La salsa puertorriqueña de los setenta es su género musical fetiche, y sus padres han practicado bailes de salón desde que él era pequeño. Quizá por eso Medina Kid siempre ha sabido que esto de la música era lo suyo. Hoy hablamos con él sobre Amor de verano <3, su nuevo álbum y oda a las calas escondidas, los atardeceres y los amores adolescentes.
El valenciano lleva a sus espaldas una serie de proyectos de largo formato como Esencia, lanzado hace cuatro años, y Por la V, hace menos de uno. Esa experiencia es la que le permite definir su tercer disco como un proyecto que, en sus propias palabras, es “más maduro, nacido de manera casual pero gestado con mucho amor y cariño”. Con más de nueve productores involucrados, una estética noventera muy cuidada y una recopilación de más de quince canciones, Medina nos confiesa que este trabajo abre las puertas a su lado más pasional, romántico y latino.
Valenciano de pura cepa, empezaste a hacer música hace más de ocho años. ¿Cómo es que decidiste dedicarte a esto?
¡La V siempre por delante, eso es! (Risas). Mi relación con la música empieza desde que tengo uso de razón. Siempre fui el amigo que llevaba el altavoz, hacía la playlist o ponía música en las comidas familiares. Crecí viendo a mis padres bailar salsa, en mi casa siempre hubo mucha música y es por eso que siempre he tenido una inquietud por ella. Aunque siempre con un enfoque internacional: hip-hop de EUA, reggaetón de Puerto Rico, salsa, bachata, etc. Más tarde, cuando descubrí a Corredores De Bloque, me di cuenta de que en España también había cosas con las que podía conectar. Así, de manera natural, surgieron mis ganas de hacer lo que hago.
Como decíamos, llevas bastante en el juego. ¿Qué crees que es lo más importante que has aprendido en todo este tiempo?
El tiempo te hace vivir muchas cosas y te brinda muchos aprendizajes. Si tuviera que quedarme con uno, sin duda sería que esto lo haces por ti mismo y por nadie más. Habrá gente que quiera sumarse al proyecto y que te ayude, pero al final del día nadie te obliga a estar en este juego. Así que debes mirar por ti y por tu pasión, y recordar que todo lo que haces es por ti mismo. En una industria tan ambiciosa hay que aprender a soportarse a uno mismo en muchos estados de ánimo diferentes, tanto buenos como, sobre todo, malos.
Acaba de salir el que es tu tercer álbum, Amor de verano <3. Adolescencia, flirteo  y playa. ¿De dónde sale este Medina tan romántico?
Siempre he sido y seré un enamorado del amor (risas). Estar enamorado es una de las cosas más bonitas que hay. En mi música siempre intento transmitir los sentimientos que llevo dentro, y el amor es algo a lo que le doy mucho valor. Todo lo que implica mostrar amor es increíble. Vengo de hacer un trabajo basado en el ego y en vacilar, y eso está muy guapo, pero también quiero mostrar mi parte más blandita y dar voz a lo bonito que es amar.
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Previo a este álbum lanzaste Esencia y Por la V. Cuando miras hacia atrás a tus otros proyectos, ¿en qué sientes que difiere este?
Son tres etapas muy diferenciadas de mi vida. En Esencia era un novato, estaba dando mis primeros pasos en la música de manera profesional. Todo lo anterior habían sido palos de ciego, pero con Esencia pude experimentar lo que significaba trabajar en un estudio, currar con un productor y desarrollar una propuesta artística. Fue mi escuela para desarrollarme.
Por otra parte, Por la V representa mi trabajo más personal, donde soy yo al cien por cien. En él se ve cómo ya tengo un sonido muy propio y característico. La temática gira en torno a mi estilo de vida, mi ciudad y mi gente. Lo trabajé en una época de mi vida en la que decidí apostarlo todo por la música.
Y por último, Amor de verano <3 es un trabajo más maduro, nacido de manera casual pero gestado con mucho amor y cariño. Es una confirmación de mi versatilidad y pasión por la música latina. Además, como te he comentado antes, es un mensaje que no había defendido tanto anteriormente pero que ahora me apetecía lanzar.
Bachata da favela fue uno de los adelantos del disco, y me han chivado que eres un fan de la salsa puertorriqueña de los setenta. ¿Qué te lleva a esos sonidos más caribeños?
Bien chivado, es mi género musical fetiche (risas). Lo que me lleva a la música caribeña o latina es mi infancia. Mis padres han practicado bailes de salón durante muchos años y son unos amantes de la salsa y la bachata, por lo que en casa yo ya tenía de referencia esa música, me acompañaba en mi día a día.
Por otro lado, mi hermana mayor me descubrió el reggaetón. Ella y sus amigas eran unas adelantadas, y cuando nadie lo escuchaba en España mi hermana llegó a casa con El disco del reggaetón, un recopilatorio del 2004 en el que había temas como Dile, Felina, Papi chulo, Me voy pa’l party… Al escucharlo me voló la cabeza. Yo era un mocoso y nunca había escuchado nada así.
Me choca que hayas lanzado V.I.P, un tema tan personal, poco antes de lanzar uno de tus álbumes más reggaetoneros hasta la fecha. Es como si pudiéramos ver ambas caras de la moneda. ¿Cómo vives tú lo bueno y lo malo de la industria musical?
​​Sí, es un tema que aborda una temática algo más profunda, pero en realidad sigue contando una historia de amor, en este caso una ruptura debido a la vida de artista. El disco toca el amor desde diferentes perspectivas, todas basadas en experiencias personales, y a veces el amor nos lleva a historias tristes. Con el tiempo, he aprendido a ver las cosas con perspectiva y a relativizar todo lo que ocurre en torno a la música. Al ser un arte en el que te vuelcas tanto personalmente y donde hay tanta industria y dinero de por medio, a veces puede nublarte y frustrarte. Aun así, ahora puedo ver que esto lo hago porque es mi pasión y nadie puede quitarme eso.
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En este álbum únicamente colaboras con Bla-De y Errecé. Cuéntame qué es importante para ti a la hora de hacer una colaboración, y por qué decidiste hacerlas con ellos.
Para colaborar con alguien necesito que ocurra alguna de estas dos cosas: o bien que me flipe tu música y sea fan tuyo, o bien que seas muy amigo mío. En el caso de Errecé, puedo decir que es una de las mejores personas que he conocido en la industria, por lo que la colaboración surgió de forma superorgánica y natural. Quise llevarlo a mi terreno y acabamos haciendo Último asalto, una canción que para mí es mi favorita de Errecé (risas).
Con Bla-De fue la química musical. Llevaba mucho tiempo siguiéndole la pista porque creo que es el artista que más ha sabido traer el sazón latino a España. Si le escuchas te transporta directamente al Caribe. Así que cuando el disco fue cogiendo forma, supe que tenía que contar con él para el proyecto. Le enseñé Es buena pero… y le flipó. Nos juntamos en el estudio y salió una de mis canciones favoritas del disco.
A diferencia de los feats, has trabajado con nueve productores a la hora de crear el álbum. ¿Por qué tantos?
Como te decía, el álbum surgió de casualidad. Fui acumulando temas en los que había trabajado con distintos productores y cuando me quise dar cuenta ya eran como siete u ocho, todos con un sonido y temática comunes. Automáticamente pensé, de esto hay que hacer un disco. Para acabar de pulirlo trabajé con Rokkme y Vato P, dos productores de La V que son unos talentos heavy.
Aunque el álbum acaba de salir, lo presentarás oficialmente el 29 de junio en el Big Sound. ¿Qué significa para ti esta oportunidad?
Que el primer concierto en el que vaya a cantar las canciones del álbum sea en mi ciudad y con un cartel tan increíble como el del Big Sound es lo máximo. Sé que tengo la oportunidad de llegar a mucha gente de Valencia con mi arte, y quiero dejar el listón alto y demostrar que en esta ciudad hay muchísimo talento. A mí me encanta dar conciertos, lo disfruto mucho porque es la manera más directa de ver cómo siente la gente tu música. Siempre es una experiencia única.
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Eres conocido por cuidar mucho tus videoclips y, en general, toda la estética que te envuelve. Llevas tiempo trabajando de la mano de Jorge Casanova o de Bokokó para poder hacerlo posible. ¿Qué es lo más bonito de poder colaborar con un equipo que apoya tanto tu visión?
Sí, al final para mí van de la mano. Me enamoré de la música viendo videoclips, por lo que me es imposible separar la imagen del sonido. Además, trabajar con gente como Jorge, que es como un hermano para mí, no tiene precio. Crecimos en el mismo barrio, fuimos al mismo instituto, compartimos las mismas referencias musicales y estéticas. Somos casi una prolongación el uno del otro (risas). Así que trabajar con gente como él o Bokokó en el estilismo es algo que no tiene precio. Es por eso que realmente amo este trabajo.
Siguiendo con lo visual, este proyecto me lleva a los noventa, sobre todo las fotografías en el coche. Háblame un poco sobre las referencias e inspiración que dieron forma a Amor de verano <3.
El reggaetón que se cocinó en los noventa y despegó en los dos mil es el género que más he escuchado y que más me ha inspirado en mi vida, por lo que las referencias y las bases son cien por cien de ese estilo. También hay mucha influencia del dancehall, que dio origen al reggaeetón, y del afrobeat, un género que ha empezado a despuntar ahora pero del que soy muy fan desde hace años. La música tribal, los ritmos bailables y las temáticas de fiesta siempre han sido una inspiración para mí. Artistas como Daddy Yankee, Don Omar, Vybz Kartel o WizKid están muy presentes en el sonido del disco.
Una vez lanzado este álbum, ya llevarás tres proyectos importantes a tus espaldas. ¿Qué crees que te depara el futuro?
Después de Amor de verano <3 quiero calmarme un poco, disfrutar del verano, quemar el disco en el chiringuito, en el club, en un atardecer, en una cala escondida…  Cuando haya saciado mi espíritu romántico y veraniego, ya veremos qué pasa. Cuando acabe el verano (risas). Soy un poco hippie y me guío por sensaciones y por sentimientos, así que de momento voy a disfrutar de esto con toda mi gente.
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