Tras varias semanas intentando agendar una llamada, algo casi imposible teniendo en cuenta que la pillamos a punto de presentar su nueva colección en París, la diseñadora coge el teléfono desde Londres, ciudad en la que vive desde hace más de una década. Mientras sale a dar una vuelta, aprovecha para tomar el aire fuera de su estudio convertido en un efervescente hervidero de ideas donde dio forma a sus ya míticos zapatos Diablo, entre otras piezas que la han catapultado al éxito. Al éxito y al calendario oficial de la Federación de la Alta Costura de París, en el que su firma de moda ha sido aceptada este mismo año. Y eso no es todo. En unos días dirá adiós a Londres para instalarse en la capital francesa. ¿Su objetivo? Dejar atrás de una vez por todas la etiqueta de ‘young designer’.
Entrevista extraída de ACERO vol. 4, publicada en mayo de 2023. Hazte con tu copia aquí.
De su nominación al Premio LVMH 2022, uno de los más codiciados en la industria de la moda, al galardón con el que se alzó en la última edición del Vogue Fashion Fund. Este ha sido un año de alegrías para Paula, por supuesto, y de todo ello hablamos en esta conversación que se prolonga más de una hora y que nos deja unas muy interesantes reflexiones. Pero si hay algo que reivindica la creativa es el trabajo que hay detrás de una marca de moda, un complejo proyecto de emprendimiento que nada tiene que ver con el postureo que inunda las redes sociales. Consciente de su papel como empresaria, perfeccionista y muy exigente consigo misma, no hay temporada en la que no se plantee dejarlo todo, volver a su Murcia natal y montar un huerto. Entonces, ¿qué le lleva a seguir amando su profesión tanto o más que el primer día?
Hace unas horas compartías un Instagram un story preguntando a tus seguidores si sabían de algún estudio de trabajo en París, ¿dónde te pillamos ahora?
¡Así es! Ahora me pillas en Londres, donde vivo desde hace 12 años. Aquí he estudiado la carrera y el máster, es una ciudad que me ha brindado un montón de oportunidades. He creado equipo y es un lugar que me ha apoyado mucho en esta primera etapa de la marca, pero es cierto que el Brexit nos ha afectado mucho como pequeño negocio. La importación y la exportación de producto, por poner un ejemplo, se nos ha hecho bola.
Las trabas están provocando un éxodo masivo, está claro que es una situación complicada. Tú ahora optas por Francia, ¿por qué?
Este año fuimos aceptados en el calendario oficial por parte de la Federación de la Alta Costura de París, un paso súper importante para nosotros. Igual que creo que Londres se ha visto muy afectado a nivel cultural por el Brexit, tengo la sensación de que a París le ha pasado todo lo contrario. Nosotros llevábamos tiempo pensándolo y creemos que ha llegado el momento. A veces hay que tirarse a la piscina y en eso estamos, es hora de mudarse.
Nos decías hace un momento que estás en la fase de producción de esta última propuesta, una de las más estresantes para toda marca. Sé sincera, ¿te ha pillado el toro?
El toro siempre nos pilla porque somos un equipo muy pequeño (risas). Pero la colección lleva terminada desde hace un mes. Creo que en el mundo de la moda, en la industria en general, hay una idea de que hay que quedarse hasta las seis de la mañana para terminar la colección porque esto es fashion. Nosotros trabajamos de la manera opuesta, tenemos una forma de organizarnos que es bastante estricta. Creo que tengo una responsabilidad como empresaria y no hay necesidad de agonizar hasta las mil de la mañana.
Nos han vendido la idea de que descansar es de débiles. A veces parecemos máquinas, como si estuviésemos en una competición a ver quién es más productivo.
Y es que además eso no ayuda. Lo más importante para la creatividad es poder irte un fin de semana por ahí, leerte un libro, ver una película, para luego empezar el lunes con la productividad a tope. Llevar un equilibrio.
¿Tú has vivido en primera persona esa realidad tan cruda de la que hablabas, las jornadas de trabajo interminables y el nulo descanso?
¡Claro que sí, haciendo prácticas y en muchos sitios en los que he estado! También lo veo en algunas marcas para las que hago consultoría. Cada uno tiene su forma de organizarse, pero yo lo veo innecesario. Tú eso lo puedes hacer unos años, lo de acostarte a las mil y tal, pero si realmente lo que quieres montar es una casa de moda, una empresa... Aunque siempre puede surgir alguna historia.
Cuéntanos, ¿siempre tuviste claro que estudiarías moda en Central Saint Martins?
Yo había hecho bachillerato fuera, en Irlanda y, sí, tenía claro que quería
estudiar fuera. Sinceramente, nunca pensé en moda hasta que mi madre me
dijo que me quería enseñar un sitio; ese sitio era Saint Martins. Vi la biblioteca,
la visité y ahí fue cuando me planteé que realmente podía ser algo interesante.
Si finalmente lo hacía, quería que fuese allí.
Si no me equivoco, tu madre también estaba y sigue estando muy conectada a la moda.
Así es, mi madre tiene un taller de trajes de novia y yo me he criado en un taller
de costura. De hecho, ya en su momento hacía un montón de cursos cortos en
Saint Martins y me traía con ella. Yo no me sentía muy identificada con la forma
frívola de ver la moda, y entendí que había una forma de estudiar que estaba
muy basada en la investigación, que es una de las cosas que más me gusta
hacer.
¿Tuviste que compaginar los estudios con algún trabajo para poder mantenerte en una ciudad
tan cara como Londres?
¡Claro! Buscavidas desde el primer momento (risas). Trabajé asistiendo a la patronista de una marca de India afincada en Londres. El tema con Saint
Martins es que mucha gente entra porque dibujan súper bien, son súper buenos
a nivel conceptual, pero no tienen ni idea de hacer patronaje. Yo sabía bastante
patronaje y siempre se me ha dado bien. Una de las profesoras me dijo que
tenía este trabajo y me preguntó si quería que la asistiese, entonces yo los
fines de semana y las vacaciones la ayudaba. Lo hacía por necesidad, porque
necesitaba el dinero, pero aprendí muchísimo. Creo que aún guardo una foto
con Ernesto Naranjo y Coco Capitán en la que salgo con el velo que hice para
la película de El diario de Bridget Jones (risas).
¡Hay que rescatar ese archivo! No sabía que también te llevabas con Coco Capitán, ¿coincidisteis
en Londres?
Exacto, vivíamos juntas. En esta etapa siempre estaba intentando buscar
trabajillos para poder sobrevivir, iba mucho a París a ayudar a marcas con sus
showrooms, cosas asi. Eso siempre me ha ayudado a entender cómo funciona
la vida real, cómo es tener un negocio en la industria de la moda.
Eres una de las diseñadoras españolas con una identidad de marca más potente. De los Diablo
Heels Fur al Carmen Bag, cuentas con ítems cuya autoría se reconoce al momento. ¿Te ha
costado mucho posicionar tu marca?
No, la verdad es que ha ocurrido de forma muy intuitiva y muy orgánica. No
hay mucha estrategia detrás de esto. He intentado que la forma cóncava del
calzado no se quedase solo en el calzado, utilizarlo en las prendas. Creo que
también nosotros, como diseñadores jóvenes, y esto lo hablo también mucho
con Ernesto, acabamos hartos de muchas de las cosas que hemos hecho. Pero es verdad que la repetición es algo que tiene mucho poder y es muy importante, sobre todo en los primeros años de marca.
¿Qué hay de la Paula que se crio en Murcia? ¿Vas mucho a tu tierra, qué sientes cuando vuelves a casa después de meses de trabajo frenético?
Voy un montón porque gran parte de la producción se hace allí, y en Elda hacemos el calzado. Paso mucho tiempo en la fábrica con los artesanos. Mi familia es muy importante para mí, tengo un vínculo muy fuerte con mi madre, con mis tías, con mi abuela. Voy muy a menudo, y
ahora que nos mudamos a París más, ¡seguro!
Sé que tu abuela Carmen es una fiel seguidora de todo lo que haces...
Tiene todos los recortes de La Verdad, de Vogue lo tiene
todo... ¡Un dossier completo! (Risas).
¿Ha ido a alguna de tus presentaciones fuera de España?
¡Sí, por supuesto! Mi abuela ha estado cuando hicimos
la presentación de realidad virtual en Londres, ¡y se puso
las gafas de realidad virtual! Lo primero que me dijo fue,
“¿cómo le explico yo esto a mis vecinas?” (Risas).
Y tu madre, ¿hay algún consejo que te haya dado que quieras compartir
con nosotros?
Mi madre me ha dicho últimamente que la clave para
la longevidad en todo es el equilibrio. Ella siempre ha
trabajado muchísimo y no quiere que siga ese ejemplo.
Por eso cuando me ve a mí, las responsabilidades y el
peso que tengo en mis hombros, me dice que no es una
carrera de fondo, sino una maratón.
Y de los consejos a los reconocimientos. 2022 ha sido un año
importantísimo en tu carrera. Nominada junto a Palomo Spain
al Premio LVMH 2022, acabaste alzándote con el premio Vogue
Fashion Fund 2022 otorgado por Vogue España, a cuya final llegaste
acompañada de Alled-Martínez y el ya mencionado Ernesto Naranjo.
Cuéntanos, ¿te lo esperabas?
No, no me lo esperaba. Es que eso de esperarse algo...
Creo que todos los que estábamos allí nos lo merecíamos.
Estoy muy emocionada de haber tenido la oportunidad
de presentar junto a dos amigos, especialmente Ernesto,
que es súper amigo mío. Pero eso de esperarme, no. Uno hace su trabajo lo mejor que puede, lo da todo, y más allá de eso, estaba muy tranquila porque sabía que si no me lo llevaba yo, se lo iba a llevar un amigo.
Me da la sensación de que, mientras tu nombre sonaba con fuerza en el mapa internacional, eran muchos los que aún no sabían demasiado de tu trabajo en España. ¿Sientes que esto ha cambiado a raíz del galardón?
Sí, yo creo que sí. He trabajado mucho con creativos españoles. Con Alicia Padrón, con Alba Melendo hemos hecho cosas también, con Coco Capitán, las últimas fotos las hizo Iñigo Awewave. Pero, sí, creo que tienes razón. Lo mismo se nos conocía más como marca inglesa y pienso que esto nos ha ayudado a darnos más a conocer en España.
¿Cuál ha sido el momento más duro en tu carrera hasta el momento?
He tenido unos problemas de producción muy complejos que me han llevado al borde del llanto. Mi trabajo no es simplemente crear cosas guays, hacer una foto y ponerla en Instagram. Todo eso se tiene que producir, tiene que llegar a tiempo a tienda, se tiene que hacer con un cierto estándar muy alto, porque yo quiero que las cosas siempre salgan bien. Es otra historia, otro monstruo diferente.
Y siendo sincera, ¿nunca te han dado ganas de dejarlo todo, volver a instalarte en Murcia y buscar un trabajo más estable?
Todas las temporadas (risas). Siempre llega ese momento, pero es que yo soy así, arriba y abajo. Me exijo mucho a mí misma, creo que la razón de dedicarme a esto es hacer algo realmente guay e interesante. Y cuando quieres hacer algo realmente interesante, te encuentras muchos obstáculos por el camino. A veces es muy duro, pero eso es bueno, es una señal de que te estás poniendo a prueba. Y en cierto modo, de que estás haciendo algo bien. Pero pensar en dejarlo todo e irme a Murcia a montarme un huerto y vender tomates, lo pienso todas las temporadas (risas).
Desde la experiencia y sabiendo de primerísima mano la dificultad que emprender una marca
conlleva, ¿qué consejo le darías a todos aquellos que quieren lanzar su propio proyecto pero no
saben por dónde empezar?
Que planteen un business plan. Si quieren montar una empresa de moda, eso.
Si quieren hacer alguna cosilla, hacer cosas a medida, eso es otra historia.
Pero una empresa de moda necesita pensar en lo que va a suponer en números
y tener asesoramiento.
Y por último, ¿de qué te sientes más orgullosa y por qué?
De mi equipo. Siento que estamos formando una pequeña escuela de gente
que pasa un tiempo con nosotros y luego se van a hacer cosas súper guays.
No soy solo yo, hay gente que viene y se va, y estoy muy orgullosa de ellos.