The Art of Boredom no es solo una colección, es una pausa significativa. Nude Project parte del apagón nacional del 28 de abril para construir algo más que una anécdota: una forma distinta de disfrutar el verano. La marca ha encapsulado el sentimiento colectivo de aquel día con prendas que invitan a disfrutar de los momentos de conexión genuina. Cuando el mundo se detiene, lo esencial encuentra espacio.
Sin cobertura, sin pantallas, sin distracciones. Así nació la última colección de Nude Project. “Necesitábamos desconectar para volver a conectar”, explica el cofundador y director creativo, Bruno Casanovas. Una invitación a estar más presente y reencontrarse con lo que suele pasar desapercibido. Las prendas reflejan este estado mental: momentos espontáneos, juegos al aire libre y miradas cómplices. La campaña, fotografiada por Pepe Herreros, respira esa calma y placer despreocupado que convierte lo más sencillo en poesía visual.
La colección se construye a partir de piezas versátiles, pensadas para los días que no tienen un plan fijo. Los sets representan este carácter, con piezas que se complementan, tanto en siluetas como en texturas. De la misma manera, los tejidos también son una parte clave, y el lino marca el tono general, con conjuntos ligeros de corte relajado. Con un estilo urbano y a la vez costero, estas piezas se combinan con camisetas gráficas, bermudas más deportivas con detalles de encaje elástico, camisas anchas con este aire de verano y accesorios como gorras y bolsas que completan el uniforme oficial para esta pausa. Como pequeños gestos de personalidad, diferentes charms adornan algunas de las piezas y el ADN tan reconocible de la marca. La línea femenina gana más presencia, con vestidos fluidos y faldas en tonos vibrantes como el rojo, que más que acompañar la colección, la definen con seguridad.
Una tregua digital necesaria, un regreso a lo esencial: esa calma que llega cuando todo se detiene y no hay notificaciones. The Art of Boredom se presenta desde ahí, el placer de reconectar sin interferencias, de poder divertirse sin stories y de estar, por fin, realmente presentes.











