Mon Laferte estrena su nuevo disco, Autopoiética, catorce canciones cargadas de valentía y ambición. Se muestra a ella misma tal y como es, sin miedo y sin pretensiones de nada, pero sí con muchas ganas. La propia artista se refiere a este álbum como “el primer disco de mi vida”. Se muestra sincera con la nueva etapa en la que se encuentra y nos ha dejado conversar con ella sobre las novedades de este capítulo, como ser mamá, y sobre concepciones de su pasado que han cambiado con el tiempo. Laferte se siente en su cima artística, y así nos lo muestra.
¿Cómo estás viviendo el nacimiento de Autopoiética?
Estoy muy emocionada. Siento como si fuera casi que el primer disco de mi vida. Me siento muy feliz. Me gusta mi álbum. Igual me pasa mucho que de repente estoy muy emocionada por el disco, sale, lo amo, y después pasa un año y digo, no estaba tan bueno.
¿Te consideras una persona muy autoexigente?
Sí, soy muy autoexigente. Pero creo que eso está bueno porque siento que igual crezco. O sea, no soy como, todo lo que hago lo hago bien, soy la mejor, adiós. Siento que así no se crece, no se avanza.
¿Cuál es la emoción que crees que está más presente en Autopoiética?
Yo creo que me iría justo al nombre del disco, que viene de la autopoiesis, que significa la autocreación o la autoproducción. Su forma más fácil de explicar es que, por ejemplo, te haces una herida y tu cuerpo se regenera solito. Entonces, claro, soy autopoiética, es decir, tengo la capacidad de sanarme todo el tiempo. Ese es el sitio al que intenté llegar. Logras superarte en la vida, salir adelante a pesar de las adversidades. Te caes, te limpias las rodillas, te pones tu abrigo de animal print y sigues.
El álbum tiene catorce canciones, imagino que con alguna habrá ocurrido algún percance. ¿Cuál es la canción del disco que más te ha costado hacer a nivel personal?
Mira, todas son un poco complicadas a nivel personal por la letra, porque siempre dejo un pedacito de mí, me expongo un poco. Pero yo creo que, a modo general, la que más me costó es la última, que es un cover de la ópera de Bellini Norma, y la canción se llama Casta Diva. Esa fue la que más me costó porque no soy de hacer covers en discos y, además, llevarla a otro sitio.
Es una ópera que llevé a otro lugar, la hice otra letra y me costó quedar feliz y tranquila con el resultado. Es una plegaria a la luna. La canción original también es una plegaria a la luna, pero yo la llevé hacia otro sitio, donde le confieso a la luna todos mis excesos, mis debilidades y mis miedos.  Diría que, en un sentido general, tanto en lo musical como en todo, ha sido la que más me ha costado.
En temas como Te juro que volveré te abres totalmente. Tú misma has hablado de la música como una excelente terapeuta. ¿Crees que haber pasado por muchas cosas mejora la calidad de un artista?
No sé si soy mejor artista por haber pasado cosas en la vida, pero sí creo que las experiencias siempre te hacen crecer. Todas las experiencias, positivas y negativas. Pero sobre todo las que te ponen al límite porque te hacen salir de tu zona de confort, y siempre que sales de tu zona de confort creces. Puede que sea uno de los factores que me ayuden pero no creo que sea el principal. Siento que prepararse, escuchar música, estar conectada, tener la capacidad de ser empática, eso también me ayuda mucho. Pero obviamente vivir siempre yo creo que es lo que más aporta.
¿Qué repercusiones ha tenido tu vida artística en tu vida personal? ¿O sientes que es solo una fusionada?
Las he visto de ambas maneras. Alguna vez he sentido que son dos cosas distintas, y otras veces siento que es lo mismo. Hoy, por ejemplo, siento que es todo lo mismo. Es muy difícil separar cuando respiro arte. En todo lo que hago, estoy pensando en mi arte. Es muy loco porque, por ejemplo, mi yo artista que trabaja se maquilla y se pone este abrigo de leopardo y tacones, y mi yo no artista no se saca el pijama ni las chanclas y lleva el moño aquí arriba. Pero esa que usa el moño y las chanclas sigue creando todo el tiempo, entonces también es lo mismo. Ahora además viajo con la familia, ando con mi bebé a todos lados. Entonces, no sé, es difícil separarlo.
¿Habría algún consejo que te darías a ti misma en los primeros años de perseguir este sueño?
Desde lo creativo, creo que con este disco me tomé más tiempo. Hacía una melodía o una base y luego la revisitaba, meditaba, la movía y la cambiaba. Lo mismo con las letras. Cambiaba la letra hasta encontrar la palabra exacta que me permitiera transmitir el mensaje mucho más preciso. Antes era mucho más impulsiva y me gustaba la idea romántica de, esto es lo que sentí en ese momento y esto es lo que se queda. Y estaba cool, como ejercicio estuvo bien. Pero me gusta ahora tomármelo con más calma. Es un consejo que me podría dar. Y otro, que no tiene que ver con lo artístico, sería que lea bien los contratos.
Debe ser fuerte pensar en una misma de pequeña con un sueño que no sabe si va a cumplir y compararlo con un presente en el que vas a ser homenajeada en los Grammys Latinos. ¿Cómo te sientes?
Es raro porque me siento… O sea, lo agradezco, el ego lo agradece. Pero también digo, bueno, estoy muy joven. ¿O no? Y no, ya estoy vieja en verdad. Entonces se siente raro porque siento bonito y feo a la vez.
Si tú tuvieras que homenajear a alguien, ¿a quién sería?
Me homenajearía a mí misma pero mi versión mamá, que no duerme. Es más, homenajearía a todas las madres del mundo. Porque, ¿cómo le hacen? ¿Cómo le hacemos? Es una locura ser mamá. No puedes hacer nada. Aparte mi hijo tiene mamitis. Anoche vi Toy Story, las cuatro. Una, dos, tres y cuatro. Seguidas. Y hoy me levanté a las seis a hacer promo. O sea, wow, homenajeo a todas las mamás del mundo.
En Tenochtitlán hablas de esa gente que te señala con el dedo y te intenta invalidar. Has sido protagonista de varios conflictos a nivel mediático, como esa imagen que tenemos todos grabada de 2019, que fue tan importante para concienciar a la gente fuera de Chile de lo que estaba ocurriendo. ¿Cómo de importante crees que es la reivindicación política en la vida de un artista?
No creo que determine la carrera de alguien. Tampoco creo que el artista tiene que necesariamente tomar una postura política como tal. En mi caso particular, siempre me dicen que soy una activista, pero yo no me siento como tal. O sea, no dedico mi vida a causas sociales. Soy una mortal que simplemente, a veces, hay cosas que me mueven y me hacen ruido y voy. Hago esto porque me interesa.
Pero también creo que está bien si tu arte no va por ahí y hay otras cosas que te importan. Creo que hoy se ha vuelto muy mainstream el tema de las causas sociales. El que quiera apoyar las causas sociales, que las apoye. Pero también está increíble cantar guarradas y bailar y perrear y no meterte en cosas sociales. Igual está bien. Yo soy muy de la idea que cada quien haga lo que le da la gana.
¿Cuál es el país al que más ganas tienes de volver con tu nueva gira? Aunque sea solo por la comida.
Bueno, por la comida, Perú, amo la comida peruana. Pero bueno, ahora que estoy hablando contigo, y probablemente porque estoy aquí en España, sí tengo muchas ganas de hacer cosas en España. Siento que aquí no he logrado conectar tanto como en Latinoamérica. Todavía hago sitios más pequeños aquí. Y obviamente me encantaría hacer un sitio para diez mil personas. Eso sería.
¿Cuál sientes que es el próximo paso en tu carrera?
Mira, honestamente, lo que quisiera es hacer la música, como dicen aquí, que me salga del coño. Ser muy libre artísticamente, hacer lo que se me dé la gana. Y gracias a eso ser multimillonaria y viajar por el mundo y dar conciertos masivos. No puedo ser más honesta.
En el disco se nota la influencia de géneros tradicionales así como de la cultura mexicana en la imagen. Pero también encontramos ritmos electrónicos y trip hop. ¿Crees que se debe modernizar lo antiguo o aspirar a algo nuevo?
Si miramos hacia atrás, ya tiene varios años que estamos haciendo esto de tomar géneros tradicionales y mezclarlos, que es lo que viene a ser el pop. A mí me interesa mucho, me gustan mucho estas mezclas. En la música tradicional hay mucha riqueza. Yo soy una romántica, ¿sabes? Amo los géneros tradicionales. A mí me pones una guitarra, dos señores tocando y una botella de algo y soy la más feliz del mundo. Amo todo eso.
Pero también es muy interesante para mí poder mezclarlo con las herramientas que tenemos en el presente. Usar lo que tenemos. Por ejemplo, para mí fue increíble hacer un disco con mi computadora prácticamente. Y me encanta eso, poder hacerlo en mi computadora y samplear, tomar sonidos ya hechos y mezclar. Es algo que me encanta. Lo podría llevar a mi casa, por ejemplo. Vivo en un pueblito y tengo una casita de campo que es toda linda. Tengo un horno de barro, pero tengo todo moderno. Las luces se prenden solas y hace cosas modernas, la casa. En la música es así también. Contar con lo tradicional, que es ese sitio donde te sientes segura, pero darle la vuelta y usar las herramientas actuales. Me encanta.
¡Muchísimas gracias por todo!
Muchas gracias, besitos.
Mayra-Ortiz_2.jpg