Al igual que el demonio se viste de ángel de luz para engañar a las personas y aprovecharse de ellas, los ángeles suelen adoptar formas aterradoras para alejar el mal. Los corintios tenían muchas cosas que decir acerca de estos seres malignos que nos acechan, pero Metrika es más fan de una buena cruz invertida. Lo que mucha gente ignora es que el satanismo es una corriente más del cristianismo, una con una perspectiva distinta, porque como siempre, entender a Metrika es una cuestión de enfoque. Se le ha acusado de ser la emisaria de los males de nuestra sociedad por sus letras provocativas y su estilo irreverente, pero ¿por qué se mostraría el demonio tal y como es? Nosotros vamos un poco más allá, justo ahora que All Nighters acaba de publicar Neófita, el tercer disco con el que cierra su trilogía.
Entrevista extraída de ACERO vol. 10, publicada en mayo de 2025. Hazte con tu copia aquí.
La imagen que el público mainstream tiene de Metrika se debe a varios factores. El primero son sus publicaciones en la red social X, las cuales nos confiesa que a veces publica por molestar y porque se aburre. Otra parte importante son sus entrevistas en vídeo: en todas sus apariciones públicas suele aparecer con gafas de sol de diseño, sus botas de pelo y demás detalles que suelen caracterizar sus outfits tan llamativos. En estos casos, la persona que tenemos delante es Metrika en estado puro, con ganas de poner todo patas arriba y de no guardarse una.
La diferencia es radical en esta entrevista enfocada al texto. Lleva unas semanas desaparecida del ojo público, así que decido profanar su aislamiento con un tímido link de una videollamada. Cuando se une a la llamada, lo que encontramos es a una Thais desprendida de su máscara e incluso de su maquillaje, con un resfriado del copón encima debido a las lluvias que nos asolaron durante gran parte del mes de marzo. La realidad personal es completamente distinta del espejismo de las redes. Hay mesura en sus palabras de igual modo que hay confirmaciones de que el personaje sale directamente de la persona. Se ha dicho mucho sobre Metrika, ahora toca que Thais nos hable directamente sobre ella.
¿Qué tal Metrika? Tú en teoría estás desaparecida ahora mismo, ¿no?
Sí, en parte por marketing para el disco y en parte por salud mental, porque la verdad es que había llegado un punto en el que me afecta mucho todo lo que estaba recibiendo por redes, además yo no tengo autopercepción de mí misma y estas cosas son más complicadas. También acabo de borrar todos mis posts y no creo que los vuelva a desarchivar, porque me apetece empezar una nueva etapa.
Me dijeron que llevas una temporada viviendo en Granada.
Sí, pero justo ahora me pillas en Castellón, y la verdad es que ya me quiero volver aquí a vivir.
¿Tan poco te ha gustado Granada?
Tío, si es que llevo aquí desde septiembre y no he ido ni a visitar la Alhambra (risas). Es que es una ciudad que no es para mí, es para gente con otro tipo de visión de la vida. Si te digo que incluso me gustó más Madrid. A mí todo el tiempo que he estado en Granada me ha hecho ver que yo realmente quiero vivir en Castellón. Yo sé que es raro, todo el mundo me dice que para qué me voy a quedar en Castellón si es una puta mierda, pero es que es mi puta mierda.
¿Por qué llamas Neófita a este nuevo proyecto?
Con Neófita me quiero referir a un vampiro joven, un vampiro recién hecho. Cuando pienso en una neófita me viene a la cabeza una vampira adolescente, que es como me siento yo aún con veintiún años. Pero es eso, ese espíritu joven y de ser siempre joven. Como si estuvieses recién hecho, ¿sabes? Como soy yo, muy impulsiva y tal. Me dan mucho esa vibe de que no se saben controlar, de mucha sed de sangre, y es que soy yo literal. Me imagino mucho niñateo gótico, una choni gótica que luce como lo hacen las zorras fieles en general, con mucho desparpajo, maleducadas incluso… Una niñata verdulera y echada para adelante. Es lo que yo me imagino cuando pienso en una zorra fiel y cuando me acuerdo de mí misma con dieciséis años.
¿Este proyecto forma parte de la trilogía junto a Madre Fundadora y El grimorio?
Sí, la Metrilogía me gusta llamarla (risas).
Cuando te has enfrentado a la creación de cada uno, ¿has tratado de distinguirlos de alguna manera?
No, yo lo que intento es crear un universo. Soy muy fan de los universos de ficción como Harry Potter o El señor de los anillos, y cuando hago un disco intento respetar ese mundo que acabo de crear. Me parece que si tomo un acercamiento distinto le estoy fallando a ese trabajo que he hecho previamente.
¿Cuál es el mayor reto cada vez que te enfrentas a un proyecto nuevo?
No me gusta salirme de ese universo, si cambio de género musical no me importa pero me gusta que todo sea el mismo rollo. Metrika es muy oscura, impulsiva, es mala, mira por ella, es egocéntrica. Me gusta también ampliar mi vocabulario y si veo que algo me encaja lo meto sin fallo, pero voy muy poco a poco porque no me gusta salirme. Mi mayor reto es no repetirme, no sonar repetitiva.
¿Te han acusado mucho de ser continuista o repetitiva?
La verdad que no porque me rayo muchísimo con eso. Me como muchísimo la cabeza con que mi música no suene todo el rato igual, que se mantenga el mismo rollo pero que cada tema sea un tema. Si me funcionó Ya t has corrido? pues no me voy a hacer veinte veces ese tema, porque al final todo el trap y reggaetón que haga me sonaría igual, pero no lo hace. Yo creo que innovo mucho pero eso es lo que más me cuesta, es un reto nuevo siempre. Digo, vale, me voy a poner a escribir, pero no puedo hacer otro Olor a perfume caro y tabaco, no puedo hacer otro Barbietúricos. Al final cada tema es de su madre y de su padre.
¿Eres más de pedir perdón o pedir permiso?
De pedir perdón totalmente, de hecho es que de ninguna de las dos, lo normal es que haga las cosas y ni siquiera pida perdón luego (risas).
¿Sientes que te contradices mucho?
Siempre, todo el rato, pero es que no lo veo para nada porque yo soy un ser cambiante. Además aquí también pasa lo que te decía de que no tengo autopercepción, y entonces un día puedo opinar una cosa y al día siguiente algo completamente distinto y no veo ningún problema.
¿Entonces no ves las contradicciones como algo malo?
No las veo como algo malo, es natural. No todo el mundo tenemos las ideas claras de absolutamente todo. Es superhumano y supernatural y hay que contradecirse por naturaleza, hoy te levantas pensando una cosa y mañana otra totalmente distinta. Yo soy una persona muy cambiante y me torturo mucho por eso. Me he dicho a mí misma muchas veces, es que no tienes personalidad, es que nosequé, es que nosecuantos. Siento que la gente se fija mucho en una cosa y ya está, no cambia porque le dan miedo los cambios, y yo no soy así, yo soy de otra forma. Digo en general, aunque también hay muchísimas personas como yo. Pero, sí, yo soy cambiante. Hoy soy la persona más hippie del mundo, mañana soy una chonaca que te cagas y pasado soy una punkarra y ya al cuarto día soy una persona superinstruida. Porque yo lo soy todo, básicamente eso, yo acaparo todo y punto. Me contradigo constantemente. También mi opinión se va formando, y puede haber cosas que las piense durante toda mi vida, o a lo mejor viene otra persona, me come la cabeza y cambio de opinión. Al final no me creo que saliendo de tu casa no te encuentres cosas que te hagan replantearte otras. También tener que dar explicaciones todo el rato sobre en qué te contradices y en qué no me parece una bazofia. Yo pensaré lo que me de la gana hoy, y en quince minutos voy a cambiar de opinión porque va a cambiar la forma en la que me siento, porque soy inestable y soy así.
“Hoy soy la persona más hippie del mundo, mañana soy una chonaca que te cagas y pasado soy una punkarra y ya al cuarto día soy una persona superinstruida. Porque yo lo soy todo”.
¿Crees que la hipersexualización que hay en tus letras e imagen juega en tu contra a veces?
A mí la verdad es que no me gusta una puta mierda que me rayen la breva. “Es que le haces un flaco favor al feminismo, es que nosequé”. Mira, mi arte es mi arte al final, y todos estamos podridos por dentro, así que yo voy a romantizar lo que me de la gana. Si a mí la hipersexualización me genera un conflicto en mí o simplemente lo hago porque me siento bien así, pues sinceramente vida tengo una y no me apetece desperdiciarla rayándome la cabeza con que si el capitalismo, que si el feminismo, no se qué, pues no. A mí me apetece ser tonta, no enterarme de nada, porque creo que así soy más feliz, y punto. Así que si tengo que hacer un poco de oídos sordos y pasar, porque así soy más feliz, pues perfecto. Si tú eres más feliz rayándote la breva y sacando las banderas por la ventana pues perfecto. Ahora, yo he tenido esa etapa, me he dado cuenta de que así no soy feliz y estoy todo el día irritada, entonces yo soy más feliz como te digo. Mi mensaje tampoco es algo social. Parece que todo lo que hacemos las mujeres tiene que ser una causa social y luego los hombres pueden decir lo que les salga de la polla. Si a mí me apetece decir cuatro barbaridades y hacerle un flaco favor a la sociedad, al final es que mi arte no va enfocado a reconstruir nada, como si yo hubiera roto algo. Entonces me suda un poco la polla, me voy a hipersexualizar hasta donde quiera, pero me hipersexualizo yo, ¿sabes? Nadie más, y al final ese es el poderío: lo hago yo porque yo quiero y me da igual si os pensáis que es para los hombres o para las mujeres, es para mí, porque a mí me gusta. No busco la validación de nadie y me siento bien haciéndolo en mis letras.
¿Temes que no se te tome en serio por esto?
Es que me dejan de tomar en serio en el momento en el que soy mujer, me dejan de tomar en serio en el momento en el que hablo de salud mental y me dejan de tomar en serio en muchísimas ocasiones, incluso por el color de pelo, la forma de hablar o el tono de voz. Es ridículo, entonces a mí que me tomen menos en serio por otra cosa más pues me da igual. Al final quien lo quiera entender lo va a entender y quien no, ni aunque se lo pongas delante. La opinión pública me roza la zona púbica. Igual hoy soy superimpulsiva y me saco las tetas en un bolo, pero eso no quiere decir que sea menos inteligente, porque esta es una cosa que me toca la moral: la belleza no se asocia con la inteligencia. Cuanto más guapa parezca menos en serio me van a tomar, y la verdad es que yo prefiero parecer y lucir guapa.
Siempre he creído que hay una labor de representación en tu música. ¿Cómo vives tu esto, sientes que eres un ejemplo o modelo a seguir para tus oyentes más jóvenes?
Sí, yo creo que soy un icono y que represento a muchísimas niñas que lo han pasado mal, que han sido marginadas, que son del colectivo también, personas que tienen problemas y que no han llegado a sentirse integradas, yo creo que represento a ese tipo de peña. No hago ninguna labor social en sí, es genuino. A mí me sale porque soy de esas personas y lo hago sin rayar brevas, es más un poderío desde la herida. Pues sí, estoy loca y ya está. Siempre se nos ha torturado porque estamos locas y estamos desquiciadas. Pues cari, normal, es que con todo lo que me ha pasado tú también estarías loca. Tampoco tenemos que escondernos todo el rato, y venga a esconder los cortes, y venga a callarnos que tenemos un trastorno, pues no. Yo con mi amiga me he leído hasta los diagnósticos para normalizarlo un poco, porque si estamos todo el día rayándonos y torturándonos vamos a acabar tirándonos por la ventana. Siempre me dicen que si romantizo según qué cosas. Al principio decía que no, pero es que sí que lo romantizo, porque si no es que me tiro por un puente. Tú romantizas a tu ex que te puso los cuernos para lo mismo, porque si no, menudo gilipollas. Es lo mismo, es una forma de protegerse a una misma. Al final siempre me van a criticar por la letra, y si no lo hacen pues nadie las va a escuchar, porque serían letras genéricas que no van para nadie. Kinder Malo puede hacer un tema diciendo “voy a suicidarme, voy a hacerlo”, y si yo digo que me corto las venas me dicen que estoy jodiendo a las niñas y a la sociedad. Que también, si no tienes trastornos y no te pasa nada, me puedes escuchar igualmente, nadie te va a exigir un diagnóstico, pero obviamente está más dirigido a unas niñas que están más desquiciadas, como yo. Si a mí en algún momento me viene una niña y está jodidísima y me dice: “Cari, mira qué guay, que me he cortado”, pues yo ya diría, vale, aquí hay un problema serio. Pero siempre me vienen y me dicen que están mejor desde que me escuchan y que llevan x tiempo sin cortarse o drogarse. Al final la gente que no lo quiere ver no lo va a ver.

¿Cuál dirías que es tu público objetivo, cómo defines tu target en las reuniones con tu equipo?
Pues gente del colectivo sobre todo, chicas jóvenes que han pasado problemas como he podido pasar yo. Chicas que han estado con la pulsera del hospital o de psiquiatría. Además es que son chicas en las que la mayoría de las veces me veo representada a mí misma.
¿Dirías que tu público principal rechaza a la parte de tu público más normativo?
Pues no lo creo, la verdad. Si que pienso que hay muchísimo gatekeeping en general en la música urbana. Entiendo perfectamente que la gente que me escucha y que aún no ha perdonado lo que les hicieron en el colegio, en el instituto, o en su familia, aún tienen una herida y ven a este tipo de peña viniendo a mis bolos y digan: “Qué hace este cayetano si este era el típico que me hacía bullying en clase”. Entiendo que les joda porque están otra vez acaparando sus espacios, pero también creo que las niñas que me siguen nunca le han dicho nada a nadie ni por la forma de vestir ni por cómo luzca. Al final mis bolos suelen ser espacios muy seguros, no hay peleas ni tocamientos indebidos, excepto hacia mí por parte de algunas fans a las que les puede la emoción.
¿Ves posible integrarlos en tu discurso?
Sí, por qué no, a mí me encanta ver a un hombre heterosexual cantando “Está dormío y le piso la pollita con los tacones” (risas). D. Basto y yo nos quedamos flipando muchas veces porque vienen chavales heterosexuales en nuestros conciertos y nos dicen que les flipa lo que hacemos. Siento que esas personas realmente valoran el arte y saben ver más allá. Mi música también hace de radar de gilipollas.
¿Crees que el activismo de algunas minorías a veces cae en una paradoja al querer visibilizar su mensaje al mundo, pero al mismo tiempo criticar a quienes lo replican desde fuera de la minoría por no entenderlo completamente?
Pues la verdad es que no tengo una opinión muy formada en esto. A ver, creo que me gusta que hagan gatekeeping, o no, la verdad es que no lo sé (risas). ¡Es que voy a cambiar de opinión de esto en dos días! Obviamente si mi discurso llega a un punto mainstream pues mejor porque significa más pasta para mí, pero es que tampoco es solo por la pasta, es lo que te comentaba de tener un espacio seguro. Entiendo que se puedan sentir amenazadas si otra gente se apropia de su discurso, pero al final estamos en el camino de normalizar todo esto y es normal que haya ciertas contradicciones a la hora de hacer llegar el discurso a más gente.
¿Te consideras parte de un cambio generacional en esta escena musical?
Sí, totalmente, siempre lo he pensado.
Vas a tener que mojarte. ¿Con qué figura te ves más parecido de la generación directamente anterior?
Tío, pues si te soy sincera, la verdad es que con Yung Beef, porque aunque sea un hombre, es una persona que ha llevado siempre este aire más oscuro al igual que yo, también tiene mucho eso de las letras tristes pero desde la herida y el poderío. Además, las personas con las que he hablado de la industria me han comparado siempre con él, pero siempre siempre. “Es que me recuerda mucho a cuando empezó Pxxr Gvng”. “Es que me recuerda mucho a Fernando”. Esas son cosas que se me han ido quedando en la cabeza porque he encontrado muchísimos paralelismos entre nosotros. También, a raíz del junte con la L0rna en Lip Combo, mucha gente nos dijo, “La Zowi y la Albany”. Y nosotras, siempre que nos tenemos que comparar con alguien de la generación pasada, siempre es con Yung Beef y Marko Italia, Yung Beef y Kaydy Cain… Nosotras nos percibimos más así. Ellas dos son iconos para nosotras, nos hemos fijado en ellas obviamente, pero si tuviéramos que hacerle relevo a alguien sería a la Pxxr Gvng básicamente.
Ostras, yo hubiera dicho La Zowi.
Pues sí, también lo pienso, pero mucho menos que con Yung Beef. Sobre todo por el tema de la hipersexualización. La Albany también es un icono para mí, pero el que más siempre ha sido Yung Beef.
¿Y cuál es el legado que quieres dejar con tu música?
Tío, pues quiero abrir camino para que dentro de unos años las chicas que salgan haciendo música puedan decir más cosas de las que he dicho yo. Porque lo que yo digo hoy en mis temas son burradas para mucha gente, pero las puedo decir gracias a que antes de mí ha habido gente que las ha dicho igual y no decían ni la mitad. Yo creo que en el futuro, el discurso va a ser mucho más libre en ese sentido, espero. Y si mi legado sirve para que dentro de diez años o así salga una artista que sea el doble de guarra y diga más burradas, yo me quedo satisfecha.

Vestido BIMBA Y LOLA, cazadora DSQUARED2, gafas ROBERTO CAVALLI, collar DOLCE & GABBANA.

Camiseta MERRFER, gorra NEW ERA, collar de la estilista.

Camisa y gargantilla VIVIENNE WESTWOOD, falda REPARTO, botas OTTOLINGER, pulseras UNODE50.

Vestido BIMBA Y LOLA, cazadora DSQUARED2, gafas ROBERTO CAVALLI.