Ona Mafalda presenta su primer álbum de estudio, Ona, un proyecto cargado de emocionalidad que deslumbra. En esta nueva etapa, se atreve con todo y experimenta con diferentes atmósferas sorprendiéndonos con una sonoridad única y un ritmo frenético. Y es que pintar encima de una obra ya pintada no es nada fácil, pero ella lo ha conseguido.
Enhorabuena por tu último álbum, Ona, ¿qué tal estás ahora que ya está fuera?
Muy contenta y emocionada de que finalmente todos lo podáis escuchar.
¿Qué canción resume la esencia del proyecto?
Ya no quema. El mensaje general del álbum es que todo sigue para adelante, que esos desafíos que se nos presentan son solo para que mejoremos y que todo irá bien.
Si Ona fuera un color, ¿cuál sería y por qué?
Azul porque me recuerda a las olas del mar.
En este disco revelas un estilo mucho más enfocado a la electrónica y a todo lo bailable. ¿Por qué ese cambio?
Tiene que ver con el Covid. Desde entonces la gente está con muchísimas ganas de salir a la calle, de estar con amigos disfrutando, de tocarse, de bailar. Por eso quise darle más ritmo a las canciones.
Antes te conocíamos como Mafalda. ¿Qué ha influenciado en el cambio de nombre artístico a Ona Mafalda? ¿Qué quieres reflejar con esta identidad?
Ona es ‘ola’ en mallorquín, quise rendir un homenaje a la tierra –y al mar– de mi madre, que es donde escribí mi primera canción. Ona también es ‘onda’  tomado como soundwave y está relacionado con una nueva etapa de mi vida. Es una declaración de intenciones que hace referencia a todo lo nuevo que está por venir a partir de ahora.
Has vivido en Londres, Mallorca, Madrid y tienes raíces búlgaras. ¿De dónde te sientes? ¿Qué etapas predominan más en tu música?
No importa en qué parte del mundo viva, siempre me siento como en casa entre la comunidad artística de esa ciudad. Crecer en diferentes países y culturas ha definido gran parte de mi vida y me ha enseñado a conectar con gente nueva de formas muy diversas, trato de expresarme creativamente en el idioma y el estilo que me parezca más natural.
En Ona ha habido un proceso de experimentación sonora, tanto a nivel de producción como vocal.  Incorporas electrónica, dark pop, house o drum & bass. ¿Qué te motivó a explorar nuevos territorios musicales?
Mi EP Bailando sin sentido fue la primera vez que saqué música en castellano y cada vez que trabajo en algo nuevo trato de crecer y desafiarme a mí misma. Llevo un año trabajando en el nuevo álbum y me ha permitido tomar el tiempo escribiendo y experimentar con sonidos nuevos. Jugando con el drum & bass hice una referencia a mis raíces junto con el sonido británico de los 90, la década en la que nací.
En A otro lado cuentas con la colaboración del proclamado rey del piano, Sofiane Pamart. ¿Cómo surge esa unión?
Nos conocimos en un evento donde él estaba tocando y me enamoré de su música. Estuvimos en contacto y justo cuando estaba terminando el álbum Sofiane vino a dar un concierto en Madrid y ahí es cuando nació A otro lado.
Una de las canciones que más ha despertado al público es Calor, que además viene acompañada con un videoclip sensual y oscuro que nos recuerda un poco a un amor adolescente. ¿Qué mensaje o emociones esperas transmitir con la pieza audiovisual?
¡Calor, mucho calor!
En los procesos creativos casi siempre hay desafíos a los que enfrentarse. ¿Cuáles viviste tú en la producción de Ona?
Ha sido un poco como empezar de cero, pero al mismo tiempo una continuación de todo lo que había antes y lo que continuará siendo mi música.
Mi parte aborda temas tiernos como el progreso y el cariño de alguien. Me recordó a la típica charla que podría surgir perfectamente con mis amigas. ¿Qué te inspiró a escribirla?
Mi parte la escribí con Yoly Saa y Vicco. Un día en el estudio estuvimos hablando de esa relación tan especial que tenemos con nuestras madres y cuanto más mayores nos volvemos más nos damos cuenta de que tenemos que estar ahí para ellas al igual que han estado ellas para nosotras.
¿Puedes contarnos alguna anécdota curiosa o divertida que haya ocurrido durante la grabación del álbum?
Mi padre es búlgaro y una música que escucho mucho es música folklórica búlgara. Para uno de los temas, Respirar, sampleamos a Neli Andreeva - Malka moma / Little Girl.
¿Cuáles han sido tus principales inquietudes a la hora de dedicarte al ámbito artístico?
¡Muchas inquietudes! El mundo artístico es increíble pero también puede ser muy difícil, una montaña rusa. Pero desde luego, al final, vale muchísimo la pena.
¿Has contado con el apoyo familiar?
Tengo mucha suerte y estoy muy agradecida de que mi familia siempre ha estado a mi lado.
Tu vida adolescente ha girado en torno a la prensa rosa. ¿Cómo llevas esa asociación?  ¿Qué importancia le das a las críticas?
Es algo a lo que intento no prestar mucha atención y seguir con lo mío.
Hay algo poco habitual en tu disco y es que has trabajado con hasta seis productores, Oddliquor entre ellos. ¿Cómo ha sido la experiencia?
Fue muy muy especial, me siento muy orgullosa de todo el mundo que ha sido parte de este proyecto por haberle dado tanto amor y cariño. ¡El proyecto se llama Ona pero no habría sido igual sin ellos!
¿Y eso de abrir a Coldplay?
Estoy que aún no me lo creo, ¡qué ganas!
¿Qué podemos esperar de Ona Mafalda este 2023?
Estamos cerrando gira, ¡tengo muchas ganas! Por ahora tenemos confirmados varios conciertos. En Barcelona junto a Coldplay el 27 y 28 de mayo, en A Coruña tocamos el 26 de agosto y luego ya en octubre presentamos el disco en Barcelona el 11 y el 13 en Madrid.
Ona Mafalda 3.jpg