¿Sabes quién se esconde detrás de esta campaña de Jane Bardot ? ¿O quién hizo este logo de Crack Studio? ¿O quién retrató a los de Carolina Durante? Pues yo te lo digo, Miguel Vides. El fotógrafo y artista visual ha demostrado que puede con todo y con todos gracias a una trayectoria marcada por el minimalismo caótico que impera en cualquier proyecto en el que se sumerge.
Antes de mudarse a Madrid, a los dieciocho, solía fotografiar a su prima por las calles de Pamplona. Luego, en la gran ciudad, encontró su verdadera vocación, que se movía entre la fotografía y el diseño gráfico. Ahora acaba de exponer sus obras en el IED de Madrid, creaciones inspiradas en lo naive, en los limones e incluso en los fondos de pantalla del Mac2000. Miguel solo nos confirma una cosa: su talento de hacer brillar cualquier objeto cotidiano.
¡Hola, Miguel! Que gusto hablar contigo. Para empezar, me gustaría que te presentaras para los que no conocen tu obra. Eres un artista polifacético, te atreves tanto con la fotografía como con el diseño gráfico. ¿Cómo describirías tu trabajo?
Describiría mi trabajo como una observación de lo cotidiano. Me interesan mucho los objetos con los que nos relacionamos en nuestro día a día. Siempre he sido una persona muy observadora y curiosa: me fijo mucho en las cosas y muchas de ellas me fascinan. Me gusta cuando conecto con algo, cuando una cosa me recuerda a otra cosa, cuando la cara de alguien en la calle me recuerda a alguien que conozco. Esos links me gustan, me hacen sentir que pertenezco y que existo en algo. También que no estoy solo y que mi experiencia es común. Por lo tanto, mi trabajo lo describiría como eso, como una observación del día a día, de lo que todos conocemos. Me gusta coger convenciones, objetos, personas que conocemos y ver hasta donde se puede llegar.
Me gustaría que nos contaras un poco tu trayectoria, desde cuando solo tu entorno era conocedor de tu talento hasta que terminaste saliendo en Icon El País o fotografiando a grupos del momento como Carolina Durante.
Empecé en este mundo haciendo fotos a amigas en el pueblo al lado de Pamplona donde viví toda mi vida hasta mudarme a Madrid con dieciocho años. Me acuerdo de que nos hacíamos fotos y después me pasaba mucho rato editando en Photoshop haciendo edits tipo Tumblr (risas). Me empecé a relacionar con el mundo visual y de la imagen gracias a los videojuegos y sobre todo a la música y videoclips de artistas como Lady Gaga, Lana del Rey, Madonna… Por aquel entonces, cuando tenía quince años, me quería dedicar a hacer videoclips y montaba vídeos de canciones que me gustaban con vídeos que hacía de mis amigas.
Después, cuando me mudé a Madrid y me hice con mi primera cámara, seguí pasando mucho tiempo haciendo fotos a mis amigas y también a lo que me rodeaba. Fue una forma muy divertida de encontrar, por una parte, un estilo que me gustara y también de encontrarme a mí mismo en Madrid. Me empecé a interesar también por el diseño gráfico a pesar de estudiar Diseño de Moda, y sobre todo en la relación entre diseño gráfico y fotografía. Con el tiempo, y gracias a subir todo lo que hacía a Instagram, recibí mi primer encargo y a partir de ahí fui recibiendo más y más encargos hasta que un día empecé a recibirlos de manera regular y a poder dedicar gran parte de mi tiempo a esto. He tenido también la suerte de que me he involucrado en proyectos que van mucho en la línea de lo que hago, por lo que he podido seguir explorando mi lenguaje con mucha libertad.
Después, cuando me mudé a Madrid y me hice con mi primera cámara, seguí pasando mucho tiempo haciendo fotos a mis amigas y también a lo que me rodeaba. Fue una forma muy divertida de encontrar, por una parte, un estilo que me gustara y también de encontrarme a mí mismo en Madrid. Me empecé a interesar también por el diseño gráfico a pesar de estudiar Diseño de Moda, y sobre todo en la relación entre diseño gráfico y fotografía. Con el tiempo, y gracias a subir todo lo que hacía a Instagram, recibí mi primer encargo y a partir de ahí fui recibiendo más y más encargos hasta que un día empecé a recibirlos de manera regular y a poder dedicar gran parte de mi tiempo a esto. He tenido también la suerte de que me he involucrado en proyectos que van mucho en la línea de lo que hago, por lo que he podido seguir explorando mi lenguaje con mucha libertad.
Hablando de tu estilo fotográfico, mezclas lo cotidiano como los pasajes del día a día con proyectos más elaborados de marcas y artistas musicales. ¿En qué elementos o parámetros te sueles fijar a la hora de disparar? ¿Es una fotografía más espontánea o siempre tienes claro lo que quieres disparar?
Cuando empecé con la fotografía, siempre fue muy cotidiana y espontánea. Iba con mi prima por Pamplona y si veíamos un sitio con una luz bonita, ella se ponía y yo disparaba. Ahora, en cambio, tengo más referentes y controlo más este lenguaje, así que intento planificar y trabajar más el momento previo a la fotografía. De todos modos, muchas veces me abruman todas las posibilidades que hay dentro de la expresión visual, por lo que siempre me gusta jugar y no ser demasiado hermético.
¿Recuerdas la primera vez que usaste una cámara o la primera vez que te compraste una? Cuéntanos tu flechazo con la fotografía.
Mi primera cámara la compré con dieciocho años a medias con mis padres, y me acuerdo de que me pasaba los fines de semana haciendo fotos a mis amigas o a mi prima. Me encantaba retratar esa vida en el pueblo o en una ciudad pequeña y después pasar horas editando en mi casa.
Como artista freelance, has colaborado con todo tipo de marcas. Por ejemplo, para Crack Studio diseñaste un logo que se imprimió en todas sus camisetas. ¿Cómo surgió esto y en qué te inspiraste para crear el corazón de la colección?
El trabajo para Crack fue muy guay porque lo que se me pidió iba mucho en relación a lo que yo estaba haciendo en ese momento. Las direcciones eran que tenía que ser colorido, divertido, desenfadado y también un poco naive. El corazón precisamente viene porque aunaba un poco todo lo que se me había pedido y, además, tenía ese toque horterilla que creo que, como logo, funcionaba muy bien. La idea era coger cosas icónicas y muy reconocibles y hacerlas logo: el corazón, el delfín…
Desde tu colección con Jane Bardot hasta las fotos promocionales de la Pija y La Quinqui, ambas tienen el ‘sello Mivides’ con clean looks, fondo neutro y una atmósfera que se relaciona en cualquiera de tus trabajos. ¿Qué más conexiones (no tan perceptibles) tienen tus proyectos?
En todos mis proyectos intento que siempre haya algo con lo que sea fácil conectar, que sea accesible. Creo que todos tienen mucho en común cierto humor, ironía y desenfado, pero a la vez todo está muy medido y siempre tiene se aire de ‘pulcritud’ que mencionas. Para mí es muy importante la sencillez, que a pesar de que haya elementos, todos sigan un sistema común. Soy un poco maniático, así que para mí el orden lo es todo (risas).
En relación con lo anterior, ¿cómo llamarías a este sello que has creado?
No sabría cómo llamarlo… Eso es mejor que lo digan los demás, pero creo que la clave es esa, que siempre hay mucho color, cosas pasando pero bajo un sistema o dirección comunes. Un poco como un minimalismo un poco caótico.
Todas las disciplinas que tocas quedan representadas en La unión, tu proyecto de fin de grado en el que representas como nadie tu estilo en la moda, la fotografía y el diseño. Se observa un aire retro y colores almodovarianos que nos transportan a esos finales de los noventa. ¿De qué concepto principal partiste para el desarrollo de la editorial?
La unión fue el proyecto de fin de grado de diseño de moda, así que el concepto nació mucho antes que la editorial, ya que primero tenía que diseñar, patronar y coser la ropa. La idea detrás de todo esto era empezar de nuevo. Con La unión quería representar un nuevo comienzo, un nacimiento: quería hacer alusión a un vergel, a un paraíso, un espacio lleno de posibilidades. También quería, de alguna manera, condensar todo lo que había hecho todos esos años y también mis referentes; quería cerrar una etapa.
Para mí era importante que fuera muy variado y que hubiese mucho de todo: ropa intervenida con aerógrafo, mix de diseño gráfico más fotografía, posters… También hay referencias a artistas que admiro, como en el conjunto azul (el top tiene un dibujo de un cisne, en referencia al swan dress de Björk), o también a cosas que me interesan mucho como el fondo, que lo rescaté de un fondo de pantalla de un iMac de los noventa.
Para mí era importante que fuera muy variado y que hubiese mucho de todo: ropa intervenida con aerógrafo, mix de diseño gráfico más fotografía, posters… También hay referencias a artistas que admiro, como en el conjunto azul (el top tiene un dibujo de un cisne, en referencia al swan dress de Björk), o también a cosas que me interesan mucho como el fondo, que lo rescaté de un fondo de pantalla de un iMac de los noventa.
Hace apenas un mes expusiste en Bate Social Store obras como ¡Limón! y tu famosa serie sobre un alimento como el huevo, que has conseguido emancipar. ¿Cómo ha sido la experiencia? ¿Es la primera vez que expones?
Lo de Bate fue muy guay y me hizo mucha ilusión. Los chicos de cuarto de Diseño Gráfico del IED me propusieron montar una expo y la verdad que fue increíble. Ellos se encargaron del diseño del espacio y yo me encargué de poner la obra. Fue muy especial ver mi trabajo más reciente ahí recopilado en un espacio tan guay y además en el centro de Madrid. Fue también muy interesante que fuera colaborativo y ver como otras personas interpretan mi trabajo y lo trasladan a otro universo como el del diseño expositivo.
Compararía esto último con las latas Campbell de Warhol; él creó tendencia con unas latas típicas de supermercado y tú estás creando tu propia cultura con limones congelados y posters sobre huevos crudos. ¿Tienes en especial alguna etapa artística o algún momento cultural que te haya inspirado fuertemente en este aspecto?
El año pasado estuve leyendo e investigando mucho sobre pop art y descubrí muchos artistas al margen que alimentaron e inspiraron mucho mi obra como Ed Ruscha o Rosenquist. Por ejemplo, el Limón era una referencia clara a Warhol y la mítica portada del plátano de The Velvet Underground. Toda la relación que los artistas de esta época muestran hacia los objetos del día a día me resulta muy inspiradora, y también la versatilidad y flexibilidad entre estilos, medios y técnicas.
Para ir finalizando, podríamos decir que el pop art, la estética de los dos mil y el imaginario de la infancia están presentes en muchos de tus trabajos. Además de estos, ¿cuáles dirías que han sido tus mayores influencias a la hora de desarrollar tu estilo?
Creo que ha sido muy importante la gente con la que he estado en contacto estos años. No creo que mi trabajo tuviera mucho sentido sin la gente que me ha ayudado y la que está a mi lado escribiendo, fotografiando, pintando, diseñando o haciendo música. Todos mis amigos que se dedican a este mundo me inspiran mucho y me hacen querer seguir aprendiendo y haciendo cosas. En este sentido, especialmente Nicolas Zalba ha sido muy importante para desarrollar mi trabajo y estilo. También encuentro mucha inspiración en la música: artistas como Björk, Lana del Rey, Madonna o Perfume Genius, entre muchos otros. Inspiran mucho mi trabajo a la vez que me acompañan en mi día a día.
