Martin Urrutia atraviesa un momento de efervescencia creativa en el que se entrelazan el reconocimiento, la exposición pública y el vértigo de la construcción personal y profesional. Su debut como actor en Mariliendre, una de las series más comentadas del año, lo ha situado en el centro de una narrativa generacional que aborda con lucidez las tensiones emocionales de una juventud marcada por la incertidumbre. Su personaje, cargado de matices y contradicciones, encarna la fragilidad, la intensidad de los vínculos afectivos y la dificultad de encontrar estabilidad en un entorno urbano que no da tregua. En esta entrevista hablamos con él sobre todo esto, mientras le fotografiamos con las nuevas zapatillas PUMA H-Street.
Paralelamente, su carrera musical continúa consolidándose con una propuesta honesta, introspectiva y coherente. Nadadora, su último single donde versiona un tema de Family, confirma su capacidad para traducir emociones complejas en un lenguaje sonoro propio. Se trata de una canción que habla del esfuerzo constante por mantenerse a flote en medio del cansancio emocional, sin renunciar a una mirada luminosa y esperanzada. La producción, a cargo de Hidrogenesse, potencia esa dualidad entre vulnerabilidad y fuerza, construyendo un paisaje sonoro envolvente que refuerza la identidad artística de Martin, cada vez más reconocible y sólida.
En esta entrevista, el artista reflexiona sobre los desafíos de la exposición, la presión creativa, la necesidad de construir relaciones profundas en un contexto social frenético y la importancia de volver a los lugares de calma. Con una mirada introspectiva y madura, comparte cómo transita los contrastes de una vida marcada por la velocidad del presente, pero también por el deseo de pausa, raíz y verdad. Un retrato sin artificios de alguien que, aún en medio del ruido, sigue apostando por lo esencial: la emoción, el vínculo y la autenticidad.
METAL_MARTIN-URRUTIA86729.jpg
Camisa EMEERREE, pantalon PUMA, zapatillas PUMA H-Street.
Martin, ¿cómo te hace sentir la llegada del verano?
Muy bien. Lo voy a coger con muchas ganas. ¿Por qué? Pues porque hoy ha sido un día jodido. De esos en los que te comes la cabeza y le das demasiadas vueltas a todo. Uno de esos días en los que te preguntas: ¿qué estoy haciendo? ¿Vale para algo? ¿Perdurará? ¿Cómo será mi futuro? Ha salido un artículo sobre mi nuevo single y, como siempre, en un foro bastante purista me han criticado bastante. Los comentarios eran horribles. Me vine un poco abajo, pero ya estoy mejor.
¿Sueles prestar atención a lo que se dice de ti en internet?
No… A ver, al final siempre terminas viéndolo, porque entras a curiosear, sí. Generalmente no me afecta, pero hoy me hizo dudar de mí mismo. Luego hablé con Hidrogenesse, Carlos y Genís, y me comentaron que hay foros muy haters. Me tranquilizó saber que no es algo personal.
Volvamos al verano. Cuéntame esos planes tan fabulosos que tienes por delante.
En tres días me voy a Île d’Oléron, en Francia, con mi madre y mis hermanos, nunca hemos estado allí, pero dicen que es precioso. Una semanita de descanso, playa... Luego viene el BBK Live, el 10, 11 y 12 de julio, y voy con mis amigas.
Ahí nos veremos. 
¡Nos veremos! Y después, una semana en Suances, Cantabria, con mi padre. Todo eso en julio.
¿Dirías que te cuesta desconectar?
La verdad es que no. Ahora que estoy en mi tierra, en Bilbao, con mi familia y mis amigos de siempre, consigo salir del mood y desconectar con facilidad.
Eso es todo un logro, porque entre el éxito de Mariliendre y tu proyecto musical, estás viviendo meses muy intensos.
Muchísimo. Y cuando hay días más tranquilos, me agobio, porque me he acostumbrado a un ritmo muy cañero. Este verano quiero aprender a parar, a decir, no pienso en nada, toca desconectar. Me va a venir bien. Entre la serie, la promo, el estudio, el primer single, el disco… Ha sido un año muy intenso. Y lento, también. Las cosas van despacio. Pero sí, es duro.
Uno de los aciertos de Mariliendre es cómo retrata ese ritmo frenético de las ciudades a las que muchos jóvenes nos mudamos. Nunca hay un rato de calma, estamos activos día y noche.
Madrid es una ciudad frenética. Todavía no me he acostumbrado.
Cuando hablamos por primera vez, acababas de mudarte aquí.
Sí. Y ahora quizá me apetece pasar una temporada en Barcelona. Estoy haciendo el disco con Hidrogenesse, que viven allí, y me gustaría estar más cerca para terminarlo. Además, está el mar, y me afecta más de lo que pensaba. Me sube el ánimo. Madrid me agota, me consume mucha energía.
¿Crees que tendrás tiempo para ir a la playa? Yo llevo un par de años sin pisar El Retiro.
Sí, porque incluso en mis días libres en Madrid, me costaba disfrutarlos. Hay un ritmo que te arrastra. A veces, en mi piso, pensaba, me pudro aquí si no salgo. En Barcelona creo que podré respirar más, es algo más parecido a Bilbao. Igual me doy una hostia tremenda. Pero bueno, la idea es probar.
Entonces, ¿te ves viviendo en Barcelona próximamente?
Durante un tiempo, pero creo que será algo temporal. Luego volveré a Madrid, aunque a un piso luminoso, porque el que tenía era una cueva…, y fue horrible.
Seguro que el éxito de Mariliendre ha suavizado un poco ese cambio. ¿Cómo lo has vivido?
Con muchísima emoción. Desde el anuncio hasta el estreno hubo mucho hype y mucho cariño. La serie ha estado muy viva. Y cuando se empezó a emitir y la gente la iba comentando capítulo a capítulo, fue aún más emocionante. Poder ver el resultado, comentarlo con mis amigos y mi familia, que me reconozcan como actor en mi primer papel… Ha sido muy gratificante.
¿Estás satisfecho con tu trabajo?
Lo estoy. A veces me veo y pienso, ¿qué estaba haciendo? Pero estoy contento. Es mi primer proyecto y la serie me parece chulísima. Me ha dejado con muchas ganas de seguir actuando.
¿No crees que Mariliendre también refleja ese frenesí de Madrid, de no parar nunca, planes todo el rato, de un sitio a otro...?
Total. Lo refleja completamente.
Llevas solo un año en Madrid, ¿has vivido esa etapa de llegar y no parar ni un segundo?
Sí, justo salía de la academia de OT, así que fue todo trabajo, entrevistas, eventos… Volaba en la superficie, no sentía que estuviera realmente en Madrid. Podría haber estado en cualquier ciudad. Después del rodaje y del verano, volví con más calma. Ahí sí empecé a vivir la ciudad de verdad: salir, conocer a gente, hacer amigos muy rápido… Es un ritmo que no es al que estoy acostumbrado, pero tiene su punto. Aunque también supone un reto.
METAL_MARTIN-URRUTIA86142.jpg
Full look GUCCI, zapatillas PUMA H-Street.
Cuando me mudé, hice muchos amigos, pero con el tiempo algunos se fueron. ¿Crees que en ese frenesí se pueden construir relaciones duraderas?
Lo creo, pero Madrid no lo pone fácil. Hay tanta gente, en todas partes, todo el tiempo, que cuesta crear vínculos profundos. Depende mucho de tu personalidad. A mí me cuesta ese ritmo tan social. Estoy acostumbrado a una energía más íntima, de amigos de toda la vida, con los que tienes una confianza total. Eso aún no lo he sentido en Madrid. Tengo buenos amigos, sí, pero no esa conexión tan profunda. Ahora, hay gente a la que le encanta ese rollo de conocer a todo el mundo, y también se pueden construir relaciones ahí, aunque diferentes.
¿No crees que, entre Madrid, tu profesión y tu momento vital, acabas construyendo una especie de barrera para protegerte?
Totalmente. Mucha gente lo hace. Y se nota, incluso en la forma de ser. En el mundo artístico es difícil encontrar personas auténticas. Yo intento conectar de verdad cuando hablo con alguien. Mirarle a los ojos, conocerle. Pero aquí no me pasa tanto. Por eso me cuesta conectar. Los amigos que tengo son muy fieles, muy de los que sientes que son tu sangre. Creo que la exposición y el frenesí hacen que muchas relaciones se formen desde la imagen, desde el postureo. Desde fuera, al menos, dan esa sensación.
Una de las cosas que más me gustó de Mariliendre fue cómo pone en el centro la amistad. ¿Qué tipo de amigo dirías que eres tú?
Me encanta que existan proyectos que giren en torno a un grupo de amigos y sus experiencias. Es divertido y necesario. Creo que soy un amigo muy presente. Escucho mucho, incluso lo que parece una tontería. Me he dado cuenta de que eso no es tan común. Soy atento, quiero ayudar, aconsejar.
¿Y eso no te ha llevado alguna vez a decepcionarte? Porque tú estás ahí para todos, pero no siempre es recíproco.
Totalmente. Es una putada. Pero bueno, lo gestiono. Las relaciones no siempre son equilibradas.
¿Y tus amistades de toda la vida, cómo han cambiado desde que te mudaste?
Muy poco, y estoy feliz por eso. Ya no los trato tanto como antes, cuando vivía en Bilbao y nos veíamos a diario, pero cuando estamos juntos es como siempre. Hay algunas amistades que se han ido perdiendo, pero mi núcleo fuerte sigue intacto.
¿Nunca te ha pasado algo como en la serie, dejar de hablarte con una amiga o un amigo de verdad?
Me ha pasado. Pero normalmente ha sido con gente que, con el tiempo, me di cuenta de que no eran amigas de verdad. Ahora sí sé quiénes lo son, y eso me da mucha tranquilidad.
¿Y cómo gestionas los conflictos? Yo, por ejemplo, estuve un año sin hablarme con un amigo muy cercano.
Soy muy comunicativo. Siempre intento evitar que una amistad se rompa. Y si pasa, es porque no se pudo hacer más. Si ha habido un vínculo, me cuesta aceptarlo. Quiero hablarlo, entenderlo. Pero si la otra persona no quiere o ya no fluye, lo dejo ir. No soy de cortar de golpe sin intentarlo.
¿Y no crees que ahora, cuando alguien intenta hablar las cosas, se le tacha de ‘rayado’ o ‘intenso’? Como si hubiera que fingir que todo da igual.
Eso no lo llevo nada bien. A veces me siento así, como si fuera un dramático. Pero no es eso: solo quiero dejar las cosas claras. Hay gente muy de “todo bien”, “no pasa nada…” y yo necesito más. Saber qué está ocurriendo. Por suerte, ahora estoy bien rodeado.
DSC_0758.jpg
Camisa EMEERREE.
¿Qué tal te manejas con la noche madrileña, que también aparece mucho en la serie?
Bien. A veces hay gente que me reconoce, pero no es un problema. Si quiero salir, salgo. Nunca he sido muy fiestero, pero en Madrid le he pillado el gusto. Mi veredicto: la noche está bien, pero hay que saber cuándo parar. Me encanta dormir, llegar a casa. No tengo FOMO. Si veo que ya está, me voy. Y eso hay que normalizarlo. Si alguien se quiere ir, que se vaya. Hay que respetarlo.
Una cosa que me llamó la atención de la serie, porque me ha pasado, es enamorarse de un amigo. ¿Crees que se puede volver a la amistad de antes?
Me ha pasado. He tenido amigos que se han enamorado de mí, o con quienes he tenido un momento así. Intento gestionarlo con cariño. Nunca reacciono mal. Pero a veces se complica y acabas alejándote. Lo que estoy recordando ahora terminó así, con distancia. Y, bueno, tampoco siento que haya perdido algo irremplazable.
Es que cuando entra el amor, la gente se vuelve un poco cu-cu.
Totalmente de acuerdo.
¿Crees que recibimos suficiente educación emocional para afrontar relaciones cuando salimos de casa o nos mudamos a una ciudad como Madrid?
En mi caso, sí. En casa siempre hubo mucha educación emocional. Mi madre nos preguntaba cómo estábamos, nos ayudaba a hablar, a llorar si hacía falta. Eso se me ha quedado. Si tengo que llorar, lloro. Incluso en público. No tengo problema en mostrarme vulnerable. Y creo que es algo muy positivo.
¿Y eso lo has llevado a tu música?
A mi música y a la forma en que me relaciono. En el arte, la emoción es clave.
¿Es fácil tener control sobre tu imagen pública tras salir de OT y vivir toda esta vorágine?
Depende mucho de la personalidad. Yo siempre he tenido claro que la imagen cuenta, dentro de lo que cabe. Me interesa la estética, la fotografía, tener algo reconocible. Si lo tienes claro y lo trabajas, puedes tener control. Pero lo más importante es el arte. Lo que creas. Tu música, tus proyectos. Depende del peso que le quieras dar a cada cosa.
Después de un año en Madrid, tu música sigue muy conectada con la naturaleza: videoclips en el mar, en el campo… El videoclip de Nadadora es un claro ejemplo de ello. 
Lo que más paz me da e inspira son los entornos naturales. Pero tengo ganas de probar otras cosas. No quiero hacer siempre videoclips bucólicos. La naturaleza estará presente, porque me representa, pero también quiero explorar escenarios urbanos.
¿Te imaginas instalándote a largo plazo en una ciudad grande? No tiene por qué ser en España. ¿París? ¿Londres?
Me imagino viajando, probando distintos lugares. Pero sí he notado que necesito estar cerca del mar o la naturaleza para sentirme bien. Cuando vuelvo a Bilbao, esa brisa que te recuerda al mar me cambia por dentro. En Madrid, a veces siento que me falta aire. Así que sí, no descarto acabar viviendo en el campo.
Yo no te imagino envejeciendo lejos de tu ciudad o de tu gente.
Yo tampoco. Ahora mismo te diría que sí, que me veo cerca. Igual en unos años cambio de idea, pero por ahora, sí.
¿Sientes presión con el lanzamiento del disco?
Un poco. Hoy justo estoy reflexionando sobre eso. Después del programa todo es una locura. De repente sientes que eres una superestrella, los números lo confirman. Pero esa ola baja. Y aunque te lo avisan, vivirlo es diferente. Ahora todo se ha asentado más. Estoy contento con lo que estoy construyendo, me representa, y la gente también lo ve así. Aunque hay días en los que me asaltan dudas. He tardado en arrancar el disco, y cuando salga, probablemente haya comenzado otra edición de OT. Y claro, piensas, ¿cómo va a afectar eso? Es incertidumbre.
Es una montaña rusa.
Hay días en los que lo veo clarísimo, todo fluye. Y otros en los que dudo. Pero incluso con eso, estoy muy motivado con el disco. Creo que va a ser muy especial. Estoy trabajando con Hidrogenesse y me hace mucha ilusión lo que viene. Tengo ganas de dar conciertos y de que pase lo que tenga que pasar.
También te digo, aunque tengas días de dudas, te presentaste a un talent, has protagonizado una serie que ha visto muchísima gente y estás haciendo un disco…
Es verdad. A veces lo cuento y me dicen: “Pero si todo te va genial”. Y sí, hay días en los que lo veo así y otros, no tanto. Pero la mayoría los vivo con positivismo. Hoy ha sido un día más gris, pero bueno…
Todos tenemos días así.
Totalmente.
Y una curiosidad: ahora que has estado delante de la cámara, ¿te ha cambiado la forma de ver cine o escuchar música?
Muchísimo. Me siento más expuesto, más dentro del mundo artístico, y tengo más curiosidad. Escucho más música, veo más pelis, me fijo en detalles técnicos que antes no percibía. Ahora sé todo lo que hay detrás de un rodaje. Y eso también es muy guay.
METAL_MARTIN-URRUTIA87204.jpg
Polo MANÉMANÉ, pantalón SIA ARNIKA, zapatillas PUMA H-Street.
METAL_MARTIN-URRUTIA86534.jpg
Jersey MOSCHINO, short EMEERREE, zapatillas PUMA H-Street.
METAL_MARTIN-URRUTIA86376.jpg
Jersey y pantalón MM6 MAISON MARGIELA, gafas MIU MIU.
METAL_MARTIN-URRUTIA87174.jpg
Polo MANÉMANÉ, pantalón SIA ARNIKA.
METAL_MARTIN-URRUTIA86942.jpg
Camisa y chaleco PUMA, zapatillas PUMA H-Street, pantalón DSQUARED2.
METAL_MARTIN-URRUTIA86573.jpg
Jersey MOSCHINO, short EMEERREE.