Por las calles de Madrid anda un cowboy suelto que, al igual que los antiguos forajidos, no hay norma, regla o canon al que obedezca. A Pedraxe le dan igual las modas, le da igual lo que el resto pueda estar haciendo porque él busca otra cosa, busca, de hecho, llegar a aquello que todavía nadie ha encontrado. “Soy contracultura” y “quiero ser la vanguardia” son solo algunas de las cosas que Pedro me cuenta enfundado en su traje de chico de los caballos desde el otro lado de la pantalla. 
Pero Pedraxe no siempre ha sido lo que es ahora. Antes desenvolvía como nadie haciendo temas hyperpunk y hyperpop como Kolores y Crazy Frog, llegando incluso a colaborar con Rusowsky y Ralphie Choo en Valentino o haciendo un remix para La Plazuela de su canción Camino de cristales. Ahora, sin embargo, quiere ser alguien honesto consigo mismo, pero también con su entorno y no se corta en exponer la cara más cruda de la Navidad en Villancico del hambre, su última canción. No está nada mal para un chaval que empezó a producir en una Apple Store sin tener un solo duro, ¿no?
¿Cómo empieza lo tuyo con la música? 
Yo tenía cinco años más o menos y mi padre siempre había querido que fuéramos músicos. En la familia siempre ha habido por parte de los dos bandos un amor por la música y una vocación natural muy potente que se ha transmitido de generación en generación. Yo tengo un hermano que es clarinetista, se dedicó más al clásico, y nos apuntaron a los dos con una profe que daba clases en el centro cívico. Empecé con el piano aunque yo quería la guitarra, pero mis padres estaban emperrados en que tenía que ser el piano. 
¿Cuándo coges la guitarra entonces? 
Yo pillé la guitarra ya con once años… Esta guitarra (procede a ir a buscar la guitarra para enseñármela) la pilló mi padre y es una guitarra como de los años sesenta, creo, de un luthier vasco. De hecho, yo quería la guitarra por influencia también de la música de algunos videojuegos que para mí fue bastante importante. 
¿Qué videojuegos? 
El Tony Hawk Pro Skater 3, que tenía mucha música y aprendí un montón de hip hop ahí, por ejemplo. Entonces me dije, me tengo que pillar una guitarra ya.
Qué curioso que menciones lo de los videojuegos porque estos días he estado pensando en que yo creo que han tenido más influencia de la que pensamos a la hora de prescribir música. Mira el GTA con las estaciones de radio en las que había una para cada género, por ejemplo. 
A mí me dio fuerte por el country a partir de ahí. De hecho, cuando no me acuerdo de los nombres de los temas sigo yendo a la radio de GTA de country para sacarlo de ahí. No veas cómo se curraban esa movida. Vivimos la época dorada de los videojuegos, que era cuando las empresas contrataban a más peña para que construyeran Lore. Era esa época en la que cuanto más información hubiera dentro del juego, más entresijo hubiera, molaba más.
Tengo entendido que empezaste a producir tus primeros temas siendo muy joven, ¿es verdad que te ibas a una Apple Store para hacerlo? Muy de genio esto (risas).
¿Pero cómo sabes eso? (Risas).
Tengo mis fuentes, amigo.
La verdad que no tenía ni un chavo y la familia estaba bastante rotita en ese momento. Yo no veía otra manera porque tampoco quería gastar en casa y como había un ambiente denso me iba por ahí yo solo. Me decía que tenía que hacer algo. Fui a la Apple Store un día y no entendía nada, me quedé alucinado. Entonces cuando vi que podía grabar música, me puse a hacer mis temas, me los exportaba y me los enviaba al correo. Ya en casa los escuchaba y veía qué tenía que mejorar. Me iba todos los días y, claro, con las pintas de yonqui con las que iba, con mis pantalones de la obra después de currar, la gente empezaba a mirarme (risas). Cuando me echaban de una tienda, me iba a otra.
Bromas a parte, tienes formación clásica de conservatorio, ¿crees que fue determinante tu educación para ahora dedicarte a la música?
No, claro que no. Hubiera encontrado la forma porque eso se lleva dentro. El conservatorio me quitó más las ganas de dedicarme a la música de lo que yo pensaba, la verdad. Al final es como todo, te dan herramientas, sí, pero también se quedan cosas muy feas. Yo descubrí qué quería hacer tocando con mucha gente fuera de allí, con los gitanos de mi barrio y con peña de Cádiz metida en el flamenco. Yo me crié pensando que para dedicarme a la música tenía que pasar por el aro del clásico y con quince años ya no me la colabas. Si yo era un gandul dentro del conservatorio, no nos vamos a engañar (risas), yo me la pasaba tocando mi música. 
¿Qué lección aprendiste allí que sigues usando a día de hoy y qué preferiste dejar a un lado una vez acabaste?
La primera cosa que aprendí fue a no creerte mejor que nadie que no haya estudiado en conservatorio. Esa la aprendí rapidísimo y que la música no es como ellos te la pintan. Evidentemente, también teoría musical, construir una armonía, todo eso. Sí es verdad que gracias a algunos profesores aprendí mucho, también porque era gente a la que le gustaba la música de verdad y que estaba más interesada en el contenido que en la forma. Me enseñaron a cómo desarrollar un concepto musical aunque fuera dentro de la interpretación clásica y no tanto el dogma que te quieren imponer. El conservatorio sigue con los mismos statements que hace dos siglos, es muy rígido y algo absurdo en algunas cosas. Y algo por lo que no pasaría, pues, precisamente, el conservatorio. 
En uno de tus primeros singles w0rk1ng & j0k1ing 4 th4 5c3n3 dices: “Currando para la escena / riéndome de toda la escena otra vez”. Es toda una declaración de intenciones desde el principio, ¿a qué te refieres en concreto?
Siempre me ha pasado. Es que en España parece que la industria no quiere que haya escena, la industria de aquí es muy cutre y es una cosa que llevo viendo desde hace mucho tiempo. A mí me rechazaban las propuestas cuando empecé con el hyperpunk y el hyperpop. La gente me decía que era una música muy acelerada, que sonaba muy marciano, y ahora está todo el mundo haciendo esa movida. Yo sabía que iba a funcionar porque lo veía en el nicho de SoundCloud de Estados Unidos. Ahí dije, mira, me río de vosotros porque, total, no estáis despiertos, no estáis a lo que hay que estar. En aquel momento veía que lo que se llevaba mucho era la música emo, el comercializar con la depresión. Parecía que vendías más si decías que te querías cortar las venas y pegarte un tiro, ¿Sabes? Es que hubo un momento en el que toda la música trap y rocker era así.
Muy rollo Lil Peep.
Era, literalmente, eso. Parecía que la gente quería seguir la estela que dejó un tío, se la agenció e intentó vivir según aquello. Yo estaba muy cansado porque a mí me encanta la música emo de los 2000 y el hardcore, pero para mí ese sonido no significaba eso. Es un tipo de música que es muy agresiva, pero también muy positiva, las letras son de ánimo, con un espíritu mucho más rompedor en cuanto al estar mal. Es que soy contracultura porque cuando veo que algo se pega, yo voy para otro lado, pero voy para otro lado porque en eso ya estuve. No soy un tío que se sienta cómodo pensando en el sentido comercial de la música porque si ya se ha hecho, no quiero estar, me siento un impostor y me voy. Quiero ser la vanguardia, ahí estoy cómodo. La escena como tal no existe, a no ser que no quieras ver un duro, entonces sí puedes hacer todos los amigos que quieras y tocar por ahí.
Poco se habla de que dedicar el 100% de tu tiempo a un proyecto artístico es un privilegio.
Todo ha funcionado por pasta siempre. Yo me he sentido culpable muchas veces de decir, ¿por qué voy tan lento? ¿Por qué me faltan tantas herramientas? Luego te das cuenta de que, claro, mientras yo estoy currando en una obra y en un jardín para ganarme mi sueldo, para que haya dinero en mi casa, el otro chaval está con su pisito pagado, viviendo solo, produciendo y con los contactos ya hechos. No tiene nada que ver un punto de vista con el otro. 
Dices que eres contracultura, que quieres estar en la vanguardia y no estar en eso en lo que está todo el mundo. ¿Qué moda musical crees que está siendo más explotada ahora mismo?
El pop, pero ese pop que coge el jersey, el hyperpop, el pop punk y el rock e intenta ‘poperizarlo’. El reguetón ha pasado a un segundo plano, yo creo, sigue habiendo temas mainstream, sí, pero lo que más anda haciendo la gente es pop.
Sé que te consideras un artista multidisciplinar y que te fijas mucho en el concepto creativo empezando por el estilismo, ¿qué te aporta la moda en tu carrera como músico? ¿Qué significa para ti?
Creo que la moda y la música han ido de la mano siempre en mi caso. Cuando yo construí el personaje de Pedraxe quería que fuera también una marca de ropa. Con el tiempo analicé cuánto de diseñador y cuánto de músico había en mí y ganó la música. Estuve un año haciendo patronaje y confección, conocí a mi colega Mario, el sastre, y diseñé mi propia ropa. La que sale en los videos o la que llevo yo está diseñada y, en parte, confeccionada por mí. 
Hablas de cuando construiste el personaje de Pedraxe y es que la moda parece definir también tus etapas como artista. Antes tenías una estética acid de los 2000 muy flúor, muy exagerada, y ahora eres todo un cowboy, ¿qué motivó el cambio? 
Refleja un poco todo lo que ha estado pasando en estos últimos años en los que hay tanta tragedia, tanto conflicto fuera que la gente necesita evadirse. Para ello, hago mucha música que sea de meme, como graciosa o que cuente cosas que no tienen tanto que ver con la realidad. Me he cansado de eso, la verdad. Me he dado cuenta de que hace falta más sensatez, que al final si todo el rato construyes desde ahí la gente no se entera de lo que pasa o de cómo otras personas viven su realidad. Al público joven no le interesa ahora mismo saber por qué estás triste de una manera más reposada o fantasiosa, ha venido a pasárselo bien y está guay, pero creo que tiene que haber de todo. Por ahí van los tiros de mi cambio estético. No quiero ser tanto el personaje, si no que ahora quiero contarte cómo pasan por mí distintas emociones. 
En cuanto a la canción-meme, hay quien diría que transmite un mensaje muy banal, muy de aceptar que te puedes reír de todo. 
Siempre va a haber gente que piense así. A mí me da igual, que se queden con sus críticas en la Rockdelux y en El País. Es cierto que es un mensaje muy ligero, muy carente de trasfondo muchas veces, pero está bien, es puro y natural. Prefiero el humor absurdo en una canción a un mensaje muy serio que se note que es impostado. 
Lanzas Villancico del hambre que es, como su propio nombre indica, un villancico que parece no serlo porque expone una realidad muy cruda, ¿qué querías mostrar con esta canción?
Es una loa a la esperanza en general, una esperanza un poco rota, por eso es de esperar que algo cambie sabiendo que no lo hará. Es una crítica también a la Navidad, al concepto de ella que tenemos hoy en día. Podría haber tirado por el sensacionalismo y hablar de algo que no conozco, pero he decidido coger toda esa mierda que está viviendo el mundo y transmitirla enfocándome en un contexto que he vivido. Yo creo que sí es un villancico. Si vemos el origen de la palabra viene de ‘canción de la villa’ y la cantaban los ‘villanos’, es decir, la gente que vivía en la villa. Yo pienso mucho en esa manera muy de campo, de tierra, de rancho de narrar las cosas. Lo bonito es que el villancico no representa a la Navidad como tal, está dentro de un folklore concreto nacido en la Edad Media en España y Portugal. Quería ampliar el concepto de villancico, que no quedara en el jingle americano donde todo está bien.
Ya por último, ¿tienes pensado sacar nueva música dentro de poco? ¿Podremos escuchar más country esta vez?
Ahora estoy grabando lo que puedo porque no tengo nada en casa para poder grabar decentemente y como al final la mayoría es acústico, necesito buenos micros y un sitio adecuado para poder hacerlo. Dentro de poco saldrá algún tema yo creo. Vengo con la influencia de toda la movida española del folklore más de raíz por mi abuelo paterno y del flamenco por mis abuelos maternos que eran de Jaén. El cowboy representa para mí a toda esa gente trabajadora que lo pasaba mal y tuvo que echar para adelante como pudo. Estoy intentando aunar esa parte más campesina, en la que yo también he estado currando, porque me llena mucho más eso que todo lo artificioso que hay hoy en día.
Pedraxe_2.jpg