No estábamos preparados para esto. A Pucho, aunque dijera que quería bajarse del escenario, dirigir documentales y ganar Goyas (cosa que hizo, por cierto), resulta que aún le queda gasolina para una dosis de despecho el nuevo disco de Mora, Lo mismo de siempre. Por eso, cuando empezaron a circular por redes unas fotos de ambos juntos por Madrid con pinta de gánster, nadie se lo creía del todo. ¿Tangana grabando? ¿Ahora? ¿Con Mora? Pues sí.
En Droga, ambos lo hacen como más les gusta: elegantes, dolidos y a ritmo de bachata. El videoclip arranca con un Rolls Royce, dos guardaespaldas y Mora esperando a Antón en la puerta de una farmacia, como si el corazón roto del madrileño fuera un asunto de seguridad nacional. No sabemos si busca Diazepam, paracetamol o un placebo que cure el alma, pero lo que está claro es que “el dolor no mejora”.
Mora, por su parte, es el que se roba el estribillo con una frase que ya es himno de todos los que recaemos una y otra vez en aquello que ya fue: “he intenta’o meditar, pero pa’ olvidar tus besos se necesita droga”. Es honesto, tóxico y melódico, en ese orden. Para estos dos la terapia no es suficiente, el yoga no sirve y el vacío no se llena de ninguna manera.
Lo demás: suites con Italia de fondo, balcones de excesos, contratos firmados sin leer la letra pequeña y una relación tan fallida que ya ni con mantras se arregla. Y no es que Tangana y Mora innoven en lo temático, pero el delivery lo eleva. Después de tanto silencio musical, esto no parece un regreso, sino una recaída pública. Y qué recaída más elegante.