicas: Ella baila sola –un corrido de puro cortejo– se ha alquilado una habitación en el Top 1 Global de Spotify. Y ya van 48 días. Y el tío aguanta. Y ya van 617 millones de reproducciones, que se dice pronto. Y sigue. Pero bueno, empecemos de una vez con Génesis.
Peso Pluma nos presenta un disco atravesado a partes iguales por los corridos bélicos (que contienen referencias al narcotráfico, las armas y la brega en la calle), los corridos tumbados (la vida de lujos excesivos: coches de alta gama, mujeres, drogas; enfiestarse, amanecer y vuelta a empezar) y el amor (o mejor dicho, el desamor, quizá el eje temático en el que se más ha profundizado en su carrera). Un álbum sólido en el que el trabajo instrumental es decisivo a la hora de conectar con las raíces del género. Truenan charchetas (algo parecido a un bombardino) y trombones; los requintos de guitarra son casi anfetamínicos, y el tololoche (un tipo de contrabajo) y el acordeón aportan la nota más añeja y tradicional.
Natanael Cano, Jasiel Nuñez, Junior H, Gabito Ballesteros, Tito Double P, Edgardo Núñez, Los Dareyes de la Sierra y un sorpresivo Eladio Carrión le acompañan en un viaje eminentemente colaborativo, bañado por conceptos del imaginario del narcotráfico como la muerte, el hedonismo, el peligro o la lealtad. 
Génesis en una imagen: un veinteañero con balaclava, vestido con un Moncler negro abrochado hasta arriba, ciego de tusi y Don Julio, que canta canciones de Chalino Sánchez y dispara una Glock al aire mientras llora por su ex en la parte de atrás de una Chevrolet Cheyenne.    
Track favorito: La People