Entregando todo su ser a la música, Nsqk es cantante, compositor y productor. Después de lanzar su EP debut, Botánica, en 2020, y de explorar su faceta más experimental dos años después con Roy, ahora se lanza con determinación hacia el éxito global con una ambición incansable por conquistar escenarios internacionales. Tanto es así que se refieren a él como la estrella mexicana del momento.
Después de un periodo de transformación, tanto personal como musical, cree que su deber es “aportar nuevas perspectivas y conceptos a la cultura y a la escena musical”. No le preocupa decepcionar a otros; su arte va más allá de eso. Así nos lo demuestra en su último single, Sigo al pendiente, y aquí hablamos con él de esto y de mucho más.
¿Quién es Nsqk? ¿Te podrías presentar a nuestros lectores?
Nsqk es un proyecto enfocado en la música alternativa con notas de latino urbano, hip-hop, R&B y electrónica. Tomo mucha mucha inspiración de la música left field o experimental para encontrar la manera de empujar la música ‘digerible’ hacia lo menos comercial.
Muchas veces has dicho que te gustaría ser quien eres cuando te subes a un escenario. ¿Qué diferencias hay entre Nsqk y Rodrigo Torres?
Desde pequeño me encanta estar en el escenario con un micrófono en la mano. Nunca he sentido que eso sea porque quiero ser el centro de atención, sino más bien porque cuando estoy frente a un público, me siento muy cómodo; me siento ‘yo’. Fuera del papel de Nsqk, soy una persona muy seria y tranquila. Siempre lo he sido. Cuando estoy en el escenario me transformo en una persona extrovertida, chistosa, energética y astuta. Me siento preparado para enfrentarme a cualquier tipo de público y afrontar cualquier situación que se presente. Me gustaría ser así siempre.
Has hablado de tu espiritualidad y de la importancia que tuvo la religión en tu infancia. ¿Cómo de importante es la intuición en tu proceso creativo?
No me considero una persona espiritual ni religiosa. Si bien crecí en un ambiente de mucha fe y devoción al cristianismo, ya no lo practico. No me considero ateo tampoco; definitivamente creo que hay algo allá afuera más grande que nosotros. Por lo pronto creo en mí y en mi enfoque.
Hace un tiempo te mudaste a Ciudad de México, dejando a tu familia, a tu novia y a tus amigos detrás. ¿Qué crees que es lo más difícil de estar triunfando?
Me mudé más que nada por cambiar de aires. Por conocer nuevas personas, oportunidades y retos. Dejar atrás a mi familia y a mi novia tuvo sus dificultades, pero nada que no pudiera superar. Lo que sí que creo que es difícil es el tema de los tiempos. Afortunadamente, cada vez hay más asuntos que resolver, más trabajo por hacer y más hambre por hacerlo. Todo esto tiene un costo, unas por otras. Ahora ya estoy de vuelta en Monterrey.
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Dices que a tus padres nunca les gustó que hicieras música. ¿Has experimentado en algún momento miedo al rechazo?
No es que no les gustara que hiciera música, sino que perdiera el enfoque en mi vida escolar, social y familiar. ¡Nada nuevo! Me hundo en esto si así tiene que ser.
Tus raíces están en Monterrey, Nuevo León. Allí creciste y empezaste a juntarte con Refugee, con quien empezaste a descubrir nuevos géneros y a nuevos artistas como Mac Miller o Tyler, The Creator, que te impulsaron a cantar. Cuando miras hacia atrás a esa época de exploración, ¿qué sentimientos te invaden? ¿Qué es lo que más echas de menos de esos tiempos?
No siento nada. Sí que echo de menos las pocas preocupaciones que teníamos en cuanto a lo qué hacíamos, cómo nos vestíamos y todo el tiempo libre que teníamos.
En 2018 creas junto a tus mejores amigos el colectivo No Pedí Permiso. Juntos aprendéis a promocionar vuestra música, a buscar medios, a crear contenido, etc. ¿Cómo se siente haber empezado y haber aprendido los primeros pasos de la mano de ellos?
Se me hace la forma más linda de aprender. Nunca tuvimos ningún manager ni mentor; nadie nos enseñó el camino que teníamos que seguir ni teníamos con quién compararnos. Por eso se llamaba así el colectivo. Doy gracias a esas personas. La mayoría siguen en mi vida, y todos son personas y artistas a los que admiro.
En Botánica hablas sobre el amor, las relaciones a distancia y la juventud. Aunque ya no resuenes con él de la misma forma en la que lo hacías antes, ¿qué importancia crees que tuvo este EP en tu evolución como artista?
Botánica fue mi primera vez lanzándome a hacer música en solitario al cien por cien: producción, letra e interpretación. Eso fue un logro por sí solo, pero el EP tuvo mucho más éxito del que esperaba. Creo que fue lo que me posicionó en las conversaciones a nivel nacional. Me siento agradecido por ese proyecto, no lo desprecio en absoluto.
Hablabas de tratar cada proyecto musical como una propuesta, como una forma de proponer algo más a la cultura y a la escena musical. Esta mentalidad te ayudó a desligarte de Botánica y a experimentar con nuevos sonidos con Roy, proyecto que describes como un reto. ¿Cómo llevaste la presión de tener que crear una propuesta musical completamente diferente a lo que ya habías creado?
Los artistas a los que más admiro siempre cambian radicalmente de sonido de un proyecto a otro. Creo firmemente que si naciste con o desarrollaste un talento, tienes la responsabilidad de aportar algo nuevo al mundo. No todo el arte tiene que ser experimental ni poco accesible, pero sí que creo que siempre es importante intentar avanzar en direcciones nuevas. Hacer lo mismo una y otra vez no solo es aburrido para el artista, sino también para quien escucha (aunque no lo puedan admitir siempre). Haz que te amen, luego haz que te odien.
Con perspectiva, ¿qué dirías que ha significado Roy para ti? ¿Qué te ha enseñado?
Me cambió la vida. Me demostré a mí mismo y al mundo de lo que soy capaz. Considero que solo es una fracción de lo que voy a lograr. Al mismo tiempo, fue un largo proceso de catarsis donde pude liberar muchas emociones y pensamientos que guardaba en mi interior. Me abrió muchísimas puertas y pude viajar, colaborar y conocer a muchísima gente.
Después de la complejidad de Roy, decías que te apetecía divertirte en el estudio otra vez, dejando de lado esa presión. Desde entonces has sacado seis sencillos. ¿Cómo te sientes respecto a ese proceso y a los nuevos lanzamientos?
Me siento muy bien. La gente lo ha recibido bien y creo que seguirá así conforme lancemos más cosas. El año pasado me di cuenta de que mi ambición es competir a nivel mundial como artista latinoamericano y ser parte de una escena internacional; de algo más grande que yo mismo. Me empecé a enamorar del pop latino, latino urbano, reggaetón, etc. Comencé a sentir un gran orgullo por ser mexicano y por la música de mi país, que actualmente está experimentando un auge a nivel mundial. Creo que tengo el talento para lograrlo; el hambre me sobra.
Cuando decidí entrar en el juego y lanzar música más digerible, sabía que me enfrentaría a gente decepcionada. Gente que iba a decir, Nsqk ya no saca buena música. Sabía que habría gente que se bajaría del barco, pero es un precio que estoy dispuesto a pagar por lograr algo mucho más grande. Dicho y hecho, todo está sucediendo como lo anticipé, y además estamos experimentando un crecimiento exponencial que sé que no se detendrá.
En varias ocasiones has mencionado que te cuesta sacar las canciones porque siempre sientes que necesitan retoques. De hecho, creaste Roy en vivo para poder presentar las canciones de los shows, que algunas veces te gustaban más que las del estudio. ¿Cómo llevas el perfeccionismo a la hora de crear?
Es diferente el perfeccionismo y la atención al detalle. Ahora creo que me he deshecho un poco del perfeccionismo y de la obsesión en ese sentido. La mejor música es la que se hace sin perder ese sentimiento de emoción y de crudeza de algo nuevo. Eso es lo que intento hacer ahora.
¿Qué crees que va a significar 2024 para ti? ¿Qué metas personales tienes?
Últimamente intento no fijarme metas numéricas o externas a mí. Mi meta para este año es trabajar día y noche y hacer música que me guste, todos los días. Vengo con ambición y con hambre; cortar cuellos solo será un resultado de eso.
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