¿Quién no ha vivido alguna vez una historia de amor intensita? Con sus penas y alegrías y sus subidas y bajadas. Pawoblo le pone sonido a esa montaña rusa emocional a la que todos nos hemos subido alguna vez en algún momento de nuestra vida. A Eroguro, el último lanzamiento de nuestra artista, no le hacen falta más de tres canciones para vivir el amor y el desamor de una forma que todos sabemos reconocer.
Vienes de sacar Eroguro, un EP de tres temas: Sadcore, Calima y Eucaristía. Tengo entendido que el eroguro es un movimiento artístico japonés que lleva el gore y el erotismo por bandera como protesta a los temas tabú. ¿Resume eso, en esencia, tu proyecto?
¡Sí! Soy muy fan del manga de artistas como Junji Ito o Shintaro Kago. Cuando creo algo, siempre necesito un ancla visual que me haga mantener cierta consistencia en mis proyectos; para Eroguro tenía en la cabeza un manga en concreto durante todo el proceso, La sonrisa del vampiro, de Suehiro Maruo. El propio Maruo describe su obra como una pieza puramente ornamental y sin ninguna intención más allá de ser bonita y grotesca. Siento que esto resume bastante bien la esencia de Eroguro.
Este proyecto es lo más completo que has hecho hasta la fecha. ¿Creías que era el momento de sacar algo más que un sencillo?
Soy una persona bastante caótica y me cuesta mucho sentarme y terminar las cosas que empiezo. Estoy aprendiendo esa parte de la disciplina que conlleva cerrar un proyecto. Si estoy en el medio del proceso de creación de una canción y se me ocurre una idea nueva, tiendo a empezar de inmediato a darle forma dejando a un lado lo que tengo entre manos. Eso está mejorando. Últimamente me paro en seco y me fuerzo a continuar con lo que estoy haciendo hasta que lo termino. Un día hablando con Adrián, amigo y productor de Eroguro, le comenté la idea que tenía de sacar un EP de tres canciones y a él le pareció estupendo. Es un gran profesional y un gran apoyo. Calima fue la piedra angular del proyecto, llevaba terminada desde principios de 2021 y fue la canción que inspiró la paleta de sonidos y la estética general del EP.
¿Qué historia cuenta Eroguro? ¿Cuál es el factor común entre los temas que lo componen?
Las tres canciones construyen un hilo argumental en el que se representan diferentes etapas de un romance. Sadcore es el niñateo de los primeros momentos en los que estas conociendo a alguien y tu cabeza está completamente loca; pasas de estar 100% segura de ti misma a no entender absolutamente nada. Calima es el momento en el que la simulación (el amor) se empieza a resquebrajar y comienzas a darte cuenta de las cosas a las que al principio no prestabas atención y del roce empieza a nacer la rabia, que al final termina por destruirlo todo. La cosa se pone seria. Eucaristía es una reflexión general sobre el romance desde la distancia y la pena, un lamento recitado sobre los escombros de una relación; es el reproche y el miedo a nunca volver a querer a alguien de la misma manera y la comprensión de que el paso por la relación te ha transformado de tal manera que ya ni tu misma te reconoces. En definitiva, creo que el factor común entre ellas es que ninguna pasa el test de Bechdel.
Sigamos haciendo un repaso al tracklist. Como dices, Sadcore es la primera canción. En ella hablas sobre un tipo que te tiene “pegao al móvil” y al que echas de menos. A pesar de referirte a una persona existente, dices que no es real y que la has inventado tú. ¿Qué quieres decir con esto exactamente? ¿Hablas aquí de esa idealización que conlleva, a veces, enamorarse de alguien?
¡Sí! Cuando hablo de echar de menos, me refiero a esos momentos en los que estás conociendo a una persona y aunque os acabéis de ver ya la extrañas. Cada vez que quedas con ella es como una nueva historia, como empezar de cero. Analizas todo lo que pasa cuando no estás con ella, estás todo el rato pendiente del móvil y tu cabeza no para de inventarse historias. Esto me resulta bastante divertido visto desde fuera; cuando se te pasa la fiebre del niñateo y lo analizas es muy gracioso. A pesar de que Eroguro es un proyecto con letras más bien serias, no me gusta perder el enfoque cómico. Siento que el sentido del humor es una parte muy importante de mi persona. Soy una intensa, pero soy consciente de ello y no me importa reírme un poco de mí misma. Me parecía divertido hacer un pequeño homenaje a la generación de niñatas intensas criadas por Lana del Rey y Florence Welch de las que formo parte a mucha honra.
En Calima, el segundo tema, hablas sobre el amor y la muerte. ¿Qué se esconde detrás de esta canción?
La historia de Calima se me ocurrió un día nada más despertarme. En ese momento me estaba leyendo Pedro Páramo, de Juan Rulfo, y me vino a la cabeza la idea de una historia de amor en un pueblo en el que tras una discusión entre dos amantes uno de ellos fallece en misteriosas circunstancias y los habitantes del pueblo lo incineran al aire libre. El pueblo se cubre de una densa calima, formada por las cenizas del muerto que lo tiñe todo de rojo, y el amante, que queda con vida, abre las ventanas de su habitación y respira las cenizas del fallecido, haciendo el amor por última vez con él en un acto de despedida. No sabía muy bien cómo expresarlo y decidí hacer una canción. Me parecía que cualquier otro medio no iba a capturar la idea de la manera en la que quería expresarla.
Eucaristía es el tercer y último track de Eroguro. Aquí hay una frase sobre la que quiero hablar y en la que dices: “El mismo (colchón) que ha visto mil cuerpos morir y otros mil pidiendo perdón; otros mil perdiendo el control”. ¿Sientes que llevas dentro varias versiones de ti mismo? Si es así, ¿odias alguna de ellas?
Puede ser, sí… A veces me siento un poco como Martín Martín. Un día me levanto sintiéndome una bruja poderosa o un ser divino y tengo ganas de entrar a un sitio y ser la persona más interesante de la sala. Otros días me levanto con el disfraz de puta mierda con patas y tengo que camuflar mis ganas de morirme. Problemas del primer mundo, I guess… En definitiva, mi respuesta cordial es que estoy aprendiendo a querer y respetar todas las versiones de mí misma, aunque a veces cueste. Mucho.
En relación aún con este tema, Eucaristía, he leído en uno de tus posts de Instagram algo sobre un colchón en un portal, miel, colorante, cuchillos y una montaña en Collado Villalba. Creo que merece la pena escuchar la historia completa…
Adrián y yo decidimos planear el rodaje de un videoclip para Calima junto con la ayuda de Claudia Varela y Cristian Martos, dos amigos y directores increíbles. Sin contar con apenas presupuesto, decidimos hacer un rodaje bastante ambicioso que involucrase todo lo que has citado y que queda a la espera de salir. Si todo va bien, saldrá en breves. Es bastante auto explicativo, así que me reservo la historia (risas).
Antes de lanzar Eroguro sacaste tres temas, Plastilina, Trystan Bull y Parque de atracciones, el más escuchado de tu perfil de Spotify. ¿Qué cosas dirías que has mantenido y qué otras has cambiado, artísticamente hablando, desde tu primer tema hasta ahora?
He cambiado mi manera de acercarme a la música. He empezado a tomarme más en serio lo que hago y respetar mi proceso de aprendizaje y mis ritmos. Quiero conservar cierto carácter cómico y real porque siento que hoy en día la gente se toma demasiado en serio lo que hace y al final todos pierden ese punto humanístico que nos une y nos distingue.
Hablando más sobre ti, vivías en Madrid, pero hace poquito te mudaste a Barcelona. Las dos ciudades son grandes y con muchas oportunidades para hacerse un hueco en la industria. ¿Por qué decidiste moverte?
Soy asturiana de nacimiento y llegué a Madrid en 2017 para estudiar Diseño de moda y, si te soy sincera, me siento tanto ovetense como madrileña. Me he venido a Barcelona para continuar estudiando y tengo que confesar que ha sido llegar y besar el santo. La primera semana conocí a Julbit en la puerta de Razzmatazz después de un set de LaFrancesssa, pero no fue hasta ese domingo en una rave cuando nos enteramos de que vivimos en el mismo edificio; ella en el segundo y yo en el cuarto. El viernes siguiente fuimos juntas a ver en concierto a LaFrancesssa, donde conocí a Hadren, Nina Emocional, LaSol y la propia LaFrancesssa. Todas ellas hacen música, tienen su propio estilo y además son personas increíbles. No necesité más que una semana en Barcelona para conocer a las que a día de hoy son mis mejores amigas y a las que debo la muy necesitada estabilidad para conservar la cordura en la capital, por excelencia, de las locas
He oído por ahí que Madrid te ha influenciado mucho a nivel personal, obviamente, y artístico. Ahora que estás en Barcelona, ¿crees que tu música explorará otros horizontes?
Por supuesto. Tengo claro que mi camino con la música solo acaba de empezar. Estoy en continúo aprendizaje y mi objetivo es crecer y evolucionar como artista. Ahora mismo mi energía está en crecer como productor.
Ya instalada en Barcelona y con algo más completo que un tema a las espaldas, podría decirse que afrontas una nueva etapa. ¿Qué metas tienes este 2023? ¿Algo que puedas adelantarnos?
Mi objetivo es mantenerme constante y no dudar tanto de mí misma. Puedo adelantar que, a partir de ahora, todos los temas que saque serán producidos principalmente por mí. Estoy súper agradecida de tener la suerte de contar con gente increíble a mi alrededor, pero es hora de encontrar mi propio sonido. Mi objetivo es vivir de la música, pero siento que el ritmo que observo en la industria me pone un peso innecesario del que necesito desvincularme. Para contar mis historias, que al final es lo que quiero hacer con lo que creo, necesito encontrar un sonido propio, un medio personalizado que exprese las ideas que quiero transmitir. Siento que esto es un trabajo que requiere tiempo. En definitiva, estoy descubriendo quién soy poco a poco y este 2023 saldrán cosas que se acercarán mucho más a la esencia del proyecto que Pawoblo significa para mí. Tengo muchas ganas de enseñar todo lo que estoy haciendo.
Toda la ropa de Delom Projects by Lluis Colom y Aitor Segurola.