“Prohibido complacer, permitido sentir placer”: este es el pie de foto que acompaña uno de los posts de Instagram de la DJ y performer afincada en Barcelona. Y es que, en la práctica de DJ de Meritxell de Soto confluyen varios aspectos, entre ellos, la reflexión del club como un lugar de resistencia. Consciente de la necesidad de crear comunidad, especialmente en el ámbito artístico tan precarizado en España, y enfocada en apuntar hacia espacios seguros en el club, ha sido propulsora de varias iniciativas como Gespa o la performance Espai segur. 
Nos cuenta que Malibu, DJ Sosa Rd y “todos los sonidos deconstruidos de la última década” forman parte de su tablero de inspiración. A través de ellos, Meritxell crea mixes donde el disfrute, lo intuitivo y lo carnal se combinan para idear sets complejos y llenos de capas. Hoy charlamos con ella justamente sobre eso: su práctica, sus referentes y mucho más.
Eres DJ, estudiaste para ser actriz y la performance es un constante en tu obra. El mundo artístico es algo que parece muy arraigado en ti. ¿Ha sido así desde que eres pequeña? 
Llegué a ella de forma un tanto atropellada, leyendo libros que me iban llegando o gracias a una amistad muy bonita que hice con la bibliotecaria de mi pueblo. Es cierto que en mi casa no se le dio tanto valor al mundo creativo, ya que mis padres no vienen de ese ámbito, pero sí al mundo emocional, pues ambos son personas muy melancólicas y conectadas con sus emociones.
Has estado involucrada en varias propuestas creativas como Gespa, además de haber presentado performances como Espai segur. En ambas hay una reflexión  acerca de la profesión artística y de los desafíos que conlleva. ¿Cómo consideras que se encuentra España como espacio para la creación y el trabajo en el ámbito artístico? 
Sí, de hecho en ambas propuestas se pone en valor lo colectivo y la necesidad que está surgiendo de colectivizar los procesos. Vivimos en un sistema muy basado en los ídolos, probablemente por la herencia cristiana del Dios único, que personificamos constantemente a través de influencers, cantantes, políticos, etcétera. Pero cada vez más se valora lo colectivo y creo que, en parte, es porque al vivir en industrias tan precarizadas, necesitamos de les otres para sostenernos en procesos largos y a veces tediosos. Este es un tema muy amplio que estuvimos desarrollando con la filósofa Áger Pérez Casanovas en 2019 y seguimos en ello (risas). 
Siguiendo con Espai segur, fue pinchando en grandes clubes donde te diste cuenta de ciertas situaciones violentas e incómodas que convertían tu espacio de trabajo y el de tus compañerxs en un lugar no seguro. Como respuesta, creaste tu propio espacio. ¿Cómo fue recibida tu propuesta?
La verdad es que tuvo un recibimiento muy interesante, ya que esta inquietud surgió a la vez que otros colectivos como Me siento extraña o Safe amorx (awareness team), y parece que se está creando toda una escena en Barcelona alrededor de este concepto, ya que todes estamos pensando y trabajando en pro de ello.
¿Qué crees que podemos hacer como sociedad para lograr crear que el espacio de club sea un lugar seguro? 
Como dijo Norma Mor / Muerte a la Norma en una entrevista que le hice: los espacios seguros no existen. Como muchos otros conceptos, son ideas que nos ayudan a caminar hacia una utopía donde todes podamos gozar sin violencias ni roles de poder no elegidos.  
Parte de la propuesta también consistía en asegurarse de que las personas involucradas en Espai segur no estuviesen precarizadas. ¿Cómo percibes la escena  musical española en relación con los salarios y la precarización?
Dentro de las posibilidades que he tenido, ha sido algo que me ha importado y que, en la medida de lo posible, he intentado cuidar. Aun así, tanto en la performance como en la música hay poco dinero invertido en investigación y mucho en generar contenido mainstream que genere más dinero, haciendo que la obra deje de tener valor en sí misma y se base solo en cuán mercantilizable será. Creo que eso es una pena, porque al final limita mucho el sonido y los conceptos que se exploran.
Asististe durante diez años al conservatorio. ¿Te hubieses imaginado acabar siendo DJ en aquel entonces? 
¡Para nada! El conservatorio me hizo sentir mucho rechazo hacia entenderme a mí misma como músico, ya que mi paso por allí fue una experiencia muy castradora. Pinchar me ha reconectado totalmente con la música hasta el punto de que, después de diez años, he vuelto a tocar el piano.
Sobre eso decías que la razón por la que te lanzaste en el mundo del DJ fue porque  querías poder pinchar tú misma en tus propias performance. Desde entonces, ¿en qué se ha convertido el ser DJ para ti? 
Empezó así pero la cosa se torció… hacia un lugar precioso. Espai segur fue la culminación de esa idea primigenia de pinchar en mis performances, pero entre medio han pasado muchísimas cosas. Y me siento profundamente agradecida por ello.
Hace un año lanzabas Wet Mix en SoundCloud, que reflexionaba sobre cómo cualquier muestra de goce era “interceptada por algún hombre, dispuesto a  apropiarse de tu imagen, a dar su opinión, a querer validarte”. ¿Cómo has vivido tú la experiencia de ser DJ siendo mujer?  
​​Es una experiencia fuerte en un mundo tan masculinizado. Y no tiene solo que ver con el hecho de ser mujer, sino también con el hecho de abrazar lo bimbo en mi estética, una elección que, a ojos de muchos, es juzgada como un acto de frivolidad. Eso, obviamente, denota una gran misoginia integrada, en que se asume que una mujer, si encima es hiperfemenina, tiene que ser un poco tonta y ganarse a los demás solo por su físico. Una asunción simplista y profundamente machista.
Ahora un poco más sobre la música en sí. ¿En quién te fijas a la hora de construir  tus sets? Referentes, estilos, épocas… 
Un gran referente para mí es Malibu; siempre me han inspirado mucho las estructuras rotas de sus sets (United in flames). También me interesa mucho la forma de mezclar de Crystalmess, abrazando el uso de backspin como un elemento sonoro más en los sets. DJ Sosa RD también me inspira porque conecto mucho con su selección y tipo de narrativa de sets, en los que mezcla todos los géneros imaginables. ¿Épocas? Si hablamos de club, me interesan mucho todos los sonidos deconstruidos y asincopados que se han creado en la última década. Si hablamos de ambient, diría los setenta, con Yoshimura como uno de mis compositores favoritos.
SonarPark by DICE ha anunciado que vas a ser una de las artistas que participe en la edición de este año. ¿Sensaciones? ¿Qué es lo que más te apetece? 
Me hace muchísima ilusión. Será un set con bastantes capas, entonces ahora estoy  focalizada en ser rigurosa con todas ellas. Pero una vez allí, solo espero sentir placer… :p 
En una entrevista con ellos decías que estás preparando un live performance para tu set. ¿Qué podemos esperar?  
Sí, me gusta pensar en los sets como directos, con todas las capas que eso conlleva. En este caso propongo una pequeña hibridación entre un DJ set y el trabajo que vengo desarrollando con Espai segur.
De cara a 2024, ¿qué podemos esperar de ti?  
¡Mucho amor, espero! (Risas). Sets especiales, mucho placer y alguna sorpresa más.
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