Ojos Flotando es la sensación que tenía Denisse Flores Pirsch cuando soñaba: no se veía el cuerpo, pero podía ver todo lo que pasaba. Ahora, además del mundo onírico, la artista vuelve a su infancia en busca de inspiración. Allí está el recuerdo de su primer contacto con el arte: Bob Ross en la pantalla de la televisión pintando paisajes felices.
Antes de que su inconsciente le revelara la figura central de su obra, a Denisse ya le fascinaban los mundos fantásticos. Stan de Remedios Varo, pasó de intentar recrear sus sueños al recuerdo de su niñez creando un universo de juguetes, insectos y seres mágicos. Y encontró una forma de autoexpresión. Del color y la tristeza emergen y conviven en acuarela, tatuaje, grabados o stickers.

Tus ilustraciones tienen mucha personalidad, despiertan una nostalgia concreta, ¿cuáles son elementos que han marcado tu infancia y adolescencia? ¿Qué papel tienen en tu imaginario como artista?
Soy muy adicta a la nostalgia. Siempre estoy recordando, extrañando y queriendo regresar el tiempo. Considero que fui una niña muy afortunada en muchos aspectos: tuve acceso a muchas cosas, comodidades y privilegios que agradezco. Y aunque muchas veces mi infancia también fue triste, siempre estuve rodeada de mucho cariño.
Creo que mi forma de ver el mundo en esa etapa (mis juguetes, los paseos con mi papá, la música que escuchaba, las caricaturas que veía, las películas que no dejaba de reproducir una y otra vez) me ha servido muchísimo de inspiración a la hora de hacer mis ilustraciones.
Creo que mi forma de ver el mundo en esa etapa (mis juguetes, los paseos con mi papá, la música que escuchaba, las caricaturas que veía, las películas que no dejaba de reproducir una y otra vez) me ha servido muchísimo de inspiración a la hora de hacer mis ilustraciones.
¿Qué fue lo que te despertó el interés en el dibujo?
Crecí viendo películas animadas y caricaturas e intentaba siempre dibujar a mis personajes favoritos. En ese entonces soñaba con algún día hacer mi propia caricatura y que la transmitieran en la tele. Tengo algunas obras inspiradas específicamente en frames de los Looney Tunes (porque hay unos que para mí son obras de arte), algunas en mis juguetes de bebé, o fotografías que he intervenido tratando de recordar como me sentía entonces. Me encanta trabajar con mi infancia, también como una forma de sanar.
En tus ilustraciones abarcas diferentes expresiones, desde la acuarela hasta el tatuaje. ¿Cómo fluyes en esa versatilidad? ¿Qué te llamó la atención primero?
Creo que fue la pintura. En la universidad estaba maravillada por las vanguardias, sobre todo con el Surrealismo, siendo Remedios Varo una de mis mayores inspiraciones. Comencé queriendo hacer personajes fantásticos muy detallados, traté de dibujar mis sueños, solía escribirlos cada mañana para poder sacar algo de ahí.
Luego me incliné mucho por el grabado tradicional sobre madera y cobre y, la verdad, cuando salí de la escuela, terminé odiando un poquito todo lo que aprendí. Muy agradecida porque creo que tuve las herramientas necesarias para después hacer lo que yo quería realmente; pero la escuela es demasiado tradicional, hecha para artistas full de oficio. Siento que me encasillaba demasiado en que todo fuera ‘pulcro’ y ‘perfecto’, más que en lo que realmente quería hacer. Salir de la escuela me quitó las limitaciones sin duda, he podido experimentar mucho.
Luego me incliné mucho por el grabado tradicional sobre madera y cobre y, la verdad, cuando salí de la escuela, terminé odiando un poquito todo lo que aprendí. Muy agradecida porque creo que tuve las herramientas necesarias para después hacer lo que yo quería realmente; pero la escuela es demasiado tradicional, hecha para artistas full de oficio. Siento que me encasillaba demasiado en que todo fuera ‘pulcro’ y ‘perfecto’, más que en lo que realmente quería hacer. Salir de la escuela me quitó las limitaciones sin duda, he podido experimentar mucho.
En esa experimentación llegas a la figura del payaso, que cobra un gran protagonismo en tu trabajo. ¿Cómo conectas con esa figura?
Es raro porque nunca me agradaron del todo los payasos o tal vez no me crucé con los correctos cuando era más pequeña (risas). Me gusta porque en mí siento que representa una dualidad que no sé muy bien cómo explicar. Me considero una persona un tanto triste, he pasado por cosas no muy gratas, pero hubo algo que cambió mi manera de relacionarme hace seis años.
Me estaba sobrepasando esa situación y lo que hice fue dibujar un payaso triste. Desde entonces no he dejado de representar esa figura en diferentes obras que tenían que ver con cosas desafortunadas que pasaban en mi vida. Hablándolo alguna vez con mi terapeuta, me di cuenta de que era mi manera de sacar lo que traía dentro y me había hecho estos personajes para hacerlo un poquito más ligero: muy coloridos pero siempre tristes. Un poquito (o muy) yo, la verdad.
Me estaba sobrepasando esa situación y lo que hice fue dibujar un payaso triste. Desde entonces no he dejado de representar esa figura en diferentes obras que tenían que ver con cosas desafortunadas que pasaban en mi vida. Hablándolo alguna vez con mi terapeuta, me di cuenta de que era mi manera de sacar lo que traía dentro y me había hecho estos personajes para hacerlo un poquito más ligero: muy coloridos pero siempre tristes. Un poquito (o muy) yo, la verdad.
“Soy una persona muy adicta a la nostalgia. Siempre estoy recordando, extrañando y queriendo regresar en el tiempo.”
¿Fue algo inconsciente?
Mi papá también influyó en que trajera esta figura. Me llegó a contar que su sueño era ser payaso. Él era muy chistoso y quizá ya me estoy poniendo demasiado personal (aunque esto no puede ser otra cosa más que muuuuuuy personal), pero también me parecía una persona con cierta dualidad como la de mis payasos tristes. Alguna vez me confesó que sus bromas las hacía cuando él no se sentía muy bien, y ahora creo que yo siempre he hecho lo mismo. Estos personajes me han hecho aceptar y abrazar esas partes de mi ser que no me gustan tanto, pero que son importantes para crecer y hacer algo con eso.
¿Cuánto de ti hay en tus obras?
Creo que en términos generales mi yo como ‘artista’ no se desprende nunca de mi yo cotidiano para nada: todo lo que hago siempre tiene que ver con como me siento, lo que pienso, lo que sueño. Mis obras son mi diario, aunque sin ser secreto.
Además de personajes infantiles, también hay mucho de la naturaleza en tu trabajo. ¿Qué te inspira de ella? ¿Te transmite lo mismo que la infancia?
Desde que tengo memoria me han gustado muchísimos animales. En mi casa siempre tuvimos muchos, y además estaba llena de plantas. La naturaleza siempre me ha parecido bellísima y fascinante, lo que más me llama de ella son las formas y los colores. En algún momento me llamó la atención estudiar biología por eso. También me parece muy mágica, y en mis ilustraciones hay mucha inspiración de Alicia en el país de las maravillas para hacer mis personajes que tienen que ver con la naturaleza, específicamente los insectos y las flores.
El color es uno de los elementos clave de tus obras, incluso en el tatuaje. Cuéntanos cómo es trabajar con el color en tinta y aguja.
Estamos aprendiendo siempre, ¡me encanta trabajar con colores! Enfrentarse a la piel puede ser algo abrumador a veces, pero siempre es un gusto poder plasmar mis dibujos en alguien. He hecho muy buenas amistades tatuando, puedo conocer a personas y compartir con ellas durante la sesión. Me parece un regalo, jamás me lo creería si me contara a mí misma que estoy tatuándole a la gente mis dibujos porque les gusta, de verdad me parece una bendición y algo súper bonito. Gracias al ignorant por tanto (risas).
Ojos Flotando es tu nombre artístico, ¿cómo surge? ¿Está relacionado con algún recuerdo de tu infancia?
En realidad, tiene que ver con que yo quería hacer surrealismo (risas). Cuando entré en la universidad lo quise cambiar por algo que tuviera que ver con los sueños. Según yo era porque muchas veces, cuando soñaba, no me veía el cuerpo y sentía como si mis ojos estuvieran flotando, viendo todo lo que pasaba. Algunas veces quise cambiar a mi nombre otra vez, pero al final me gustó y se quedó.
“Todo lo que hago siempre tiene que ver con como me siento, lo que pienso, lo que sueño. Mis obras son mi diario, aunque sin ser secreto.”
Has publicado por tu cuenta libretas, fanzines, tote bags, stickers, prints, etc. También has diseñado tus propias camisetas con algunas ilustraciones. Cuéntanos más sobre ello.
Me encanta la cultura de hacerlo tú mismo. Cuando era pequeña soñaba con tener mi propia marca de ropa. Alrededor de los once años era más mi admiración por el streetwear gracias a los skaters de mi colonia. Comencé a querer patinar y usaba marcas como Squalo, Casta, Vans… Me gustaba mucho la estética e incluso pensaba en diseñar tablas de skate y de surf porque vivía muy cerca de la playa.
En la carrera, y gracias también a internet, me di cuenta de que podía hacer las cosas yo misma. Tuve muy buen acompañamiento con los talleres que en ese momento existían en Morelia y me aventé a sacar mi primer playera, que justo fue de mi primer payasito triste. Lo que pasó ahí fue un evento canónico. Actualmente disfruto mucho de ver mis ilustraciones en diferentes formatos, creo que eso hace más accesible adquirir algo de algún artista.
En la carrera, y gracias también a internet, me di cuenta de que podía hacer las cosas yo misma. Tuve muy buen acompañamiento con los talleres que en ese momento existían en Morelia y me aventé a sacar mi primer playera, que justo fue de mi primer payasito triste. Lo que pasó ahí fue un evento canónico. Actualmente disfruto mucho de ver mis ilustraciones en diferentes formatos, creo que eso hace más accesible adquirir algo de algún artista.
¿Te gustaría expandir tu trabajo al campo de la literatura, por ejemplo? Atreverte a escribir o ilustrar un cuento.
¡Sí! Con mi mejor amigo Pablo Hinojosa tenemos por ahí un proyecto a medio cocinar, de hacer una serie de cuentos ilustrados a partir de un diario de sueños que tengo por ahí y autopublicarlo en serigrafía. También pensé en buscar la manera de ilustrar algunos libros infantiles, pero no he tenido mucha suerte o no lo he buscado mucho. Pero sí es algo que me gustaría hacer más adelante.




